Prólogo

AutorAntonio Legerén Molina
Cargo del AutorProfesor contratado doctor de derecho civil (Universidad de a coruña)
Páginas17-18

Page 17

Al parecer, a cada época histórica corresponde una guerra, una revolución. Ninguna queda cerrada deinitivamente, y se supera sólo a medias. Cada una de ellas ha supuesto subir un escalón, mayor o menor, en el camino hacia el ideal que siempre ha movido a la humanidad: la justicia, premisa e ideal de una sociedad que pretende progresar.

Evidentemente es una idea que no siempre tuvo el mismo contenido y, aunque ahora cueste entenderlo, hubo momentos en que se reconoció compatible con el trato desigual, por ejemplo, del ser de diferente raza o género. La desaparición de esos paradigmas fue posible en cuanto y en la medida en que determinados valores se incorporaron a la idea de justicia social y fueron jurídicamente reconocidos.

Quiero creer, aunque airmarlo parezca grandilocuente, que en el momento histórico que vivimos, ha tocado el turno a la discapacidad. Al igual que en su día circunstancias como el tener un tono distinto de piel o pertenecer a uno u otro género dejaron de integrar la esencia del ser humano para entrar en la categoría de lo accesorio, repito, ha tocado el turno a la discapacidad. La discapacidad nos hace diversos, como siempre ha sido el ser humano, pero no diferentes. Como manifestación de esa idea de justicia y respeto, la discapacidad es accidente, accesorio, y no esencia del ser humano.

Y decir eso es decir mucho, y de enorme calado en todo lo atinente a las ciencias sociales, médicas y, como no, las jurídicas.

Por contra a otras revoluciones, esta no es cruenta, ni persigue o utiliza el vacuo espectáculo mediático a que de manera preocupante nos tiene acostumbrados nuestra cultura. Se construye y avanza con modestia, con un movimiento constante hecho de pasos cortos pero irmes, y de no pocos

Page 18

tropiezos. Y en ella lo jurídico cobra un papel de enorme importancia, ya sea como motor o como relejo de la evolución de esa idea de justicia y respeto de que hablaba al principio.

En ese marco se sitúa la obra que tienen en sus manos y que tengo el honor de prologar. No creo que el objeto de mis palabras deba ser desgranar su contenido, eso es función de su lectura y estudio...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR