Prólogo

AutorMiquel Julià Pijoan
Páginas15-17
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Prólogo
Prólogo
PRÓLOGO
Hay libros que despiertan verdaderamente la conciencia. El lector tiene en
sus manos, precisamente, el que a mí personalmente más me ha removido mis
convicciones doctrinales en los últimos tiempos. Para comprenderlo no queda
otro remedio que iniciar una lectura que se hace muy ágil y en la que el autor
no deja de dar datos que contribuyen a deshacer unos cuantos mitos, estable-
ciendo después las bases de lo que sin duda es una teoría general.
Miquel
JULIÀ PIJOAN
ha tenido la tremenda paciencia de leer con ojo de juris-
ta buena parte de la literatura médica para averiguar en qué consistía realmente
la neurociencia, interesantísima materia que, por desgracia, ha sido el pretexto
de redacción de tantos charlatanes en los últimos diez años. Por tanto, ha teni-
do que comprender el funcionamiento del cerebro hasta donde nos lo ha expli-
cado la medicina en este momento. Tras ello ha aprendido en qué consistía la
técnica diagnóstica más conocida, la fMRI (Imagen por Resonancia Magnética
Funcional). Y ha tenido la valentía no solo de exponer esos datos de una forma
comprensible para un jurista, sino que ha hecho mucho más.
En la primera parte de su obra ha tenido ni más ni menos que hacer lo
que se supone que es la obligación de un científico: contrastar los datos con la
realidad. Y esa realidad es cruel. No es solamente que los datos estadísticos de
los análisis neurocientíficos estuvieran errados, como con gran decepción des-
cubrimos en 2016. Es que, además, estábamos persiguiendo una pista clara-
mente falsa. No solo ha habido quienes han intentado establecer diagnósticos
sobre la personalidad de un sujeto investigado en un proceso penal, sino que
se ha pretendido también emplear la fMRI como un mecanismo detector de
mentiras. Pues bien, ambas misiones son simplemente imposibles, al menos
desde el análisis neurocientífico. Queda la duda de saber si otros análisis que
se produzcan en un futuro podrán dar algún tipo de luz al respecto, pero es
posible que no sea así, aunque pueda parecer decepcionante.
La razón es doble. La primera es de corte estrictamente empírico. Pretender
que los flujos sanguíneos del cerebro —es el parámetro usado por la fMRI—
381 ProcPenalNeuro.indb 15 20/11/19 14:15

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