Situación actual y secuelas

AutorInés García Zafra
Cargo del AutorLicenciada en Derecho. Jurista del SAVA. Experta en Criminología por la Universidad de Granada.
Páginas227-261

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Este capítulo consta de dos partes, la primera analiza la situación actual del maltratador, su relación con la víctima y el tiempo de convivencia. La segunda se refiere exclusivamente a las secuelas que como consecuencia de los malos tratos la víctima nos refiere de una forma abierta, como última pregunta del cuestionario, y que nosotros hemos querido recoger con el máximo detalle y respetando las expresiones de las víctimas por la fuerza y sinceridad de sus palabras.

I Situación actual respecto al maltratador

Se le hicieron a la víctima una serie de preguntas de respuesta única respecto a la situación del maltratador, es decir, si vive actualmente, sobre el suicidio o intento del mismo y si se ha autolesionado alguna vez -aunque no haya sido suficientemente grave para haber necesitado atención sanitaria.

1. Realidad actual del maltratador

VIII.15.1. ¿Vive en la actualidad su maltratador? (n = 33)

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La gran mayoría de los maltratadores vive en la actualidad. El número de fallecidos se eleva a 36, lo que representa un 10,8% de la muestra.

VIII.15.2. Si no vive, ¿fue el suicidio la causa de la muerte? (n = 36)

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Solamente consta el suicidio de una persona. En España, durante el año 2003, en diecisiete casos el agresor se suicidó después del asesinato de la mujer1.

VIII.15.3. ¿Se ha autolesionado su maltratador alguna vez?

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Se han autolesionado setenta y siete personas, que las mujeres de nuestro estudio consideran sus maltratadores, lo que representa un 25% de la muestra; frente a un 66% que manifiestan que no ha habido autolesión del agresor.

VIII.15.4. ¿Ha intentado suicidarse su maltratador alguna vez? (n = 308)

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Aunque solamente una persona ha muerto como causa del suicidio, un 54 de los presuntos maltratadores lo han intentado, lo que representa un 18%, según manifiestan las víctimas de nuestro estudio.

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2. Relación de la víctima con el maltratador

VIII.15.5. Relación actual con el maltratador (n = 323)

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Únicamente 64 mujeres conviven con su agresor en el momento de pasar el cuestionario. El resto, un 80%, no convive y se distribuyen de la siguiente manera: 138 están separadas de hecho (42%), 103 han obtenido la separación legal (32%) y únicamente 18 mujeres se han divorciado (6%)2.

Para Echeburúa y otros autores, la prioridad en la terapia de la violencia familiar es el tratamiento de la víctima, y aunque muchas mujeres optan por la separación de sus pare-jas -antes o en el transcurso de la terapia-, aproximadamente el 30% de las víctimas tratadas y el 50% de total, continúan conviviendo con sus parejas. En estos casos, la terapia recibida por la víctima es necesaria, pero resulta insuficiente si no se actúa simultáneamente sobre el agresor3. Para Kirkwood, cada separación supone una experiencia para vivir autónomamente y un ejercicio para su consecución4.

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VIII.15.8. Si vive con él, ¿Se plantea romper la relación? (n = 88)

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Aunque 88 mujeres viven bajo el mismo techo con su agresor, solamente 64 de ellas convive realmente como pareja. Únicamente doce mujeres no se habían planteado romper la relación; y ocho no lo tenían aún claro.

Para Enrique Echeburúa, romper la relación de pareja supone la toma de una decisión enérgica que trata de poner fin a una convivencia violenta prolongada. La toma de decisiones constituye un proceso sujeto a cambios. Si esta decisión se adopta ahora y no antes se debe a una serie de circunstancias. Hay un momento del proceso en el que la víctima se da cuenta de que existe un problema, de que no lo puede solucionar por sí sola y de que los costes de la relación son claramente superiores a los beneficios obtenidos. Por lo tanto, la ruptura está directamente relacionada con las alternativas existentes fuera de esa relación5.

VIII.15.7. Causas para romper la relación (n = 338)

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En relación con las causas que las víctimas se plantearon o se plantean para romper la relación destaca, en primer lugar, el hecho de que la convivencia ha llegado a un punto que es insostenible, con un 49%, en la cual las mujeres "no aguantan más"; también se refie-

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ren a los malos tratos psicológicos (18%) y las reacciones como el miedo o el temor por su vida hay que destacarlas dentro de este tipo de maltrato. Sólo una mujer se refería al maltrato físico; y, tres de ellas, expresan su temor por los hijos. En espera a que la situación cambie se encuentran un 15% de mujeres, unas están esperando un cambio de aptitud en él y otras aún se lo están planteando, pero por problemas económicos o de salud retrasan la decisión de terminar la convivencia. El 8% de las causas de ruptura tienen alguna relación con los apoyos recibidos (bien de los servicios sociales, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, del SAVA, etc.). Finalmente hay un 10% de mujeres que han dado el paso definitivo y ya está en trámite separación.

VIII.15.8. Si no vive con él, ¿tiene nueva pareja? (n = 276)

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Solamente el 13% de las mujeres maltratadas tiene una nueva pareja; el resto viven sin pareja; pero en un 87% viven con sus hijos formando las denominadas familias monoparentales6.

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VIII.15.9. Tiempo, en años, de convivencia con el maltratador (n = 228)

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Con respecto al tiempo de convivencia con el maltratador, disponemos de datos de 228 mujeres quedando la mediana encuadrada en trece. Esta cifra coincide con la mediana del tiempo que lleva sufriendo malos tratos psíquicos -para los físicos es diez y la media trece-. En conclusión, más de la mitad de las mujeres de nuestra muestra llevan sufriendo malos tratos psíquicos desde el inicio de la convivencia con su maltratador7.

En la figura se establecen intervalos de cinco años para indicar el tiempo de convivencia; destaca el intervalo de 0 a 5 años, con un 25,9 %, seguido de 5 a 10, con 18,4%.

Para Echeburúa resulta sorprendente la relativa tolerancia a los comportamientos violentos en el seno del hogar; así una de las características singulares del maltrato doméstico es, por un lado, el comienzo temprano de la historia de la relación y, por otro, la cronicidad -por término medio las mujeres permanecen en la situación de violencia durante un período no inferior a 10 años, antes de adoptar algún tipo de medidas-. Con frecuencia se engañan a sí mismas convenciéndose de que las cosas no están tan mal y de que pueden evitar nuevos abusos si perseveran en el intento8. Este autor, en otro estudio posterior, analiza las principales variables relacionadas con la permanencia de la mujer maltratada en convivencia prolongada con el agresor; hecho que no es fruto exclusivamente del libre albedrío de la mujer, si no que existen multitud de condicionantes so-

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cioeconómicos, emocionales y psicopatológicos que influyen en la continuidad en la relación de maltrato9.

3. Conocimiento de los medios existentes para prestar ayuda a las víctimas

En este apartado se pregunta a las mujeres víctimas si conocen los medios que actualmente existen para recibir ayuda -legal, asistencial, psicológica, de protección, de infraestructuras, etc.- y, si los conoce, que describa los que recuerde.

VIII.15.10. ¿Conoce los medios que existen actualmente para prestar ayuda en caso de ser víctima de malos tratos? (n = 306)

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La gran mayoría de las mujeres de la muestra conocen los medios que existen actual-mente para prestarles ayuda en caso de ser víctimas de malos tratos. Así, respondieron afirmativamente un 89%, frente a un 11%, que no tiene la suficiente información en el momento de pasarle el cuestionario.

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En el gráfico siguiente hemos agrupado las respuestas que las víctimas nos han ido facilitando, -en este apartado eran preguntas abiertas- de los medios que conocían.

VIII.15.11. Medios de ayuda conocidos (n = 227)

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Los medios de ayuda que las víctimas han señalado los hemos reagrupado en siete apartados. En primer lugar se encontrarían los Centros de la Mujer, con un 85%, seguido del Servicio de Asistencia a las Víctimas de Andalucía (en adelante, SAVA), con un 56%. En segundo, y formando otro bloque, se encuentran los ámbitos social y legal, con un 34% y 31% respectivamente, y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con el 22%. Por último, y en menor proporción, están el ámbito sanitario, con un 6%, y distintas asociaciones, con el 3%.

Dentro de los Centros de la Mujer, el Instituto Andaluz de la Mujer10(en adelante IAM) ha sido el recurso más conocido, con ochenta y dos respuestas; le siguen los Centros Municipales de Información a la Mujer11-CIMs-, con treinta y seis; y las Casas de Acogida12, con se-

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tenta y seis. Respecto al SAVA13, ciento veintisiete mujeres lo conocían con anterioridad a la realización del cuestionario. Con setenta y ocho respuestas está el ámbito social14cuyos recur-sos -ayudas, prestaciones, etc.- y centros son muy conocidos, a la vez que demandados, por las mujeres víctimas de malos tratos. Dentro del ámbito legal, el recurso que más conocen las mujeres de nuestro estudio es el servicio de asistencia jurídica gratuita15("Abogados/as de oficio"), con setenta. A las medidas de alejamiento del agresor se refieren solamente ocho mujeres. Las Fuerzas y Cuerpos Seguridad del Estado obtienen cincuenta respuestas, de las que treinta...

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