Prólogo

AutorDavid López Jiménez
Cargo del AutorDoctor (con mención europea) por la Universidad de Sevilla y doctor por la Universidad Rey Juan Carlos Universidad Autónoma de Chile
Páginas7-10

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Varias son las explicaciones que los prologuistas dan, y las acepciones que los diccionarios admiten, para justificar lo que acto seguido se va a decir de obra ajena, o para concretar en qué consiste el mismo, pues de que es lo último que se escribe aunque sea lo primero que puede leerse no hay discusión, sin faltar los que siendo harto conocida, por notoria, su autoridad científica, en esa y en otras muchas materias, no entiende cómo se les invita a ser ellos los que escriban o reflexionen en las primeras páginas de la obra prologada.

Sean los que quiera que sean los requisitos exigidos para ser prologuista, o en qué debe consistir un prólogo, en mi caso sólo hay un mérito que lo justifica y es la generosidad del autor en dejarme aparecer aquí, sin otro justificante que el recíproco aprecio y amistad, y, quizás, el haber formado parte del Tribunal que en su día juzgó la tesis, con la más alta calificación, que, por otra parte, con éste ya es el segundo fruto que da, ambos bien madurados, aunque las tapas sean verdes y el autor pleno de juventud.

Justificada mi presencia como prologuista, que es lo primero que procedía, tres son los aspectos de los que quiero dar cuenta, o sea, del autor, de la obra y de su circunstancia actual. Siempre con brevedad, pues, lo importante son las páginas que siguen, como tan pronto uno se adentre en la obra, o simplemente lea el índice, podrá comprobar.

A David LÓPEZ lo conocí, como quizás no podía ser de otra manera, dada la especialización de su obra, a través de un email, cuando todavía era licenciado, aunque hoy ya sea doblemente doctor, en Económicas (con mención europea) y en Derecho. He dicho conocí, y así fue, pues de ese primer email, como de los varios siguientes que nos cruzamos, hasta que hablamos por teléfono y nos pudimos saludar personalmente en Madrid, ya deduje su calidad personal y el ímpetu juvenil que atesoraba, que con

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el discurrir del tiempo se ha ido acrecentando. No quiero hacer más reflexiones en lo personal, pues el único límite que siempre tendrá su obra es que nunca podrá alcanzar su calidad como persona, por mucho que sea lo que ya ha acreditado y lo que fácilmente se vislumbra que todavía está por venir.

De la obra lo primero que resalta, y que ya se trasluce de su propio título, es que no es una obra más al uso, frecuentes dado lo novedoso —aunque ya no tanto— del comercio electrónico, sino un propósito logrado de encuadrar los distintos conceptos y...

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