Prólogo a la undécima edición

AutorAlberto Palomar Olmeda
Páginas11-12

Page 11

Han transcurrido ya algunos años desde la publicación de la anterior edición. El balance del tiempo transcurrido puede considerarse, ciertamente, complejo ya que lejos de profundizarse en el diseño de modelos sostenibles y propios de empleo público de las diferentes Administraciones Públicas este periodo entre ediciones se ha caracterizado por la legislación de «emergencia» que hunde sus raíces en la crisis económica y toma como única referencia el gasto público y la necesidad de su reducción.

De la magnitud que para el gasto público supone el empleo público no hay que hacer grandes disquisiciones. Es un hecho evidente que un Estado social con fuerte predominio de la versión prestacional, el empleo público es un elemento necesario e imprescindible en ámbitos como la educación, la sanidad, los servicios sociales, etc…Es difícil mantener cotas de prestación social tan altas como las que actualmente presta España y hacerlo con un volumen final de empleo público reducido. Los servicios asistenciales son y están indisolublemente unidos a la existencia de personal que presta los servicios.

Dicho esto, el debate social sobre el número de empleados públicos necesarios para la prestación de los servicios se ha centrado, en los últimos años, no tanto en los empleados que se necesitan cuanto sí en los que se pueden pagar. En términos claros: da igual lo que se necesite, el problema es lo que se puede o no pagar.

En este debate y en su planteamiento en estos términos se ha «cruzado» la escasa importancia que la planificación del empleo público, la racionalización de los puestos, la fijación de la producción o elementos similares que constituyen los elementos basales de un modelo de recursos humanos han tenido en el ámbito público y la escasa reflexión estratégica que opera en dicho ámbito. Sin esta opción, la de contención del gasto público ha tomado al asalto los castillos de la normalidad y realmente ha hecho lo que se necesitaba en términos de gasto y no de servicio.

El daño real de la congelación indiscriminada de las ofertas tardará mucho en ser evaluada y percibida pero es cierto que su carácter indiscriminado produce un efecto evidente que no es otro que convertir la provisión de los servi-

Page 12

cios en una lotería o en un juego de azar dependiente de la suerte de donde se hayan producido las vacantes y su necesidad real para la organización en cuestión.

Pero, ahora, que parece se aprecian síntomas de repunte de la crisis y que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR