El matrimonio religioso, el matrimonio canónico y el matrimonio civil. El vínculo matrimonial, ¿es indisoluble o disoluble?

AutorEnrique Fosar Benlloch
Páginas1087-1044

Page 1087

I Importancia del estudio científico de la realidad del matrimonio

El estudio de la realidad matrimonial y familiar es uno de los problemas científicos más acuciantes de nuestro tiempo. Su análisis es cada vez más profundo, pragmático y especializado, a la luz de la floración de las Ciencias Humanas en los últimos decenios. La necesidad de la coordinación interdisciplinaria de tales estudios, las cuestiones de metodología científica y de determinación del objeto ó campo del discurso científico tienen una prioridad apremiante.

Pone de relieve la urgencia de estas cuestiones la tendencia que se apunta en Occidente desde hace varios decenios hacia la privatización de la vida del ciudadano. El hombre de la sociedad urbana industrial avanzada se despolitiza, se reduce a un estrecho círculo laboral y amical y tiende a buscar un remanso de paz en su matrimonio y su familia: en consecuencia, les exige un nivel de satisfacciones psicológicas y afectivas muy superior al que era usual en la historia.

El modelo occidental de matrimonio monógamo y estable, aunque disoluble por el divorcio, por un proceso de aculturación muy acelerado, tiende a imponerse en todas las civilizaciones del mundo actual. El módulo familiar típico-la pareja conyugal y los hijos habidos de tal unión-se difunde por todas partes y tiende a arrinconar a la familia extensa o patriarcal como centro político, religioso y económico, aunque Page 1088 no hay duda que las relaciones de tal familia nuclear con sus familias de origen se mantienen en la mayoría de los casos. Las declaraciones de derechos humanos de las Naciones Unidas y las que eliminan la discriminación de la mujer o definen los derechos del niño, han creado una conciencia mundial respecto de los problemas de la mujer y el niño en la familia y en la sociedad toda y sentado las bases de su emancipación sociopoliticoeconómica.

Tal modelo cultural, consecuencia de una larga evolución histórica de Occidente, es a la vez producto de un sistema económico determinado-el capitalista de los dos últimos siglos-y de un concreto sistema ideológico-originariamente cristiano, posteriormente humanista postcristiano de diversa orientación-. Ni siquiera los países socialistas del este de Europa difieren sustancialmente de tal modelo de organización familiar, que se pliega perfectamente a las necesidades de la sociedad industrial de tales regímenes políticos. La ideología socialista de los mismos considera al matrimonio y a la familia como organismos éticos y formativos, que voluntariamente asumen la tarea de transmitir las pautas ideológicas a las nuevas generaciones y de contribuir a la edificación del socialismo. Pero su estructura económico-cultural no es diversa de la familia nuclear occidental.

El Movimiento de Liberación de la Mujer y la revolución sexual rechazan tal modelo de matrimonio y familia.

El Movimiento de Liberación de la Mujer rechaza, como alienante y esclavizador de la mujer, el papel sociocultural que la tradicional sociedad patriarcal-capitalista le ha conferido. La cultura vigente ha sido creada exclusivamente por los hombres. El principio materno, matriarcal, que existió en los orígenes de la hominización, ha sido totalmente oscurecido, borrado, por milenios de cultura patriarcalista 1. En la misma, las mujeres han perdido los signos de su propia identidad, son la sombra disminuida y desprestigiada del varón dominante. Se ven explotadas en lo económico, oprimidas en lo político y desprestigiadas en lo ideológico. Si en algún caso una mujer tiene éxito social es porque se pliega a las necesidades del sistema dominante y asume el rol social de un varón: ello le puede producir trastornos caracterológicos, pues la pauta de mujer subordinada le ha sido interiorizada desde niña y es muy difícil liberarse de ella. La mujer, en definitiva, es clase social distinta de las demás clases sociales clásicas, clase social oprimida por el hombre, según algunos feministas.

Page 1089Sólo una revolución cultural que rompa el discurso patriarcal-capitalista, que permita expresarse a las mujeres en un idioma liberado, que suprima las instancias del poder político represivo y que elimine la explotación de todas las clases dominadas por las dominantes permitirá la liberación de la mujer.

En tal modelo de sociedad feminista se transferirán al Estado las cargas de la crianza de los hijos, las inherentes a la maternidad, hasta el momento en que desaparezcan el matrimonio y la familia como realidades institucionalizadas. En su lugar aparecerá una unión desinstitucionalizada y libremente disoluble, exenta de cualquier tipo de imposición y represión por el aparato coactivo del Estado, que tenderá a desaparecer.

La revolución sexual afirma que el sexo es una realidad gratificante que sufre opresión por las modernas pautas del sistema socioeconómico actual, entre las que tienen importancia predominante el matrimonio y la familia burgueses, como único modelo de satisfacción de las necesidades sexuales que se acepta e institucionaliza. El principio del placer, en el que tiene un papel importantísimo la sexualidad, se ve prontamente reprimido por el de la realidad en la socialización del niño, que difiere la satisfacción del placer y lo somete a las exigencias de la sociedad, sustancialmente las que impone la efectividad económica. La familia reproduce en las nuevas generaciones las pautas de la actual organización social. Consiguientemente, la revolución sexual-que propugnan esencialmente los hombres, más preocupados por la liberación del sexo que la mujer-pone en causa, al igual que el feminismo militante, el matrimonio monógamo y estable.

Sus consecuencias serían, siempre en el marco de una sociedad socialista, la unión libre de la pareja heterosexual u otras experiencias sexuales v afectivas más avanzadas-uniones homófilas, comunas familiares, etc.-. Sin embargo, no hay que olvidar que este último fenómeno no tiene por qué propugnar la revolución sexual, sino ser una experiencia de familia ampliada en la que sus miembros respeten en el seno de la organización comunal la prohibición del incesto.

Tales ideologías se corresponden plenamente con las relaciones de producción existentes en la actualidad en las sociedades avanzadas. Hay conciencia de la posibilidad de que tales utopías son hacederas, pues por primera vez desde hace milenios, la humanidad ha salido de la etapa de la escasez y la sociedad está madura para satisfacer los proyectos singularizados de vida íntima de aquellos de sus miembros que lo deseen.

Para muchos, sólo la clase dominante, que impone una ideología concorde con sus intereses, se opone formalmente a que tales ideologías se plasmen en realidades. Para hacer frente a las mismas, a lo sumo tiende Page 1090 a difundir la noción de la sociedad permisiva, que difícilmente tiene plasmación real en país alguno de Occidente.

Por supuesto que ni el movimiento de liberación de la mujer ni la revolución sexual tienen en España, sumergida en un sueño hipnótico en los últimos decenios, la fuerza y futuro que en otros países de Occidente, ni tampoco puede calificarse, ni por aproximación, a España de sociedad permisiva.

Pese a ello, sí se dan en España en los últimos años una mayor difusión de conocimientos científicos sobre la afectividad y la sexualidad, la difusión de medios humanos de contraconcepción, cierta emancipación de la mujer por medio del trabajo. Todo ello, en unión de las ideologías dichas, influye profundamente en las teorías conservadoras en materia de sexualidad, matrimonio y familia, que cada vez más se han de limitar a retrasar lo inevitable: la puesta en cuestión y profunda reforma de tales instituciones en el marco de una sociedad democrática avanzada.

II Metodología interd1sciplinaria para analizar la realidad matrimonial

Pretendo analizar el carácter secular o religioso del matrimonio y las diversas acepciones que tiene la noción de indisolubilidad y disolubilidad del vínculo conyugal.

Creo que es un método infecundo analizar tales nociones desde un punto de vista estrictamente jurídico, que inevitablemente se limitará a la pura exégesis-y justificación-del actual sistema matrimonial vigente en España. Pero ello es tanto como dar por cerrado el discurso científico en términos de pura normatividad: es cerrar con llave los problemas y arrojar ésta al mar.

Por ello, superando este infecundo empeño, pretendo analizar las dos grandes vertientes del problema: la secular y la religiosa. Como luego expondré en el apartado V de esta primera parte, es preciso ir más allá del mero planteamiento secular cuando España ha adoptado un sistema matrimonial concordatario, en que la Iglesia impone su propio sistema matrimonial con fuerza de ley civil y donde la indisolubilidad del matrimonio canónico tiene su contrapartida en la del matrimonio civil.

En mi opinión, pueden darse la mano las nociones más avanzadas de la nueva metodología jurídica civil y la nueva concepción ética del matrimonio religioso cristiano. Una y otro creo que dejarán de lado, superadas, la concepción de muchos juristas positivistas del Derecho civil matrimonial, que no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR