Reflexión sobre el desarrollo de los llamados grupos terroristas

AutorRoberto Bergalli/Iñaki Rivera Beiras
Páginas183-190

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El terrorismo como término político describe cualquier persona que intente promover sus opiniones a través de un sistema de intimidación coercitiva. El terrorismo es, por tanto, violencia o, lo que es lo mismo, la amenaza de violencia, utilizada y dirigida en función o al servicio de un objetivo político.

Una vez escribió Wright Mills, profesor de la Universidad de Oxford, que: «toda política es una lucha por el poder, y el poder es, en esencia, violencia». El terrorismo es el punto en el que confluyen política y violencia con la esperanza de conseguir poder. Poder para dominar y obligar, poder para intimidar y controlar y, finalmente, para forzar el cambio político. Por tanto, la violencia es la condición sine qua non de los terroristas, quienes están firmemente convencidos de que sólo a través de la violencia podrá triunfar su causa, sus fines políticos y religiosos. Con este propósito en mente, los terroristas planean sus operaciones para conmocionar, impresionar e intimidar, asegurándose de que sus actos sean lo suficientemente arriesgados y macabros como para captar la atención de los medios y, a través de ellos, de la ciudadanía y del gobierno.

¿Y cuáles son esos objetivos fundamentales en los que se basan? Primeramente, como ya he señalado, captar la atención con el fin de obtener la publicidad con más cobertura mediática, el reconocimiento también de sus causas, buscan indudablemente la confirmación de que sus actos se hayan convertido en la noticia de actualidad más persegui-

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da; a la vez, con sus actos violentos, pretenden obtener la aceptación o justificación de su causa, y lo más paradójico, amparada en el reconocimiento de una serie de derechos, también autoridad, cuyo elemento se sustenta en la motivación de la lucha de su movimiento, y así pretender forzar un cambio político y social, poniendo en tela de juicio toda la estructura del Estado. Así pues, asentando con la atención pública, la confirmación de su protagonismo, el reconocimiento de sus derechos y la autoridad intimidatoria, el último paso de gloria y de triunfo para este tipo de organizaciones terroristas es el gobierno, la consolidación de su control directo y completo sobre el Estado y su pueblo.

Cabe indicar que desde el nacimiento de la Edad Moderna todavía ningún movimiento ha conseguido obtener los dos últimos elementos, la autoridad y el gobierno, pero sería una grave irresponsabilidad desvalorar dicha posibilidad, ya que el camino de todo terrorista es la esperanza de llegar a ese fin primordial.

A lo largo de la historia, las insurrecciones etnonacionalistas, concretamente durante la Segunda Guerra Mun-dial, tuvieron una influencia considerable y duradera en posteriores campañas terroristas. Organizaciones representativas de la violencia como la Organización Nacional Chipriota de Resistencia, así como el Frente para la Liberación de Palestina, resultan fundamentales para la comprensión de la evolución y el desarrollo del terrorismo contemporáneo. La capacidad de estos grupos significó una poderosa lección para otros pueblos del mundo que vieron en el terrorismo una forma efectiva de transformar conflictos hasta entonces locales en temas internacionales. De esta manera, se establecieron los cimientos para que, a finales...

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