La sociedad de la información

AutorMaría Belén López Calle/Luís Ortega Álvarez
CargoUniversidad de Castilla-La Mancha - Centro de Estudios Europeos
Páginas9-44

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La sociedad global de la información
Introducción

Sociedad de la información, postindustrial, digital, ...etc., son diferentes denominaciones con que distintos autores se refieren a un mismo fenómeno: el hecho de que la información tienda a convertirse en el elemento central sobre el que gravitan las principales fuerzas económicas y sociales que estructuran las sociedades avanzadas de este final de siglo. Un fenómeno que ha sido posible gracias al espectacular desarrollo de las denominadas tecnologías de la información y las comunicaciones, aquéllas que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, procesamiento y comunicación de datos con independencia de la distancia, el tiempo y el volumen. Unas tecnologías que se apoyan en la enorme capacidad de transmisión de información de los nuevos soportes fibra óptica, enlaces radioeléc-tricos terrestres y de satélite, en la extensión y capilaridad alcanzado por las redes de acceso, y en la progresiva interconexión e interoperatividad de las diferentes redes de telecomunicación existentes. La revolución de la información propicia cambios profundos en el modo de concebir nuestras sociedades, en su organización, y en su estructura. En La Unión Europea se empleó por primera vez el término Sociedad global de la información 1. La aparición del concepto de globalidad no es casual, es la gran metáfora con que describimos la característica de entorno principal del proceso que vamos a estudiar: La tendencia a la globalización y mundialización de las relaciones políticas, económicas y mediáticas que caracterizan los intercambios entre países en la última década. Unos intercambios que se soportan en la existencia de redes de comunicaciones globales, en continuo crecimiento que debe desembocar en lo que desde hace poco tiempo se denomina la Infraestructura Global de la Información, el tejido nervioso de lo que será la futura Sociedad Global de la Información.

Esta infraestructura es una red de información planetaria que transmite mensajes e imágenes a la velocidad de la luz desde la ciudad más grande a la aldea más pequeña de cualquier continente, circunvalará el globo terráqueo de autopistas de la información en las cuales todas las personas puedan viajar. Estas autopistas nos permitirán compartir información, conectarnos y comunicarnos como una comunidad global.

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Las condiciones de entorno necesarias para el despliegue de la nueva sociedad son: - La iniciativa privada será quien financie el coste que requiere este empeño. - Se necesita el marco de una economía de mercado que permita la competencia entre los agentes que participen en su construcción.

- Se exige una regulación flexible, no discriminatoria en el acceso y que garantice un servicio universal por redefinir.

Los países que antes se integren en la sociedad de la información recogerán los mayores beneficios, pues serán ellos los primeros que establezcan las prioridades a seguir. En este nuevo entorno, los responsables públicos y los agentes económicos y sectoriales de los distintos países tratan de definir estrategias competitivas que permitan liderar o al menos participar activamente en la construcción de la Sociedad de la Información. En nuestro caso, debemos preguntarnos si toda la Unión Europea trabajará junta o si cada Estado miembro llevará una estrategia individual, que es lo que en parte está sucediendo a pesar de los programas e iniciativas conjuntas. Las iniciativas individuales hacen que se pierda eficacia y que aumenten las diferencias entre los Países miembros.

El principal problema al que se enfrenta la Unión es la creación de una Europa de dos velocidades, compuesta por los que tienen acceso a las nuevas tecnologías y por los que ni siquiera sepan que existen por no poder, por sus circunstancias sociales acceder a ellas. Este riesgo es consustancial al proceso de cambio estructural, pero el interrogante es si esto se puede subsanar y en qué medida se puede garantizar la cohesión de la sociedad. Deberá garantizarse el acceso de todos a las infraestructuras, al igual que la prestación de un servicio universal, cuya definición ira de la mano de la evolución tecnológica. Hay pues que preparar a los ciudadanos para el advenimiento de la sociedad de la información. La educación y la formación desempeñan un papel fundamental para conducirnos a la Sociedad Global de la Información. En los países de economías avanzadas, ya estamos en la Sociedad de la Información. El consumo y el valor de la información es algo que crece continuamente.

Pasamos más de tres horas diarias «zappeando» información audiovisual delante del televisor, los videojuegos causan furor entre nuestros hijos y el ordenador empieza a ser frecuente en las escuelas y en las familias de mayor renta. Aumenta el gasto en comunicaciones en los hogares que se conectan a Internet y a las nuevas modalidades de TV de pago. El ordenador se ha convertido en un instrumento imprescindible para la mayoría de las actividades requeridas en la producción de bienes y servicios. Las transacciones monetarias que se llevan a cabo de forma electrónica en el mundo en un solo día, son impresionantes. Este es sólo uno de los múltiples ejemplos que señalan el vertiginoso aumento, en cantidad y en valor, de la información de todo tipo voz, datos, gráficos e imágenes-, que circula por las redes mundiales de información electrónica. Con todo, el indicador más patente de la importancia que está adquiriendo el acceso y uso de la información son los crecimientos espectaculares del número de accesos a las actuales redes de telecomunicaciones. Así, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en la década 1984-1994 el crecimiento anual promedio fue del 5.1% en telefonía fija, del 68,9% en telefonía móvil, del 113,1% en Internet, del 6,1% en recepción de TV terrestre, del 11,7% en TV por cable y del 41,9% en TV directa por satélite. La Sociedad de la Información traerá uña transformación del mercado de trabajo y de las estructuras laborales. Ya no se duda de que el impacto sobre el mundo del trabajo es enorme, pero se asume que la solución no está en retrasar la introducción de tecnologías, sino por el contrario aprovechar las nuevas formas de organización del trabajo (reingeniería, organizaciones planas, teletrabajo) que posibilitan las infraestructuras de telecomunicación y los sistemas de proceso de información.

En la pasada década estas tecnologías han sido un potente factor de reestructuración sectorial de los recursos humanos. En el mundo desarrollado se han perdido muchos millones de puestos de trabajo en el sector de la manufactura, aunque se han creado más en el sector servicios. Sin embargo, no está resuelto el problema del pleno empleo ni la continua readaptación de las habilidades y conocimientos que exigen los nuevos paradigmas productivos. Necesitamos nuevos modelos educativos y tenemos nuevas necesidades de formación.

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Las políticas de flexibilización del trabajo (movilidad geográfica y funcional) o la desregulación del mercado de trabajo (facilidad de entrada y salida de trabajadores) no son solamente medidas necesarias para incrementar la productividad y la competitividad de las empresas, son sobre todo un adelanto de la nueva racionalidad que parece imponerse en un mundo en el que sobra trabajo y faltan puestos de trabajo. ¿Permitirán las nuevas redes llevar el trabajo al trabajador en lugar de llevar el trabajador al trabajo? ¿Este nuevo paradigma será más eficiente que el anterior?

El Marco Jurídico de la Sociedad de la Información En el Libro Blanco sobre Crecimiento, Competitividad y Empleo 2, documento COM (93) 700 presentado por la Comisión el 5 de diciembre de 1993, la Comisión destacaba ya que la realización de la Sociedad de la Información era algo importante para la Unión Europea. Este documento señala que las Tecnologías de la Información y Comunicación y los servicios poseen el potencial de promover un crecimiento sostenido, aumentar la competitividad crear nuevas oportunidades de empleo y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de la Unión.

El libro fue examinado por el Consejo Europeo reunido en Bruselas el 10 y 11 de diciembre de 1993, le dio todo su respaldo y solicitó que un grupo de personalidades elaborará un informe sobre la Sociedad de la Información y las medidas específicas que deben estudiar los Estados miembros y la Comunidad para el establecimiento de las infraestructuras en el ámbito de la información, para su reunión en Corfú en 1994. El informe del Grupo de Alto Nivel, citado ya en la introducción, sobre la Sociedad de la información de 26 de mayo de 1994 titulado Europa y la sociedad global de la información. Recomendaciones al Consejo Europeo. Es también conocido como informe del Grupo Bangemann. A partir de dicho informe, El Consejo Europeo de Corfú reunido los días 24 y 25 de junio de 1994 pide a la Comisión que se adopte un programa operativo que establezca procedimientos concretos de actuación y cuyas pretensiones sean que Europa entre en la Sociedad de la Información en las mejores condiciones posibles. En las conclusiones de la cumbre, se reconocía la importancia de la oportunidad y la escala de desafíos a que hacer frente.

La respuesta de la Comisión a dicha solicitud fue la presentación de una Comunicación de 19 de julio...

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