SAINZ GUERRA, Juan: La evolución del Derecho penal en España

AutorAniceto Masferrer Domingo
Páginas881-887

    SAINZ GUERRA, Juan: La evolución del Derecho penal en España. Jaén, Universidad de Jaén, 2004 (ISBN: 84-8439-214-7).

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Si Francisco Tomás y Valiente con su Derecho penal de la Monarquía absoluta (siglos XVI, XVII, XVIII) contribuyó decisivamente a dar un impulso a la historiografía penal española a finales de los años sesenta (Edit. Tecnos, Madrid, 1969), Juan Sainz Guerra logra con este estudio cerrar una etapa y abrir otra bien distinta, en la que se auguran Page 882 -como él mismo desea- abundantes frutos en un futuro más bien próximo, como se deduce por otra parte del análisis evolutivo de la propia historiografía penal española 1.

Con esta evolución del Derecho penal en España se colma una laguna existente hasta hoy en nuestra historiografía, de modo que no sabría empezar de otro modo que manifestando mi más sincera felicitación a su autor.

Aunque todo estudio es susceptible de ser criticado en algún aspecto, ya de planteamiento, ya de desarrollo, la monografía de Sainz Guerra ofrece muchos más elementos positivos que negativos. Es probable que la principal crítica que se le podría plantear a su autor consista en su decisión inicial de acometer un trabajo tan ambicioso como el que acaba de salir a la luz. Pero quienes hemos seguido de cerca la redacción y definitiva publicación de este estudio sabemos, y así lo hace constar el propio autor en su introducción, que esta obra no es fruto de una decisión tomada hace unos años de colmar una laguna en la historiografía penal; es más bien la consecuencia de un trabajo que, iniciado para la preparación de una lección magistral en un concurso para la obtención de una plaza de Profesor Titular de Universidad, se prolongó luego pacientemente en el tiempo a fin de llevar a cabo de la mejor manera la impartición de una asignatura optativa de Historia del Derecho penal, para la que, hasta el momento, no existía manual alguno, a excepción de las enjundiosas páginas que Lalinde recogió en su Iniciación histórica al Derecho español.

Fue andando el tiempo cuando Sainz Guerra se percató de que aquella preocupación sostenida por conocer mejor aquella materia que tenía que explicar en clase había cristalizado finalmente en cientos de páginas, repletas de notas al pie con referencias a numerosísimas fuentes normativas, doctrinales y literarias. Y aunque su modestia, así como el riguroso talante de su quehacer científico no le sugerían la publicación de aquella magna obra, fuimos otros -como él hiciera conmigo en otra ocasión 2- quienes, después de leer pasmados los originales, le animamos con vehemencia a que lo publicara.

A Sainz Guerra no se le escapaban, como a mí, las limitaciones metodológicas de una magna obra como ésta, máxime teniendo en cuenta que ha sido escrita por una sola persona, cuando bien podría haber sido elaborada por un grupo de varios investigadores. Pero tan letal y paralizante resulta para el quehacer de todo investigador la desidia como el perfeccionismo. Y aunque el rigorismo y la modestia no le hubieran permitido a Sainz Guerra la edición de este trabajo, su efectiva publicación constituye sin duda un motivo de alegría para quienes nos ocupamos de la tradición penal.

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Todo estudio parte de unos presupuestos que constituyen el punto de partida y marcan el desarrollo del mismo. Se podrá estar de acuerdo o no con ellos, pero en cualquier caso obligan al autor a ceñirse a ellos. Toda opción metodológica entraña ventajas e inconvenientes, y resultará mejor aquel método que, en el caso de que se trate, pesen más las ventajas que los inconvenientes. En este sentido, pienso que no existen métodos mejores que otros así en general y en abstracto, sino que se precisa de un análisis concreto en cada caso.

Pues bien, he de reconocer que en este caso, dadas las circunstancias que han rodeado la elaboración de este estudio, coincido en líneas generales con los presupuestos de los que parte el autor de esta evolución del Derecho penal en España, tal como reconoce el mismo en su interesante y orientadora introducción.

En ella Sainz Guerra da cuenta de algunos de los principales obstáculos a superar. El primero de ellos es el metodológico. En efecto, entre las limitaciones metodológicas, destaca el autor los criterios ahistóricos que "han debido ser asumidos a pesar de que es de sobra conocido que las concepciones que cristalizaron definitivamente en la codificación no siempre han tenido un paralelismo conceptual en los tiempos precedentes". En este sentido, al reconocer "la dificultad de utilizar unos conceptos que en aquellos momentos no existían con las notas dogmáticas que hoy poseen", sostiene que, pese a ello, "los problemas contenidos en dichos conceptos eran una realidad como lo es hoy..." (p. 14).

En este sentido, en varias ocasiones, cuando así conviene, Sainz Guerra no duda en distinguir entre el concepto o terminología acuñada en un determinado momento y la realidad que ésta contiene, esto es, entre el continente y el contenido. Al tratar, por ejemplo, el alzamiento de bienes, aclara desde un principio -recogiendo a Pacheco- que "la ciencia...

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