¿Pueden ser las Nuevas Tecnologías un instrumento para reforzar las democracias?

AutorIrene Belmonte Martín
CargoProfesora Colaboradora del Área de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Miguel Hernández (Alicante, España)
Páginas1-23

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I Algunas consideraciones preliminares

Las nuevas tecnologías han irrumpido con fuerza y una rapidez inusitada en nuestras sociedades modernas, hoy día ya parece natural la gestión de ciertas situaciones y problema cotidianos a través de los instrumentos y mecanismos estandarizados, que aportan las nuevas tecnologías de la información y comunicación (que a partir de ahora denominaremos TICs). Es especialmente corriente para una amplia generación de españoles realizar el abastecimiento de sus hogares y de su ocio, cumplir con sus obligaciones fiscales así como con otras variadas actividades personales y sociales a través de las nuevas redes de comunicación.

También las instituciones públicas, los actores políticos hacen uso, aunque a un ritmo más lento que las esferas privadas, de las posibilidades de incorporación de nuevas tecnologíasPage 3 a sus funciones, ya sea mediante la aplicación de medios de comunicación no convencionales y, especialmente, de la red Internet. De esta forma, las nuevas tecnologías han ampliado significativamente el margen de operatividad en la política y administración, surgiendo nuevos términos tales como e-democracia y e-gobierno.

La e-democracia se refiere a la aplicación de las TICs en la búsqueda mejoras en la satisfacción de las necesidades democráticas de los ciudadanos; el e-gobierno las incorpora en su gestión como condición necesaria en su esquema de funcionamiento, en aras de lograr la eficiencia y eficacia en sus procesos internos de desarrollo, buscando estrechar su vinculación con la sociedad.

Las nuevas tecnologías están inevitablemente asociadas a la modernización. Como premisa inicial es importante dar respuesta a la siguiente cuestión, ¿la modernización que deviene de la utilización de las TICs, tiene capacidad de mejorar los cimientos de la acción política de los gobiernos y las democracias? Obviamente estimo que la respuesta es positiva, siempre sometida a ciertos requerimientos internos y externos del sistema que pretendemos mejorar y del desarrollo tecnológico. Sin embargo cabe destacar que el consenso en este tema no se ha alcanzado todavía.

En este sentido, encontramos los ciberpositivos1 esperanzados con la idea que la nueva realidad social de información y comunicación tecnológica pueda llevar a una mayor apertura y transparencia en los gobienos, que favorezca la comunicación y el “feed back” entre la esfera pública y los ciudadanos, mejorando consecuentemente así la democracia real o efectiva. Por el contrario, los ciberpesimistas expresan su falta de fe en la efectividad real de las TICs y centran sus dudas en la capacidad de Internet para funcionar como algo más que un instrumento de propaganda gubernamental, que los políticos utilizarán para mantener y consolidar su poder (reforzando su liderazgo y status de élite que favorezca su reelección personal o búsqueda del apoyo a una determinada agenda política, al igual que se venía utilizando con otros medios convencionales) pero sin una transformación integral de los servicios públicos así como sin una interacción real con la ciudadanía.

Si no nos quedamos deslumbrados con el resplandor de Internet, descubrimos que las percepciones de los ciberpesimistas no están demasiado desencaminados de la realidad pues como demuestran los estudios2, el uso real de las webs de las Administraciones PúblicasPage 4 españolas (tanto a nivel central, autonómico y local) están básicamente centradas en los websites o páginas de información general, que en algunos casos ofrecen al mismo tiempo información personalizada y, los portales, que pueden estar abiertos a cierta participación ciudadana a la vez que a transacciones simples. Sin embargo, mas cuestionable es el marco de acción de la ventanilla única y la e-administración, ya que aunque sí podemos encontrar algunas páginas web muy estructuradas que permiten al ciudadano una gestión ágil y cómoda en un marco aceptable de seguridad virtual para el cumplimiento de ciertos procedimientos y servicios administrativos (como solicitud de becas, licencias, información de expedientes administrativos…) especialmente en algunas comunidades autónomas, todavía no es fácil encontrar un servicio público que pueda resolverse totalmente on line.

Aunque el periodo de experimentación de las nuevas tecnologías en el desarrollo de los gobiernos digitales en el mundo es bastante breve, los métodos de observación y comparación nos permiten evaluar la extensión del fenómeno entre las distintas instituciones estatales y su grado de apertura en la web, lo que ya posibilita trabajar con algunas hipótesis:

- La telefonía móvil se consolida como el motor de las TICS, habiendo alcanzado el 100% de su penetración en el mercado. Los internautas continúan en su tendencia expansiva superando el 40% de la población teniendo conexión a banda ancha más de la mitad3. El crecimiento de la Sociedad de la Información en España no alcanza los niveles del resto de países del entorno europeo.

- La e-administración avanza en relación con las empresas pero se atrasa en su relación con los ciudadanos. Observándose que son las empresas las que más confían en las TICs para todas sus relaciones con las administraciones públicas, siendo así el sector privado empresarial el que más utiliza los servicios on line de las administraciones4 en lo que concierne a la obtención de información, descarga de procedimientos y formularios de solicitud y presentación de trámites.

- Las instituciones políticas tienden a utilizar las TICs para modelar y reforzar sus estructuras de poder, amoldándolas a sus rutinas de trabajo pero sin superar los clásicos handicaps de la comunicación y de los sistemas de poder.5

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- La e-administración y e-gobierno ofrecen pocas posibilidades para una participación pública que implique una autentica interacción abajo – arriba, ciudadanos- élites, la crítica pública y la deliberación discursiva.6

- La asimetría del desarrollo e implantación de las nuevas tecnologías en nuestro país, que afecta a los distintos grupos sociales según edad, nivel alfabetización, ubicación geográfica… también se extiende al campo de las administraciones públicas. La estructura, diseño, planteamiento de objetivos, grado de implantación y asimilación así como cualquier otro factor que sea interesante para valorar la eficacia de las nuevas tecnologías son muy dispares en la administración central, autonómica y local. Además, estas dos últimas se encuentran muy determinadas por el criterio territorial. En cualquier caso, todas ellas mantienen un avance positivo tanto en presupuesto, infraestructuras y personal especializado siendo especialmente destacable la percepción de disminución de barreras a la incorporación de las TICs en la administración local, lo que hace previsible un continuo desarrollo de su uso en los próximos años.7

- Asimismo, la adecuación de las nuevas tecnologías en la denominada Sociedad de la Información, está siendo asimilada por las instituciones públicas a través de un proceso de enseñanza que utiliza básicamente la técnica de “ensayo - error “8 y la teoría del mimetismo. De tal manera y aplicando la lógica, cuanto más tiempo lleve una agencia en la red se incrementará la probabilidad de que ésta sea más interactiva.

- Otro de los ámbitos en los que se desarrolla la Sociedad de la Información y que también se esta aplicando al campo de la política son los weblogs. Entendemos por weblog (también llamado blog o “bitácora”) al sitio web de formato sencillo en el que se recopilan, por orden cronológico inverso, mensajes de uno o varios autores sobre una temática en particular a modo de diario personal. La blogosfera permite una válvula de expresión libre en Internet, aunque no está siendo suficientemente explotada por nuestros actores políticos: cuantitativamente es escaso el numero de bloggers políticos, se observa que no existe un dialogo real entre el político y el ciudadano, no tiene incidencia en la toma de decisiones públicas y, por último, aunque se está incorporando en las últimas campañas electorales celebradas, tampoco se observa como incitador al fomento de la actividad política mediante laPage 6 participación9. Por ello, la política está utilizando más la etiqueta blog para dotarse de una apariencia de modernidad que para empaparse con el espíritu interactivo propio de la filosofía blog. En cualquier caso, se espera una madurez próxima aunque no un cambio drástico en un futuro cercano.

Depositar confianza desmesurada en las TICs, puede llevar a generar expectativas que no se pueden cumplir, con la consiguiente frustración y sensación de fracaso aunque la cautela no debe evitar sustraerse de este imparable proceso de modernización.

En cualquier caso, compartimos la tesis que “Desde un punto de vista democrático, Internet es más beneficioso que perjudicial”10, las nuevas tecnologías son siempre positivas, la clave radica en la gestión y racionalidad que se desprenda de su uso.

Es difícil saber por qué las TICs, en nuestras democracias representativas, se utilizan comparativamente menos en las instituciones y procesos políticos que en sector privado. Quizás sea debido a cierta impermeabilidad de lo público a la rueda modernizadora: existe una clara línea divisoria entre una sociedad dinámica, postmaterialista, organizada en redes horizontales, informada, que utiliza cotidianamente las TICs, y un sistema político organizado de forma jerárquica, poco transparente y resistente a los cambios.11 En cualquier caso, una respuesta satisfactoria a esta pregunta implicaría un es análisis de la dinámica y absorción modernizadoras en ambas esferas.

El marco de trabajo de esta reflexión...

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