La evaluación del proyecto Atenea para la introducción de los ordenadores en las aulas

AutorEster García Sánchez
Páginas153-173

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1. El proyecto Atenea para la introducción de los ordenadores en las aulas
1.1. Los antecedentes y la puesta en marcha del proyecto

Del conjunto de programas experimentales de innovación educativa desarrollados en España en la década de los ochenta destacaron, desde su creación, los relacionados con la introducción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación1. La creciente importancia social y económica que la informática iba adquiriendo hizo que, desde diversos sectores de la administración central2y desde los propios centros escolares, se comenzasen a impulsar distintos estudios y proyectos para la integración de los ordenadores en la educación.

Más concretamente, fue un grupo de trabajo de la Comisión Ministerial de Informática (que había tenido oportunidad de conocer las experiencias desarrolladas en otros países), el que sugirió a la Secretaría General Técnica del Minis-terio de Educación y Ciencia que elaborase una propuesta para la incorporación de los microordenadores a la enseñanza. Los contenidos de la misma quedaron recogidos en un documento titulado Proyecto ATENEA. Una propuesta para la integración racional de las nuevas tecnologías de la información en la enseñanza básica y media, que fue aprobado por el Ministerio en marzo de 19853.

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Este primer proyecto perseguía básicamente dos grandes objetivos: fomentar la utilización de los ordenadores como instrumento al servicio del aprendizaje de los alumnos y difundir la utilidad de la informática y sus aplicaciones entre los miembros de la comunidad escolar. Al no contar la propuesta con el VºBº del Ministerio de Economía y Hacienda, el Ministerio de Educación y Ciencia, a través de su Secretaría General Técnica -que ocupaba en aquellos momentos Joaquín Arango-, decidió impulsar un proyecto algo menos ambicioso en cuanto a su alcance pero idéntico en sus objetivos al diseñado inicialmente. Así nació, en abril de 1985 y vinculado ya al gabinete de la recién creada Secretaría General de Educación, el proyecto Atenea4.

1.2. Objetivos y ámbito de aplicación

Los principales impulsores del proyecto, el secretario general técnico del Ministerio, Joaquín Arango, y su directora, Elena Veiguela, eran conscientes de que la introducción de las nuevas tecnologías carecía de sentido si no se convertía en un aliciente para la renovación de las prácticas educativas en los centros escolares. Precisamente por ello, la integración de la informática debía hacerse sobre la base de planteamientos educativos innovadores que se orientaran a potenciar un tipo de aprendizaje más activo y autónomo. El objetivo no era, pues, que el ordenador se convirtiera en un fin en sí mismo, ni siquiera en una herramienta de apoyo para el aprendizaje de determinadas materias. La plena inclusión de la informática en el curriculum, apenas desarrollada por los países de nuestro entorno, se convirtió en la principal finalidad del proyecto.

Como la mayoría de programas y proyectos de aquel período, el proyecto Atenea tuvo carácter experimental5. El nuevo secretario general de educación, Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Veiguela estimaron que, dado el carácter novedoso que aún tenía la informática, la experimentación constituía el mejor modo de conocer la «bondad» y el grado de aceptación del programa antes de su generalización y que, además, la experiencia debía ser sometida a evaluación6.

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La participación de los centros del territorio MEC7 en el proyecto era voluntaria, con la única limitación de que impartiesen enseñanzas medias o ciclo superior de EGB. El Ministerio de Educación y Ciencia convocaba periódicamente una serie de ayudas8para formación y adquisición de equipos informáticos y software, a la que concurrían los centros interesados en tomar parte en la experiencia9. Estos centros, previa autorización del claustro y del consejo escolar, debían presentar ante el Ministerio una propuesta de aplicación de la informática a la educación. En la selección de los colegios se daba prioridad a aquellos que habían desarrollado con anterioridad proyectos de innovación educativa. Los CEP a los que estaban adscritos los centros recibían el mismo equipamiento que estos.

Los cuadros adjuntos muestran el número total de centros que tomaron parte en el proyecto a lo largo de la fase experimental. En el curso 1985-86, prime-ro de implantación del proyecto, participaron en el mismo 127 centros públicos de las once Comunidades Autónomas que en aquel momento constituían el denominado territorio MEC, además de Ceuta y Melilla. Durante la fase experimental el número de centros participantes se multiplicó por 7. Sin embargo, en ese mismo período y, a pesar de este notable incremento, la media de ordenadores por centro se redujo, aunque de forma poco significativa.

Cuadro VI.1

Evolución del número de centros participantes y de equipos informáticos en el proyecto Atenea (1985-1990)

1985 1986 1987 1988 1989 1990 Total
Nº de ordenadores 286 1.785 1.050 1.356 1.436 2.100 8.013
Nº de centros 127 401 563 671 698 1.004 1.004

Fuente: OCDE (1991: 84).

El coste del proyecto Atenea fue, durante la fase experimental, muy elevado (y muy superior al que tuvo el proyecto Mercurio), lo cual se explica no solo por el número de centros participantes sino por el elevado coste de los equipos informáticos. Entre 1985 y 1990, el coste se incrementó en algo más de un 1.450 por ciento. Esta tendencia al alza (que, solo en los dos primeros años de vida de proyecto, fue de casi 720 millones de pesetas) se mantuvo durante toda

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la fase experimental, a excepción del ejercicio 1987, en el que el gasto se redujo en algo más de 22 millones de pesetas debido, probablemente, a la necesidad de inversión en el proyecto Mercurio.

Cuadro VI.2

Coste total del Programa de Nuevas Tecnologías. Proyectos Atenea y Mercurio, 1985-1990 (en millones de pesetas)

1985 1986 1987 1988 1989 1990 Total
Atenea 129,950 848,124 825,334 1.301,224 1.507,381 2.026,800 6.663,308
Mercurio - - 134,678 355,167 831,377 946,869 2.102,596
Total 129,950 848,124 960,012 1.656,391 2.338,758 2.973,669 8.765,904

Fuente: OCDE (1991: 83).

Como se puede advertir en el siguiente cuadro, las partidas presupuestarias que mayor peso tuvieron en el coste del proyecto Atenea fueron, evidentemente, las relativas a adquisición de equipos informáticos y a personal. Todas las partidas se incrementaron si exceptuamos la primera, que sufrió un descenso considerable entre 1986 y 1989, y la relativa a desarrollo de software, que se mantuvo constante a lo largo de toda la fase experimental.

Cuadro VI.3

Costes del proyecto Atenea, 1985-1990 (en millones de pesetas)

1985 1986 1987 1988 1989 1990 Total
Costes de equipos 111,550 645,600 500,000 460,500 387,800 579,000 2.684,450
Costes de mantenimiento - 8,924 37,487 57,200 66,313 115,000 284,915
Costes de personal (incluyendo formación) 8,400 143,600 208,681 450,391 472,734 622,000 1.905,806
Costes de formación (materiales, viajes) 10,000 50,000 44,975 87,679 114,261 159,000 465,915
Software, materiales, concursos - - - 119,358 331,307 363,000 813,665
Desarrollo de software - - 30,000 30,000 30,000 30,000 120,000
Publicación de materiales didácticos - - 4,200 23,596 25,416 43,100 96,312
Costes de funcionamiento de centros - - - 72,500 79,550 115,700 292,245
Total 129,950 848,124 825,334 1.301,224 1.507,381 2.026,800 6.663,308

Fuente: OCDE (1991: 83).

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1.3. La formación del profesorado

La formación del personal fue, sin lugar a dudas, la cuestión a la que desde el proyecto se prestó una mayor atención: no en vano resultaba imprescindible para la implantación del proyecto dado el carácter novedoso que, en aquellos momentos, tenía la informática en España. Se organizó un sistema de formación «en cascada». Los monitores fueron uno de los actores más importantes del proyecto Atenea y los primeros en recibir formación en nuevas tecnologías. Estos profesores de EGB o enseñanzas medias con dedicación a tiempo completo a las actividades formativas se encargaban de formar a los coordinadores de los equipos pedagógicos, esto es, a los profesores que se responsabilizaban de la puesta en marcha y desarrollo del proyecto en los centros escolares; los coordinadores, a su vez, se ocupaban de formar a los profesores pertenecientes a dichos equipos.

Con el propósito de que la formación específica en nuevas tecnologías se integrara plenamente en el proceso de formación global del profesorado, la figura del monitor quedó adscrita a los CEP, aunque mantuvo su vinculación orgánica, funcional y salarial a los Servicios Centrales del Programa. A pesar de ello, los monitores constituyeron un actor diferenciado desde el momento en que adoptaron una posición propia frente a la evaluación, si bien sus ideas e intereses eran casi...

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