Muy pronto los notarios tendrán que ser amigos de sus clientes

AutorMacarena Llansó
CargoConsejera responsable del Departamento I+D de Rodés y Sala Abogados

Sí, señores, sí, sorprende la noticia pero así será. El Proyecto de Ley de Medidas de Prevención contra el Fraude Fiscal, cuyo objetivo coincide con su título, impone a los ciudadanos y a determinados colectivos una serie de obligaciones de control, investigación e información deberes verdaderamente preocupantes, como el que obliga a los Notarios a ser, coloquialmente hablando, amigos de sus clientes.

Efectivamente, los Notarios tendrán que dar fe en las escrituras que otorguen de que conocen a las partes que las firman o de que se han asegurado de su identidad por una serie de medios supletorios que comentaremos seguidamente. Teniendo en cuenta la prudencia de los Notarios a la hora de ejercer su profesión, que, por supuesto, alabamos, va a ser todo un logro poder llegar a firmar la compra de nuestra vivienda, por ejemplo.

En primer lugar, si el Notario es amigo nuestro y por tanto, nos conoce, bastará con que lo haga constar en la escritura pero, si no nos conoce, tendremos que buscar un par de testigos que nos conozcan y así lo afirmen ante el Notario, testigos que, a su vez, también deben ser conocidos del Notario. Es decir, si mi marido y yo vamos a un Notario desconocido para escriturar la compra de nuestro piso, tendremos que desarrollar una ardua labor de investigación social para localizar a dos personas que nos conozcan tanto a nosotros como al Notario. Podríamos organizar una verdadera gincana cuyo premio sea conocer el círculo social y amistoso en el que se mueve el Notario para después investigar si tenemos amigos comunes, ¿no?.

Pero no nos preocupemos, si no los encontramos, bastará con que el Notario conozca a una de las partes y ésta identifique a la otra, o sea, si el Notario conoce a mi marido y mi marido dice que yo soy su mujer, obligación cumplida.

También será suficiente si nos identificamos a través de carnets o documentos de identidad que lleven...

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