Servico público y proporcionalidad

AutorGabriela Boldó Prats
CargoJuez sustituta

En mi experiencia profesional no deja de sorprenderme el aumento de la agresividad y de la falta de empatía, en nuestra sociedad, hasta el punto que situaciones inicialmente sencillas se convierten en tragedias, como la muerte del empresario del Raval. Por ello es necesario plantearse nuevos medios de resolución de conflictos, en que, en lugar del enfrentamiento o de individualismos enconados, se tienda a analizar la situación que se ha generado y qué opciones reales hay de resolverla; mostrando un abanico de posibilidades entre los que cada uno pueda decidir cuál escoge, responsabilizándose de las consecuencias de su elección.

Las situaciones de desproporción y de conflictividad extrema deben dejar de producirse por muchas razones, entre ellas por el descrédito que conllevan no sólo hacia un cuerpo policial en concreto, sino también por el desamparo y desprotección de la sociedad misma, puesto que la sociedad la vamos construyendo día a día, y, es necesario que la sociedad respete a los cuerpos policiales, evitando situaciones como las del Turó de la Peira, que pueden llevar a que determinadas víctimas se hallen en situación de desamparo, por no hablar de las conductas en las que pueden incurrir los agentes al dejar de perseguir acciones que pudieran ser delito. Para ello, no hay que olvidar que los agentes de policía cumplen una función de servicio público, que conlleva intrínsecamente la vocación de servicio a la sociedad, servicio que debe primar en todo momento en la resolución de conflictos que les son encomendados en el ejercicio legítimo de sus funciones.

No hay que olvidar por ello el tipo de sociedad ante la que los agentes pueden encontrarse, una sociedad con miedos, con actitudes agresivas y desafiantes ante la presencia policial. Considero que es necesario encontrar puntos de encuentro entre sociedad y agentes de policía para poder cambiar las actitudes de todos, de modo, que cada uno sea responsable de su parcela de vida, de su día a día y que aprendamos a hablar en lugar de imponer. El derecho penal se mueve a partir de una acción, de modo que si se objetiva en una acción que la policía se ha excedido, ésta deberá responder penalmente, al menos en una primera fase de instrucción, en la que será necesario valorar todas las circunstancias concurrentes, tales como si se usó la fuerza, si se hizo de forma adecuada y como se gestionó la situación, atendiendo al contexto real en que se produjo esa actuación, para poder determinar...

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