Muñoz Sabaté, L.. Técnica probatoria Estudios sobre las dificultades de la prueba en el proceso, Praxis, 4.ª edición, corregida y aumentada. Formularios, Barcelona, 1993

AutorJosé María Chico y Ortiz
Páginas830-833

    MUÑOZ SABATÉ, L.. Técnica probatoria Estudios sobre las dificultades de la prueba en el proceso, Praxis, 4.a edición, corregida y aumentada. Formularios, Barcelona, 1993.

En esta dura -pero divertida- tarea de recensionar libros se plantea frecuentemente la «congruencia» o no del recensionista con el tema del libro o de la monografía. Aunque a veces, como en esta ocasión, echa uno las campanas al vuelo y aunque del tema sepa poco, esto es, le sea poco familiar, aborda el mismo con una valentía digna de mejor causa. Debo confesar -y éste es el medio probatorio- que la materia, aun siendo estrictamente procesal, guarda ciertas relaciones con algunos de los elementos de prueba que manejo en mi profesión, y eso me respalda para la aventura que inicio de recensionar un libro o trabajo, casi exhaustivo, sobre la prueba que ya ha alcanzado la cuarta edición, lo que acredita su bondad y su utilidad.

Al evolucionar los tiempos y al introducirse en las relaciones sociales y humanas el elemento económico, comienza a fallar la «palabra dada», la palmata, la promesa, el juramento, etc. El hombre -al materializarse- pierde Page 831 credibilidad, y en cuanto te descuidas te «vende la burra» aun con mataduras. Cuando termino de preparar oposiciones, allá por unos años que están en los archivos históricos (y la frase tiene su sentido que luego explicaré) leí alguna noticia sobre la prueba testiñcal, y quiero ahora reproducir aquello que para mí se me quedó grabado y me puso en el puesto de «centinela» en materia de pruebas.

Veréis, en el año 1951 se celebró en Filadelfia un experimento sobre el valor de las declaraciones testificales Un Congreso de psicólogos celebrado en dicha ciudad organizó un experimento interesante: en medio de un baile que se encontraba muy concurrido con varios centenares de personas, irrumpió un «payaso» que venía perseguido por un negro que le amenazaba con una pistola. Después de una pequeña lucha, el payaso cayó al suelo, el negro disparó un tiro y luego huyeron los dos de la sala Todo ello duró escasamente dos minutos y la escena se impresionó en una película. Doscientos asistentes al acto fueron requeridos para que escribiesen un testimonio de lo sucedido en el baile. Sólo siete personas describieron con exactitud lo que había pasado. El resto sólo contó puras fantasías la escena duró diez minutos, el negro iba desnudo, en vez de un disparo hubo ocho tiros, el payaso tenía las manos esposadas y el negro llevaba un cuchillo...

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