Gestión de los recursos hídricos: un modelo económico de reparto

AutorM.ª Teresa Pastor-Gosálbez
Cargo del AutorProfesora Adjunta del Departamento de Economía y Empresa. Universidad CEU ? Cardenal Herrera
Páginas271-283

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I Introducción

Analizar la distribución y gestión de un recurso escaso como es el agua dulce en superficie desde una perspectiva estratégica nos permite utilizar como herramienta de1análisis «la teoría de Juegos». La teoría de Juegos es una ciencia relativamente joven que profundiza en el comportamiento estratégico de los agentes. Un comportamiento estratégico se da cuando un agente pretende superar a su adversario sabiendo que ese pretende hacer lo mismo con él. Esta metodología ha sido aplicada con mucho éxito en diver-sos entornos, la economía, la biología, la ciencia política, la ética …, en los que ha provisto de una metodología analítica que ha permitido aclarar y explicar algunos importantes problemas planteados en cada uno de estos ámbitos.

La Teoría de Juegos presenta dos planteamientos distintos al analizar el comportamiento estratégico, el planteamiento estratégico o no cooperativo y el planteamiento cooperativo.

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La variable que diferencia los dos planteamientos es la posibilidad de comunicación entre los jugadores. Esto es, si los jugadores pueden comunicarse entre ellos y negociar los posibles resultados estamos ante el planteamiento cooperativo (o juegos con transferencia de utilidad). En este caso, los jugadores o agentes pueden realizar coaliciones entre ellos, con lo que el análisis se centra en la posibilidad de realizar coaliciones y la estabilidad de sus acuerdos y resultados.

Por otro lado, en el enfoque no cooperativo (juegos sin trasferencia de utilidad), los jugadores no pueden llegar a acuerdos previos. Por lo que en el planteamiento estratégico lo que es mejor para un jugador depende de lo que los otros jugadores piensen hacer, y esto a su vez depende de lo que ellos piensan que el primer jugador hará2.

Por lo tanto, la teoría de juegos puede ser potencialmente útil en contextos donde dos o más agentes tienen un conflicto de intereses, y el resultado de este conflicto depende del comportamiento (estratégico) que cada uno de los agentes adopte. Por ello, en los últimos tiempos esta metodología está utilizándose en la gestión de los recursos naturales (agua, tierra, pesca,…) en los que la actuación de los usuarios (contaminación, sobreexplotación,…) tiene consecuencias sobre la distribución de los recursos iniciales y la calidad de ellos. Precisamente Dinar3et al. señalan en el libro «Bridges over Water: Understanding, Transboundary Water Conflicts Negotiation and Cooperation» cuáles son los aspectos que caracterizan el agua como un recurso donde aplicar la teoría de juegos cooperativos. Estos son: primero, los conflictos relacionados con el agua implican, normalmente, un número de agentes pequeño que interrelacionan entre sí. Segundo, las externalidades asociadas al uso del agua son un gran incentivo a la cooperación entre los agentes. Las externalidades principales incluyen por un lado, el impacto en la degradación de la calidad del agua, y por otro lado, que el uso del recurso (acuífero, por ejemplo) por un agente reduzca las posibilidades de uso para el resto de agentes. Tercero, la existencia de economías de escala asociadas a la realización de grandes infraestructuras. Cuarto, los proyectos relacionados con el «agua» son normalmente «multi-objectivo» lo que implica que confluyan diferentes intereses. Y quinto, muchos de estos conflictos son transfronterizos lo que implica conflictos internacionales, interjurisdiccionales, y/o interregionales.

En particular nos preocupa el aprovechamiento de los recursos de agua dulce en superficie, esto es, el aprovechamiento de las aguas de las cuencas hidrográficas. Nos preocupa como los distintos agentes (Estados, agricultores, ciudades, CC. AA.) utilizan el agua que fluye a lo largo de las cuencas

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hidrográficas, cuando además los agentes que tienen acceso o derecho a este bien tienen intereses contrapuestos. Esto es, ¿cómo comparten el bien, el agua, los agentes que comparten una misma cuenca hidrográfica? El problema al responder la pregunta realmente aparece cuando la cantidad de agua es insuficiente para cubrir las necesidades de los diferentes agentes.

En el ámbito de las relaciones internacionales observamos un claro ejemplo de comportamiento cooperativo cuando los estados se esfuerzan en desarrollar acuerdos y convenciones con el fin de asegurar la utilización, el aprovechamiento, la conservación, la ordenación y la protección de los cursos de agua internacionales, así como la promoción de la utilización óptima y sostenible. Un claro ejemplo de convenio bilateral es el Convenio de Albuferia, se trata de un convenio sobre cooperación para la protección y el aprovechamiento sostenible de las aguas de las cuencas hidrográficas hispano-portuguesas de 19984.

Nos interesa analizar cuáles son los incentivos de los agentes, en este caso los estados que comparten una cuenca, para llegar a acuerdos a la hora de compartir el agua de una forma eficiente. Sería de interés examinar que tipo de acuerdos son «aceptables». Ser aceptable implica que los acuerdos de reparto de las aguas tendrían que ser estables, esto es, ninguno de los agentes preferiría diseñar otro acuerdo, y por otro lado, debería percibirse como un acuerdo justo de acuerdo con ciertos principios de justicia.

Utilizando la teoría de juegos y...

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