El reconocimiento del genocidio como estrategia instituyente para la reparación de los derechos colectivos y la memoria indígena

AutorAsier Martínez de Bringas
Cargo del AutorProfesor de Derecho Constitucional y Director del Programa Experto en Derechos Humanos de los pueblos indígenas de la Universidad de Deusto
Páginas193-240
193
CAPÍTULO CUARTO.
EL RECONOCIMIENTO DEL GENOCIDIO COMO
ESTRATEGIA INSTITUYENTE PARA LA REPARACIÓN
DE LOS DERECHOS COLECTIVOS Y LA MEMORIA
INDÍGENA
A M  B
Nuestra nación ha nacido en el genocidio (…) Somos quizás la
única nación que intentó, como asunto de política nacional, ani-
quilar a su población indígena. Aún más, elevamos esa trágica ex-
periencia a la categoría de noble cruzada. De hecho, incluso ni
hoy nos permitimos rechazar este vergonzoso episodio ni sentir
remordimientos por él.
Martin Luther King,
Why Can`t Wait (1964)
1. INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es hablar de la relación que existe entre de-
rechos colectivos indígenas y genocidio en el marco de la globalización. El
planteamiento central es que existe una relación circular entre derechos co-
lectivos indígenas y el crimen de genocidio, en la medida en que aquellos pro-
vocan y determinan en última instancia la acción de éste. Desde ahí, el geno-
cidio indígena sería el conjunto de acciones criminales orientados a quebrar y
destruir el vínculo común vital que generan los derechos colectivos indígenas;
la potencialidad que estos encierran y despliegan.
Los derechos colectivos funcionan como normas sociales indígenas de in-
apropiabilidad, límites normativos para la protección de lo común-indígena,
1 Profesor de Derecho Constitucional y Director del Programa Experto en Derechos Humanos de
los pueblos indígenas de la Universidad de Deusto. Correo-e: asier.martinezb@deusto.es
Asier Martínez de Bringas
194
expresión de una intangibilidad (en términos de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos) que funge como límite a la voracidad público-privada
que pretende la explotación de sus territorios y recursos. Por ello, los dere-
chos colectivos son actos instituyentes 2 que posibilitan el acotamiento de la hy-
bris público-privada en la explotación territorial indígena. Afirmar que son ac-
tos instituyentes es explicitar que funcionan como condiciones de posibilidad
para una nueva institucionalización, aunque ello parezca difícil en tiempos
dominados por una hegemonía neoliberal de las instituciones, de los proce-
sos y de las acciones colectivas. Precisamente, por ello, existe la necesidad glo-
bal de recurrir a un recurso tan mortífero y destructivo como el genocidio
como medio-instrumento para garantizar la aniquilación de los vínculos y la
organización colectiva.
Los derechos colectivos indígenas son también una manera de refundar
el concepto de lo común; de dar forma y trazado específico a una instituciona-
lidad de lo común indígena en la medida en que funcionan como mediaciones
para la rearticulación de procesos, dinámicas y prácticas indígenas que crean
y constituyen institucionalidad más allá del Estado. Los derechos colectivos
indígenas otorgan densidad histórica y profundidad a la dimensión de lo co-
lectivo (indígena).
El genocidio contra los pueblos indígenas, por otro lado, es una expre-
sión clara de neutralización de la potencia de lo colectivo en un marco neoli-
beral. Es una manifestación de eliminación de toda emergencia de alternati-
vas institucionales en el marco de la uniformidad exterminante que propone
el neoliberalismo. De ahí que ponga en escena toda su intensidad deletérea
a partir de un dolo especial, cualificado, que encierra la pretensión de des-
truir el modo de vida indígena por la potencialidad que lo colectivo impli-
ca; por la agresión que ello supone para la esencia de la política neoliberal
contemporánea.
Si como hemos dicho, el modus operandi del genocidio indígena es la des-
trucción de lo colectivo por la potencia inmanente que encierra, la intención
2 Entendemos por instituyente el sentido otorgado por David Sánchez Rubio para una
reformulación paradigmática de la crítica de los derechos: “Los poderes instituyentes se vinculan con las
dinámicas, las lógicas y los procesos de significación de realidad fuera y dentro de las instituciones, en el
mundo de lo privado y también de lo público estatal, de lo público no estatal y de lo común. (…) los poderes
instituyentes son los actores y agentes sociales que nominan, significan y dan contenido a la realidad,
creando y produciendo cultura, así como el sistema de creencias o ethos social, los comportamientos, usos
y hábitos sociales, la opinión pública y la identidad nacional y el sentido de humanidad. (…) el poder
instituyente vendría a determinar el contenido práctico relacional, del orden de la convivencia diaria
y cotidiana que orienta el sentido de las tramas sociales sobre las que se desenvuelven las instituciones
sociales y que enmarcan los contextos de los poderes constituidos, aunque también van más allá de lo
regulado por el estado. (…) se mueve en la esfera de lo privado, de lo público y de lo común (2020: 68). Cf.
en su propuesta originaria y abstracta (Castoriadis, 1983: 114 y ss.; Laval y Dardot, 2015: 459-517).
Capítulo cuarto. El reconocimiento del genocidio como estrategia instituyente
195
de este trabajo, aunque pueda resultar paradójica, es asomarse a una com-
prensión diferente, instituyente diríamos, del genocidio, con la intención de
refundar una nueva institucionalidad de derechos capaz de dar protección
y garantía a lo común indígena por medio de los derechos colectivos. Re-
semantizar y refundar el concepto de genocidio, desde nuevas ópticas y con
otro campo de profundidad, develaría las intenciones ocultas, oscuras y so-
terradas que el genocidio esconde. Abrirnos a una consideración traslúcida
de genocidio permita entender cómo opera el engranaje y la maquinaria de
terror que alimenta, construye e incita tal destrucción; implicaría una manera
diferente y propositiva de protección que exigiría una nueva institucionali-
zación del crimen de genocidio y de los derechos colectivos que arrasa, para
poder pensar, desde ahí, los mecanismos de protección y reparación.
Para ello, el conocimiento de la historia del genocidio indígena es el úni-
co mecanismo efectivo para su posible reparación. Su conocimiento y reco-
nocimiento no es un acto celebrativo, sino una estrategia para hacer justicia y
evitar que se siga negando el exterminio desde perspectivas y enfoques revisio-
nistas. Desconocer el genocidio, su dimensión destructiva, el mal radical que
encierra, es una manera de negar un segundo crimen, un segundo momento
de impunidad. El no reconocimiento del genocidio indígena es la continua-
ción del genocidio bajo nuevos ropajes, formas y expresiones; por tanto, una
memoria pública del genocidio es aquella orientada a la no repetición de éste,
al desvelamiento de la verdad de lo ocurrido como mecanismo para evitar la
normalización de la violencia en el futuro. La propuesta metodológica que
se propone es acercarse negativamente a la dimensión de la justicia, a través
de su reverso, la injusticia, para afinar y sensibilizar, de esta manera, nuestro
sentido común de injusticia. Esta dialéctica negativa implica, como estrategia,
poner el foco en la atrocidad inefable que conlleva el crimen de genocidio
como manera de evitar la absolución de este crimen. La dimensión abstracta,
inconcreta y de difícil prueba de este crimen funciona como mecanismo de
redención para su reconocimiento y enjuiciamiento.
Tomarse en serio del crimen de genocidio –en un sentido instituyente–
es un acto translucido sobre las sombras que la intencionalidad de destruc-
ción de los modos de vida colectiva indígena encierra, y cuyas sombras no
permiten evidenciar ni hacer inteligible. Alumbrar dicha intencionalidad en
forma de dolo especial para este crimen; junto con el desvelamiento de lo
que dicha intencionalidad esconde, pretende y ansía es uno de los objetivos
principales de este escrito. Una comprensión instituyente del genocidio está
orientada a re-fundar el sentido y propósito de los derechos colectivos para
poder proteger en el futuro los contenidos y vínculos vitales que estos ampa-
ran y resguardan. Re-direccionar creativamente el crimen de genocidio impli-

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR