Prólogo

AutorTasia Aránguez Sánchez
Páginas11-14

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Cuando el dolor no es respetado ni visible para la sociedad, cuando hablamos de millones de mujeres sufriendo la incredulidad social, cuando el tejido del que te provee tu sexo para dar vida, te la roba y te impide darla (ante la pasividad de las miradas que te rodean), cuando todo esto sucede, hablamos de endometriosis. Quizás sea la enfermedad más cruenta de las que afectan solo a nuestro sexo, una enfermedad terrible en sus estadios graves, pero tratada sin la importancia merecida tanto por parte de los profesionales sanitarios, como por la administración pública y por el conjunto de la sociedad. Es una enfermedad que te mantiene muerta en vida por el dolor que causa. La endometriosis puede provocar situaciones de emergencia médica que llegan a causar la muerte (algunas de nuestras amigas ya no están con nosotras por culpa de la endometriosis). Esta enfermedad la sufre un 10% de la población mundial femenina, en torno a 176 millones de mujeres y niñas, que están olvidadas por una sociedad a la que aún le queda mucho por aprender en materia de igualdad. Es una enfermedad que, bajo el falso tópico “la menstruación duele”, se oculta silenciosa en nuestros organismos y nos va desgastando tanto física como emocionalmente (con repercusiones sobre la vida y el trabajo) y nos imposibilita vivir una vida normal.

Cuando una mujer tenga flujo, si el flujo en su cuerpo es sangre, ella permanecerá en su impureza menstrual por siete días; y cualquiera que la toque quedará inmundo hasta el atardecer. Levítico 15:19

A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti. Génesis 3:16

Tras estos dos versículos, recogidos de La Biblia, se alzan una cultura y una tradición en la que la menstruación es motivo de vergüenza y silencio, y en la que la endometriosis gana víctimas a causa de dicho silencio. Es un

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silencio permitido por la sociedad machista durante siglos, con el estigma del dolor menstrual como algo vergonzante y a la vez normal, con el estigma de la vergüenza por menstruar y la ignorancia social con respecto a cualquier alteración de los parámetros habituales. Versículos como estos dos están presentes en toda la Biblia, como en otros libros sagrados de la historia.

Te preguntarán sobre la menstruación. Responde: Es un mal. Apartaos de las mujeres durante la menstruación y no os acerquéis a ellas hasta que...

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