La Sanidad electrónica en una sociedad que envejece
| Autor | Marcelino Cabrera |
| Cargo | IPTS |
La sanidad electrónica, esto es, el uso combinado de las tecnologías de la sociedad de la información (TSI) en el sector sanitario, está transformando las agendas políticas a nivel europeo, nacional y regional. Los principales objetivos son el aumento de la productividad optimizando los sistemas de asistencia sanitaria, y la reducción de costes. Los proveedores de asistencia sanitaria, las organizaciones de seguros médicos y los políticos a todos los niveles (UE, nacional, regional) están trazando planes de apoyo a la asistencia sanitaria mediante la aplicación de las TSI. En particular, la política de la Unión Europea ha formulado planes de acción concretos (eEurope2002 y eEurope20051) para contribuir al desarrollo de la sanidad electrónica en toda la UE y alcanzar así algunas de las ambiciosas metas de la estrategia de Lisboa, aprobada en el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 20002.
La sanidad electrónica es una herramienta que capacita a los ciudadanos europeos y, en una sociedad que envejece, para la vida activa independiente de las personas de edad en una Unión Europea ampliada, con considerables diferencias de renta y sistemas de asistencia sanitaria heterogéneos. En este número especial, los temas se relacionan, de uno u otro modo, con esa sociedad que envejece, al tiempo que se subrayan las dificultades y las tendencias tecnológicas predominantes que precisan atención política.
La asistencia sanitaria y social para los mayores se puede proporcionar mediante nuevos servicios basados en las TSI adecuadas, tales como los llamados servicios para la 'vida independiente'. Sin embargo, los aspectos tecnológicos y organizativos de los planes estratégicos, relacionados con la política, son factores de éxito esenciales para satisfacer las necesidades reales de los mayores. Será preciso evaluar la relación coste-eficacia de las nuevas tecnologías asistenciales que son posibles gracias a los sistemas móviles y de 'inteligencia ambiental', y a los dispositivos transportables e incorporados, así como de los nuevos modelos comerciales y de prestación de servicios.
Es ilustrativo el caso de la 'sanidad móvil' por sus posibles consecuencias sobre los modelos financieros y de responsabilidad, ya que las organizaciones de seguros médicos pueden tener que dar cabida a nuevos gastos, como resultado de los servicios prestados por los operadores de telefonía móvil. Asimismo, los servicios de 'sanidad móvil' tendrán implicaciones para la prestación de la asistencia misma, lo que dará como resultado un cambio de paradigma para los profesionales sanitarios y para las relaciones médico-paciente.
Cuando se combinan con el tratamiento de datos sobre localización, los terminales móviles pueden mejorar las posibilidades de la sanidad electrónica. Obviamente, estos servicios se basarán no sólo en información sobre la localización, sino también en la movilidad de los terminales. Sin embargo, antes de que se extienda el uso de los servicios de asistencia sanitaria basados en la localización, será preciso abordar una serie de cuestiones de privacidad. El posible seguimiento a gran escala de los ciudadanos comunes (ya sea deliberado o accidental) aumentará ciertamente las preocupaciones éticas, lo que podría causar retrasos en la implantación de estos servicios, posponiendo así la consecución de sus beneficios.
El problema de la privacidad se puede extender a lo que se cree que será el núcleo central de información, en torno al cual se desarrollarán muchas aplicaciones de sanidad electrónica orientadas al ciudadano, a saber, la historia clínica electrónica (HCE). La HCE permitirá el acceso a información relevante, la colaboración entre proveedores de asistencia sanitaria y una teleasistencia más eficaz. No obstante, la confidencialidad y la privacidad son temas básicos que precisarán un amplio consenso entre todas las partes interesadas (autoridades, médicos y ciudadanos). La HCE, como piedra angular de muchos desarrollos en este campo, merece indudablemente acciones coordinadas a todos los niveles, incluyendo la UE.
Un prerrequisito importante, aunque a menudo ignorado, para la introducción de las nuevas TSI en el sector sanitario, es la adquisición de nuevos tipos de conocimientos por parte de los ciudadanos, los pacientes, los médicos, los ATS y otros profesionales sanitarios. Sin el desarrollo de recursos humanos mediante una enseñanza y formación adecuadas, la asistencia sanitaria se enfrentará a grandes obstáculos en el proceso esencial de intercambio de conocimientos. Esto es especialmente relevante si se considera la falta de inversiones en enseñanza y formación que es endémica en el sector sanitario.
Los temas mencionados (y hay otros muchos que no se discuten aquí, debido a la falta de espacio) bastan para dar una idea de los retos que suscita la sanidad electrónica, especialmente para los políticos, acuciados por la falta de tiempo, que necesitan captar de una ojeada los diversos aspectos científicos y tecnológicos, económicos, políticos y sociales. En este contexto, los 'mapas' u 'hojas de ruta' (roadmaps) son instrumentos valiosos para presentar y analizar las relaciones causales y temporales entre etapas sucesivas o paralelas. Igualmente valiosos son los resultados de los ejercicios de prospectiva existentes, que pueden contribuir a una mejor comprensión de la evolución esperada de la demanda de sanidad electrónica durante las dos próximas décadas.
Notas
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http://europa.eu.int/information_society/eeurope/2005/index_en.htm
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La reunión del Consejo Europeo en Lisboa fijó un objetivo ambicioso para que Europa se convierta en la economía más competitiva y dinámica del mundo. Para lograrlo, el Consejo aprobó más tarde el plan de acción mencionado, bajo el título de 'eEurope Una Sociedad de la Información para todos'.
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