Riesgo psicosocial o derivado de la organización del trabajo
Autor | Ricardo Fernández García |
Cargo del Autor | Químico |
Páginas | 157-173 |
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El desarrollo tecnológico vivido a lo largo del siglo XX, ha permitido aumentar la productividad y mejorar el nivel de vida gracias al desarrollo de nuevos sistemas de organización del trabajo. Quizás el más exitoso fue el desarrollado por Taylor, basado en la división del trabajo en tareas elementales, que le llevaron a deinir la Organización Cientíica del Trabajo. Esta teoría está basada en dos principios fundamentales:
· La manera más fácil de resolver un gran problema consiste en dividirlo en muchos problemas pequeños.
· Las personas se mueven fundamentalmente por intereses económicos.
Concebir el estímulo económico como única motivación del traba jador supuso convertir al trabajador en un apéndice de la máquina, reduciendo el trabajo a un conjunto de movimientos sim ples, elementales, repetitivos, y carentes de signficado para la persona que lo realiza. Esta fragmentación tuvo como resultado la deshumanización del trabajo.
Esta "deshumanización de trabajo" tiene una serie de inconvenientes:
· el individuo pierde el control de su trabajo.
· se reducen las posibilidades de que la persona aplique sus habilidades o conocimientos.
· el trabajo pierde signficado.
· el trabajador apenas puede intervenir en los asuntos de la organización.
· muchas veces el individuo trabaja solo.
Todos estos fenómenos pueden convertir e trabajo en algo monótono y aburrido, sin ningún interés para la persona que lo realiza, generando una disminución de la eicacia y la productividad así como dficultades para adaptarse a los cambios
Desde entonces múltiples han sido los estudios sobre el trabajo que han ayudado a superar la concepción tayloriana tratando de aumentar la motivación y el signficado del mismo. Para que el trabajo sea satisfactorio debe tener sentido para la persona que lo ejecuta. Debe exigirle algo más que un mero esfuerzo físico, tener un mínimo de variedad, que ponga en juego tanto la iniciativa como la creatividad de la persona, para que pueda
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dar respuesta a nuevas situaciones, que aporten a la tarea un cierto grado de autonomía, responsabilidad y capacidad de decisión.
Por otro lado, la organización del trabajo tiene que proporcio nar el reconocimiento social de la tarea de cada persona, así como permitir que cada individuo haga compatible un equilibrio entre su faceta laboral, familiar y social.
En todo trabajo existen una serie de factores relativos a la Organización del mismo que son decisivos para la realización per sonal del trabajador. Entre estos factores tenemos:
· factores de la Organización Temporal. ola jornada de trabajo.
o el ritmo de trabajo.
· factores que dependen de la tarea y que deinen el papel de del individuo dentro de la organización.
o automatización.
o comunicación y relaciones.
o estilo de mando.
o otros, como contenido del trabajo, status, posibilidad de promoción, etc.
Ciertamente existen características individuales que hacen que la respuesta ante condiciones de trabajo iguales sean diferentes. Estas son, entre otras:
· capacidad de adaptación.
· tolerancia.
· edad.
· estado de salud y fatiga.
· aptitudes, capacidades.
· personalidad.
· motivaciones.
· vida familiar.
· entorno social.
Esto quiere decir que al intervenir en una situación de trabajo, hay que tener en cuenta, por una parte, el contenido del trabajo y e entorno en el que se desarrolla y, por otra, la persona, con sus características individuales y su entorno extra - laboral.
En todo trabajo existen una serie de factores relativos a la organización del mismo que son decisivos para la realización personal del trabajador. Son los factores psicosociales o interacciones que se producen entre el trabajo
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(entendiendo por trabajo la labor que se realiza, el entorno en que ésta tiene lugar y las condiciones en que este está organizada) y las personas (con sus capacidades, necesidades y condiciones de vida fuera del trabajo). Estas interacciones inluyen en el rendimiento, en la satisfacción y por tanto en la salud.
Estamos hablando del estrés, el mobbing, el burnout... Debemos reconocer que las consecuencias negativas de los llamados factores psicosociales son, en general, fáciles de ver pero difíciles de acotar; fáciles de comprender y de reconocer, pero difíciles de deinir. En otras palabras, es muy difícil conocer sus factores organizacionales especíicos.
Por ello, al intervenir en una situación de trabajo, hay que tener en cuenta de un lado el contenido del trabajo y el entorno en que se desarrolla y de otra la persona, con sus características individuales y su entorno extralaboral.
Como se ha indicado, la evolución del trabajo industrial ha dado lugar a su transformación en tareas cortas y repetitivas y a una separación entre la realización del trabajo y su control. En la medida de lo posible el trabajo debería de tener componentes de variedad, creatividad, iniciativa, que eviten la monotonía y favorezcan el crecimiento personal. Si el trabajo responde a estos criterios, la persona se considerará útil a la sociedad.
De entre los parámetros que deben de ser estudiados, tenemos:
· la cantidad de trabajo o volumen de trabajo que tiene que hacer frente a la persona. Debe ser la adecuada, ya que tanto por exceso como por defecto pueden tener repercusiones negativas.
· el ritmo de trabajo. El tiempo necesario para realizar una tarea varía según los individuos y también para un mismo individuo depende del momen to, la fatiga, etc. Cuando los expertos en métodos y tiempos asignan de forma estricta y constante una duración de ejecución a una tarea, si esta asignación se hace respondiendo únicamente a las exigencias de la máquina o del proceso productivo, se corre el riesgo, si esta duración es muy justa, de ocasionar una sobrecarga al trabajador, que se encontrará con dficultades para regular su activi dad, lo que son duda conlleva un incremento de los defec tos de producción y en el riesgo de accidente.
· La falta de autonomía personal. La inadecuación del ritmo de trabajo a las peculiaridades del individuo ocasionará una falta de autonomía personal. Esta falta de autonomía puede ser debida tanto al ritmo de trabajo impuesto como a la posibilidad de abandonar el lugar de trabajo en tareas de supervisión y control. En ambos casos hay una dficultad o
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imposibilidad de interrumpir la actividad, de alejarse del puesto de trabajo fuera de las pautas o de ser reemplazado. También hay una dficultad o imposibilidad de que el individuo adapte su actividad a sus capacidades personales tanto desde el punto de vista de cantidad como de calidad.
· La complejidad. Cuanto mayor sea el número de operaciones diferentes que haya que realizar en una tarea, mayor será el esfuerzo de memorización. Asimismo, para un número determinado de operaciones, si aumentamos la velocidad de realización de éstas, aumentará el esfuerzo mental necesario para controlar la actividad. El problema de la complejidad de una tarea viene determinado por el número de elecciones o alternativas que tiene lugar en un ciclo de trabajo. En este caso hay que diferenciar:
o el número de elecciones rutinarias a realizar en el ciclo de trabajo.
o el número de elecciones conscientes, es decir, aquellas en las que el individuo tiene que decidir entre varias alternativas y optar por una de ellas.
· La automatización de los procesos. En las últimas décadas, la aplicación de nuevas tecnologías, sobre todo en la industria y en los servicios, ha dado lugar a procesos de trabajo autorregulados casi en su totalidad, elimi nando en gran medida la intervención humana, que ha quedado reducida a funciones de supervisión y control. Esta automatización ha implicado ventajas tanto en la cantidad y en la calidad del trabajo pues permite trabajar con menor esfuerzo físico y con menor riesgo de accidente. Pero por otra parte, ha conllevado una serie de inconvenientes respecto a la autonomía personal y a la ca pacidad de tomar decisiones. En efecto, la organización y el ritmo de trabajo dependen de la máquina, quedando la tarea de la persona reducida a una serie de operaciones rutinarias y repetitivas y perdiéndose la visión del conjunto del sistema productivo.
Se debe de considerar el trabajo y el ocio como dos dimensiones complementarias del mismo problema. El trabajo supone un gasto de energía y por lo tanto implica un descanso y una recuperación de este gasto. Ambos tienen que permitir y favo recer la satisfacción de las necesidades de los individuos ya sean estas de índole personal, social, familiar, acercándose en lo posible al estado de bienestar que es la salud.
El ser humano en el trabajo es nuestro centro de nuestro estudio. Por ello a la hora de establecer la duración y la distribución de la jornada de
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trabajo, hemos de buscar el estado de equilibrio físico, mental y social del trabajador. Dicho de otro modo, tenemos que...
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