Riesgos de carácter psicosocial y acoso en el trabajo

AutorGloria P. Rojas Rivero
Cargo del AutorCatedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Universidad de La Laguna
Páginas129-144

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1. Introducción

Hace algo más de una década que en el panorama de la seguridad y salud en el trabajo a nivel internacional, y muy especialmente a nivel europeo, venimos asistiendo a la emergencia de todo tipo de estudios y análisis sobre lo que se ha venido en llamar “nuevos riesgos” y, entre ellos, los acuñados como “de carácter psicosocial”. Es, por tanto, una materia relativamente moderna que, a la vista de los resultados prácticos y de las estadísticas, aún los empresarios no están siendo capaces de gestionar adecuadamente.

Ya en el año 2000, la Agencia Europea sobre Seguridad y Salud en el Trabajo ponía de manifiesto el carácter prioritario que había que dar a este tipo de riesgos, ya que la Comisión Europea en el mismo año informaba que el 18% de los problemas de salud asociados al trabajo estaban causados por estrés, depresión, ansiedad, acoso o intimidación, una cuarta parte de los cuales implicaba dos semanas o más de ausencia en el trabajo, siendo su frecuencia dos veces superior en lo sectores de la educación, los servicios sociales y los servicios de salud.

En España, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo viene detectando también que es en sectores como la Administración Pública, la banca y los servicios sociales, donde mayores síntomas de estrés laboral se producen, con alteraciones del sueño, cansancio, cefaleas y problemas de visión.

Más recientemente, la Organización Internacional del Trabajo apunta a las enfermedades mentales como la segunda causa de baja por enfermedad común en el mundo, señalando que uno de cada diez trabajadores en el mundo sufre estrés, ansiedad o depresión, siendo esta última la causa más frecuente de bajas por incapacidad temporal en el mundo. En Europa lo sufren casi el 25% de los trabajadores, pro-

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vocando entre un 50 y un 60% de las bajas laborales, que suponen un coste de 20.000 millones de euros por los 40 millones de trabajadores afectados. En la UE-27 es el segundo problema de salud en el trabajo, en España casi un 28%.

¿Qué son los riesgos psicosociales?

Las nuevas condiciones de trabajo que están imponiendo desde hace ya unos años fenómenos como la globalización, han provocado la aparición de unos nuevos riesgos, que junto a los tradicionales de carácter traumático, tienen su origen en la organización del trabajo, tan peligrosos y dañinos como los otros, o más, pero mucho menos considerados. Y es que los empresarios se resisten a que se tomen medidas en una parcela –la organización de la empresa– que consideran exclusivamente suya.

La Administración y los Jueces, por su parte, manifiestan que no les corresponde a ellos hacer juicios de valor sobre cuales son los sistemas de organización empresarial más adecuados, sino aplicar y velar por el cumplimiento del Derecho (STSJ Valencia 25 de septiembre de 2001).

El aumento de la competitividad, de los ritmos de trabajo, las exigencias de mayor productividad, mayor disponibilidad y dependencia personal, más esfuerzo intelectual en detrimento del físico, más capacidad para trabajar en equipo, más flexibilidad, son sólo algunas de las condiciones laborales a las que están sujetos cada vez mayor número de trabajadores y que están minando a marchas forzadas su calidad de vida, lo que provoca que las exigencias empresariales en la economía globalizada la estén pagando básicamente los trabajadores en su salud.

Se trata de riesgos que son más difíciles de detectar y que se manifiestan a través de procesos psicológicos conocidos como estrés, síndrome postvacacional, ansiedad e incluso infartos o ataques al corazón tras mucha presión en el trabajo.

Como más importantes hay que señalar el estrés laboral, el burnt out y el acoso laboral.

El estrés se empieza a estudiar, con carácter general, en los años treinta del siglo pasado por parte de un austríaco, y lo relaciona con el trabajo un canadiense allá por el año 1956.

El estrés laboral puede definirse como el “desequilibrio existente entre las demandas del ambiente y los recursos disponibles del sujeto”, provocando en éste reacciones emocionales negativas tales como ira, depresión, ansiedad, etc.

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Las situaciones que lo generan, según los estudios realizados en la materia, pueden derivar tanto de las características de las tareas y del empleo, como de la estructura de la organización, así como también de la falta de comunicación o del llamado clima organizacional.

- En cuanto a las características de las tareas y del empleo, destacan condiciones de trabajo que exigen un alto grado de dificultad, gran demanda de atención, alta responsabilidad, funciones contradictorias, iniciativas restringidas; o jornadas de trabajo excesivas, rotación de turnos, etc.

- En relación con la estructura de la organización, un liderazgo inadecuado, una organización deficiente, la carencia del reconocimiento del trabajo bien hecho, o las promociones aleatorias.

- Finalmente, respecto al clima organizacional, un trabajo no solidario, un ambiente laboral conflictivo, una exposición a riesgos constante, etc.

Para evitar en la medida de lo posible el riesgo de estrés laboral, al margen de corregir desde el plano de la organización del trabajo el clima laboral, el ejercicio adecuado de la dirección empresarial, etc., hay que atender a factores que están relacionados con la personalidad del sujeto y con su formación.

Desde una perspectiva preventiva los trabajadores han de cuidar de la mejora de sus hábitos de vida, con alimentación saludable, ejercicio físico, sueño adecuado, evitar el sedentarismo, disminuir las adicciones, etc. Por otra parte, la formación sobre cómo administrar adecuadamente los tiempos de trabajo, sobre habilidades para tomar decisiones, para trabajar en equipo, para solucionar conflictos, de autoestima, relajación, etc., serán muy útiles al efecto perseguido.

El burnt out o síndrome de estar quemado, empieza a estudiarse en New York en los años 70 y se define como el desgaste psicológico por el desempeño del trabajo, tratándose en realidad de un grado extremo de estrés laboral, o de una respuesta al estrés laboral crónico caracterizado por el agotamiento emocional, la despersonalización o la falta de realización personal. Es un riesgo psicosocial que está provocado más por las relaciones de los trabajadores con los clientes o usuarios, que por las relaciones entre los trabajadores entre si o los trabajadores y sus jefes. De ahí que se de con mayor frecuencia en colectivos tales como médicos, enfermeros, profesores y personal de ayuda en general.

Para combatir este síndrome es muy recomendable desarrollar las técnicas o estrategias adaptativas propias para combatir el estrés laboral.

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En el plano organizativo, la mejora de la calidad de vida o el ambiente laboral, pueden contribuir a evitar los efectos de la sobrecarga laboral; pero también será útil la mejora de las relaciones entre estos profesionales y sus jefes, y entre estos profesionales y sus compañeros de trabajo.

Por último, el acoso laboral, como el riesgo psicosocial de mayor importancia en todos los sentidos, no sólo por su lamentable habitualidad, sino por provocar los efectos más devastadores, normalmente acompañados de los síntomas propios del resto de riesgos psicosociales, se encuentra enmarcado en un fenómeno de más amplio espectro, como es el de la violencia en el trabajo.

El crecimiento de comportamientos violentos en el lugar de trabajo está provocando ciertamente importantes riesgos para la salud de los trabajadores y aunque podamos afirmar que el hostigamiento laboral, es decir el que hoy llamamos acoso, existe desde que unas personas trabajan para otras, es sólo en épocas recientes cuando se le presta especial atención.

Las nuevas formas de organizar el trabajo en un mundo globalizado, las complejas relaciones interpersonales que las mismas generan, junto a la importancia desmedida de valores como la competitividad, el afán de promoción profesional, unido a la precariedad en el empleo en situación de crisis, están provocando, en determinadas circunstancias y ambientes, auténticos comportamientos patológicos que generan organizaciones que se califican ya como tóxicas.

El hecho de que en la sociedad y en los medios de comunicación los daños a la salud de los riesgos psicosociales sean bastante visibles tiene un aspecto negativo, porque el problema se plantea como un tema individual que tiene que ver con la personalidad y las características de las personas afectadas, cuando en realidad la exposición a los riesgos psicosociales no es una cuestión de personas perversas, por un lado, y de personas demasiado susceptibles por otro, de que no podamos o no sepamos abordar el estrés. Para prevenir estos riesgos se ha de actuar sobre su origen y las condiciones de trabajo, la organización del trabajo, son determinantes.

Se puede afirmar hoy que el acoso en el trabajo es un problema de salud laboral, de ambiente de trabajo sano, libre de daños, y en este sentido, como derecho de los trabajadores y deber del empresario, la prevención del acoso es un tema de vital importancia. Su consideración como riesgo...

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