La Sentencia Administrativa

AutorPedro Cabero
CargoRegistrador de la Propiedad
Páginas382-384

Page 382

La Sentencia Administrativa .- Su impugnación y efectos por sú, González Pérez, Profesor Adjunto de la Facultad de Derecho de Madrid, Estudios de Administración, Instituto de Estu-. dios Políticos Maidrid, 1954.

Al cambiar el concepto de lo que debe ser o es el Estado, ha de cambar también el concepto que se tenga del Derecho Administrativo. Confieso que las ideas, confusas desde luego, pero ideas al fin que eriimis tiempos de estudiante universitario teníamos acerca del Derecho Administrativo, no eran muy halagüeñas para-estafama del Derecho, a pesar de la imprescindible lección acercade la impórtáncia de la asignatura y de su relación con otras incluidas en el plan de estudios. Simplemente, éste Derecho no era Derecho, sino la legislación que a cada, paso variaba o podía variar. Los principios júrídicos de tal legislación no le eran propios, sino prestados por el Derecho Público o el Derecho Privado, según mis ideas, bastante ar- bitrariaspor-cierto. acerca de ambas clases de Derecho. Así, la Ley de Aguas, por ejemplo; tomaba del Derecho Civil sus principios orientadores-y del Derecho Público la reglamentación deestos principios para la coexistencia de ios derechos del propietario con ios dere- ohcsVcé los demás propietarios, sócialmente considerados, incluyendo, entreestos propietarios al Estado. Como este último propietario era el; más fuerte, era también el que sacaba mayor tajada y el que imponía su voluntad, a veces por la debida subordinación del interés privado al interés público, pero otras veces porque sí, porque le daba la gana, sin más explicaciones, y si veía qne no le era conveníentt tal artículo, lo cambiaba asu gusto sin más fundamento que su exclusivo, interés Igualmente, el procedimiento administrativo era un procedimiento privilegiado, hecho por quien manda y para colocar en situación, de inferioridad a sus ciudadanos : el someterse a los Tribunales ordinal rios éfa una humillación para el orgulloso Estado, qué temía perderal-n ó tener razón jurídica. En otro aspecto, el procedimiento mencionado era unaconcesión del mismo Estado a los individuos para los casos en que a éstós les sobraba la razón de tal manera que sería intolerable el no reconocerlo, o para los casos en que la arbitra- riedád de los órganos administrativos era tan patente qué le interesaba al mismo Estado reprimir los excesos cometidos.

Con esta,orientación tan ,firme acerca del Derecho Administrativo psíirpn -los días y en vista de que el...

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