Síndrome del norte

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En intima relación con los cuadros anteriores se encuentran los que se han dado en llamar el «Síndrome del Norte», que es aquella conducta desviada de algunos miembros de las Fuerzas de Seguridad que actúan en el País Vasco, si bien esta localización no es preceptiva pues puede darse en

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cualquier región de España, aunque eso sí en elementos pertenecientes a las Fuerzas de Orden Público.

La psicogénesis es similar al Síndrome de Estocolmo, ya que surge, como dije en el libro de «La soledad del Hombre», de una situación de aislamiento, aunque en estos casos se suman otros elementos estresantes y que recuerdan en alguna manera a las llamadas en Psiquiatría Clásica, las psicosis de aislamiento. Se entiende que cualquier circunstancia de soledad impuesta, puede generar trastornos psíquicos, habiéndose descrito así las psicosis de los exploradores árticos, del trópico, del desierto, las carcelarias, las de los sordos y últimamente las de los astronautas, entre los que están descritos alucinaciones espaciales que no se corresponderían con la visión del Cosmos.

El aislamiento de nuestros policías vienen del entorno, que por supuesto, como decía, pueden vivenciarse como tal en cualquier autonomía de España, al sentirse marginados y rodeados por una sociedad hostil y desafectiva. La anomia no es una condición psicológica, sino un rasgo sociológico de grupo, como expresión de la inhospitabilidad frecuente en nuestras ciudades, en las que además se obliga a un aumento de competencia, lo que a su vez implica mayor aislamiento, desconexión y mas tarde la dispersión del grupo según Castilla del Pino. Es decir, que el Síndrome del Norte, como trastorno de estrés postraumático, se expresa en forma de deterioro anómico, (recordando que la anomia supone la pérdida de las normas), y que lleva a estos pacientes a un comportamiento de distres social, familiar o profesional, que se ve con frecuencia potenciado por el alcohol, el que favorece las reacciones explosivas, aunque inicialmente se busque la desinhibición y aletargamiento ante el entorno hostil en constante situación de crítica por su labor, aunque ésta, ciertamente, sea estresante por el aumento del riesgo vital en sus actuaciones y los horarios prolongados e irregulares. Con todo ello, el cuadro clínico del trastorno por ansiedad y de estrés postraumático, va a generar una especial desconfianza

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y recelo con situación de hipervigilancia y alarma, generadores del...

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