Sociología del conocimiento

AutorMario Domínguez Sánchez
Cargo del AutorProfesor titular de universidad en la UCM especializado en el área de teoría sociológica
Páginas351-393

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“Un análisis de las relaciones entre conocimiento y existencia” (Mannheim)

Un saber “que concierne primariamente a las relaciones entre el conocimiento y otros factores existenciales en la sociedad o en la cultura” (Merton).

“La cuestión es si, y en qué medida, la característica del ser humano como ser social puede descubrirse en sus actos mentales”

(Helmut Schoeck, citado en Stark)

“No se trata del uso del conocimiento, sino de su creación; no se trata sólo de que descubrimos hechos diferentes sino de que los propios candidatos a hechos cambian. Ello explica que la dirección del conocimiento actual conforma los límites del conocimiento, trazados entre lo posible y lo impensable, entre el sentido y el sinsentido” (Hacking)

1. Definición y aplicaciones

La sociología del conocimiento es una subdisciplina de la sociología que trata de los orígenes sociales y grupales de las ideas. En su breve historia en tanto que campo de estudio ha abarcado todo el ámbito de las ideas (conocimiento, saber, teorías, mentalidades e incluso aspectos culturales y análisis social de la ciencia) en un intento por comprender cómo dicho campo depende de determinadas fuerzas políticas y sociales y cómo la vida mental de un grupo de personas surge en el contexto de los grupos e instituciones en los que tales personas viven y actúan. Como veremos, en un giro que se sitúa en los años 1960 la sociología del conocimiento comenzó a orientar su objetivo para abarcar no sólo las ideas autorizadas y los conocimientos formales, sino también aquellas que operan en la esfera de la vida cotidiana, esto es, los saberes informales.

El enorme ámbito de su aplicación permite entender quizá los motivos gracias a los cuales dentro de la sociología contemporánea la sociología del conocimiento presenta uno de los perfiles más imprecisos y esquivos, que mayor sensación de desorden transmite entre otras cuestiones por la confusa acotación de lo que puede ser etiquetado como tal. La sociología del conocimiento puede definirse mediante un claro propósito: explicar ciertas ideas a partir de variables sociales o, precisamente, lo contrario. Su papel consiste en explicar una interacción, es decir: 1/ determinar la relevancia epistemológica que las ideas tienen en la vida social o, dicho de otra manera, 2/ ocuparse de la forma en que las ideas se manifiestan socialmente y, por lo tanto, de la relación que se produce entre ellas y el cuerpo social en la medida que ambos coexisten y plantean incógnitas sobre su capacidad dinamizadora. Ahora bien, si la sociología del conocimiento tiene la aspiración de convertirse en una sociología de las ideas, ¿podrá desligarse en sus investigaciones de la ideología? Sabiendo que en el estudio científico de las ideas nunca estaremos completamente inmunizados contra el peligro del falso conocimiento -el sentido que aquí hemos querido dar al concepto de ideología-, ¿podrá esta disciplina iluminar la caverna del mito platónico para hacer desaparecer esta “sombra”?

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Como se comprobaba en las citas del principio, muchas de las características de las definiciones y de la concepción de la sociología del conocimiento dependen de las escuelas, grupos y tradiciones sociológicas en que se han inscrito sus autores, de ahí que sea una disciplina que puede aplicarse a sí misma, lo que indica su naturaleza autorreflexiva. Y no obstante, a pesar de todas las diferencias, existe una coincidencia básica: la sociología del conocimiento se ocupa de analizar la relación o conexión entre dos niveles, uno de ellos relacionado con el conocimiento y el otro con la existencia social.

• En cuanto al primer nivel, cabe observar que se alternan términos como conocimiento, saber, pensamiento, cognición… que no significan lo mismo. También suponen algunos de ellos una proximidad con otras disciplinas en especial con la epistemología y la filosofía del conocimiento. La epistemología o teoría del conocimiento es una disciplina filosófica que analiza la relación entre un sujeto del conocimiento y el mundo de los objetos que éste pretende conocer o percibir. Además se ocupa de los criterios para un conocimiento válido, objetivo y parte de una concepción de la verdad. Por su parte, la sociología del conocimiento se ocupa del conocimiento pero desde otra perspectiva: analiza la relación de aquel con la existencia o vida social.

• En cuanto al otro término, los autores divergen sobre las características de aquello con lo que se conecta el conocimiento: existencia, existencia social, condiciones sociales o existenciales, producción social, circunstancias históricoambientales.

La sociología del conocimiento supone además una reflexión de segundo orden, una metareflexión que tiene por objeto el conocimiento, el saber y la ciencia existentes en la sociedad; reflexión que se realiza a partir de otros conocimientos y saberes propios de la tradición sociológica. Como consecuencia de la reflexividad (Lamo de Espinosa, 1994) dicha disciplina genera nuevos conocimientos sociológicos sobre cómo se relaciona el conocimiento con otras variables existentes en la sociedad, con grupos e instituciones que la componen.

2. División de enfoques
2.1. Enfoque restringido

Un primer enfoque que podríamos denominar restringido sería no tanto el de una sociología del conocimiento sino más bien una sociología para un mejor conocimiento. Se trata de una perspectiva que no persigue tanto el estudio sociológico de los entramados simbólicos y de ideas objeto del conocimiento sino el estudio de los condicionamientos sociales de la actividad cognoscitiva. En otras palabras, llegar a conocer mejor con la ayuda de la sociología. Por ello enlaza con uno de los grandes

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temas de la filosofía, la teoría del conocimiento, a la que vendría a añadir la consideración de factores sociales además de los de orden lógico o psicológico habitualmente considerados. En un autor representativo de esta perspectiva como Mannheim el énfasis se desplaza a los condicionamientos sociales del conocimiento más que ante una sociología del conocimiento propiamente dicha nos encontramos en realidad con una teoría sociológica del conocimiento con dos enfoques principales: por un lado, una sociología de la verdad centrada en determinar las condiciones para acceder a un conocimiento objetiva y absolutamente verdadero que podemos identificar en el itinerario Marx-Scheler-Mannheim; por otro, una sociología de la ideología orientada a desenmascarar el falso conocimiento a partir del prólogo marxiano a la Contribución a la Crítica de la Economía política (1859): es el ser social del hombre lo que determina su conciencia y no a la inversa. El problema consiste en qué se entiende por “ser social”, si el entorno relacional, el origen social, la trayectoria vital.

La lectura que Mannheim va a realizar de la sociología del conocimiento marxiana va a basarse en la identificación del ser social con el origen social: cada clase social lleva implícita un determinado horizonte mental que comparten todos sus miembros. Por otra parte, la escisión de la sociedad capitalista en dos clases antagónicas, burguesía y proletariado, supone que el mundo del conocimiento se presenta escindido en dos. Ahora bien, al ser la burguesía una clase llamada, según el análisis marxiano, a desaparecer, lo mismo ocurre con su cosmovisión; el conocimiento burgués no es así verdadero conocimiento sino ideología. Mannheim recoge esta argumentación pero introduce dos modificaciones: por una parte y siguiendo a Weber relaciona la existencia de estilos de vida y cosmovisiones diferentes no ya con clases sociales sino con los grupos de estatus que se pueden encontrar en una sociedad. Por otra parte, no efectúa entre tales grupos de estatus una jerarquización basada en su protagonismo histórico, sino que considera que cada sector social constituye un espejo que ofrece un reflejo limitado, parcial, de la verdad. Sólo sumando la totalidad de horizontes mentales podríamos pensar la aprehensión de la verdad, tal es el relacionismo que no relativismo de Mannheim.

Para Max Scheler algo así como la verdad absoluta y total, independiente del tiempo y el espacio, existe; sólo que no siempre resulta perceptible pues su captación aparece mediada por el efecto de filtro de lo que denomina “factores reales” según los cuales resulta posible que en culturas y/o momentos determinados se produzcan percepciones parciales y fugaces de la verdad absoluta. La tarea del sociólogo del conocimiento consistirá pues en abstraer del horizonte mental de cada sector la verdad parcial que contiene para proceder mediante la suma a la construcción del conocimiento verdadero y absoluto. Una tarea posible porque los intelectuales, y entre ellos los sociólogos, constituyen un grupo social no atado a unas determinadas coordenadas socio-estructurales y por tanto carentes de “interés”, de ahí que su cosmovisión esté libre de sesgos y cortapisas. La sociología del conocimiento tendría como meta última la construcción de la verdad.

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2.2. Enfoque ampliado

El segundo enfoque que plantea la sociología del falso conocimiento supone que los entramados de símbolos e ideas son considerados como “ideologías” esto es, como racionalizaciones al servicio...

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