Prólogo
| Autor | Eugenio Gay Montalvo |
| Páginas | 13-16 |
PRÓLOGO
Eugenio GAY MONTALVO
Es evidente que la justicia como aspiración máxima de la humanidad
ha despertado, desde siempre, un gran interés social. En unos momentos
en los que la actividad mediática ha alcanzado una de las cotas de mayor
presencia en la vida pública, la justicia y su mundo se han convertido en un
foco de atención muy relevante, como podemos comprobar casi a diario.
La idea que se tiene del juez no siempre coincide con la realidad e
incluso, en muchas ocasiones, se ignoran las limitaciones que tiene en el
ejercicio de sus funciones como titular que es del Poder Judicial que, como
ocurre con todos los poderes del Estado, se encuentra sometido al orde-
namiento jurídico basado, además, en la tradicional división de poderes.
Todo ello en el bien entendido que hoy, en el mundo occidental, la mayo-
ría de países responden al esquema jurídico diseñado por constituciones
sociales y de derecho de carácter democrático, como es el caso de España.
En consecuencia, el titular del órgano jurisdiccional personal o colegiado
se encuentra, lógicamente, limitado a las funciones que la Constitución y
el ordenamiento jurídico le tienen reservado.
La presente obra contiene la reexión de un grupo de eminentes y
prestigiosos juristas que polifónicamente aborda, desde sus respectivas
disciplinas, la complicada función de juzgar conforme a Derecho en nues-
tros días. La simple lectura del índice de la obra nos aboca, yo diría que
nos precipita, a leerlo de inmediato y a reexionar seriamente sobre una
tan delicada y necesaria función, que ya en la Grecia clásica era tenida
como cuasi sagrada, y que era precedida del vertido de agua lustral en el
escenario situado en el Areópago de Atenas donde se celebraban pública-
mente los juicios. Oradores y jueces pusieron los primeros cimientos de lo
que con los siglos serían nuestros ordenamientos jurídicos y dejaron jado
para siempre que el juzgamiento precisa de la defensa de los acusados y,
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