Sesenta años de paz en la Europa de la integración

AutorRamón Tamames
Páginas293-298
SETENTA AÑOS DE PAZ EN LA EUROPA
DE LA INTEGRACIÓN
Ramón
TAMAMES
Catedrático de Estructura Económica, UAM
Cátedra Jean Monnet de la UE
Miembro Internacional del Club de Roma
De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
En los foros más diversos, y con talantes muy distintos, a lo largo de 2015
se está conmemorando el final de la Segunda Guerra Mundial. Primero en los
frentes europeos en mayo, en el Pacífico, en julio, y en septiembre en China.
Y recordando ese triple escenario, no cabe duda de que la ulterior integración
europea ha sido la mejor y quizá inevitable consecuencia de aquel desastre de la
guerra: una verdadera historia de éxito (success story) a la que bien vale dedicar
estas páginas. Pero, al mismo tiempo, con notorias insuficiencias y hasta com-
plejos que podrían calificarse de inferioridad.
A las generaciones que no conocieron los horrores de la hecatombe mundial
de 1939-1945 hay que recordarles cómo quedó Europa al final de la contienda:
un total de muertos que se ha cifrado en sesenta millones, una completa devas-
tación desde el Atlántico al Volga, desde el Báltico al Mediterráneo, y en exten-
sas áreas de China y el Pacífico, tras seis años de ataques totales, con ciudades
coventrizadas en Inglaterra, dresdificadas en Alemania, o pasadas por las armas,
hasta por dos veces, ida y vuelta, como sucedió en Stalingrado; o de cientos de
miles de masacrados impunemente, como sucedió en Nankin.
Y a todo ese apocalipsis le siguió una postguerra en Europa que presagia-
ba la más trágica falta de recursos de todo tipo, con las industrias arruinadas,
los transportes severamente dañados, una agricultura capitidisminuida sin su-
ficientes alimentos que ofrecer, y unos stocks de energía y materias primas casi
inexistentes.
La segunda mitad de 1945, el 46 y la primera parte del 47, fueron tiempos
de muy poca esperanza: las cartillas de racionamiento eran implacables en toda
Europa Occidental, los inviernos resultaron excepcionalmente fríos, y sólo con

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