Prologo

AutorEnrique Prieto Tejeiro
Páginas9-18

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La historia económica de la España contemporánea, también de la moderna, ha girado tradicionalmente sobre la comparación con el resto de los países de nuestro entorno, en especial con respecto a aquellas naciones que ya en los albores del siglo XVII se disputaban la primacía económica: Inglaterra, Holanda, Francia. .. La percepción de nuestro evidente retraso se remonta hasta la Baja Edad Media1 a través del modelo de crecimiento colonial castellano, y más tarde la pusieron ya de manifiesto los memoriales de los "economistas" arbitristas2, primero, y los informes de los ilustrados3 después, ya en pleno siglo XVIII. Pero es en el siglo XIX, cuando ya la Revolución Industrial inglesa ha trasformado radicalmente la forma de producir bienes, el momento en el que España se va quedando cada vez más rezagada y es precisamente en relación a este retraso cuando surge una amplia historiografía empeñada en explicar las causas que loPage 10 motivan. El atraso económico español en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX es en la actualidad un tema ampliamente discutido, sobre el que se han vertido diversas interpretaciones, en general fundadas en distintas concepciones de los resortes del crecimiento económico. Por ello, la controversia no se plantea, salvo excepciones, en la apreciación de la realidad histórica de la economía española. Existe pues, un cierto consenso en la concepción del problema del atraso como una cuestión global, que atañe en lo económico y en lo social a la agricultura, la industria y al debate proteccionista, aunque en ocasiones se tienda hacia interpretaciones particulares.

Una serie de enfoques explicativos del problema del atraso comparativo español respecto al resto de Europa, se distingue por tomar de partida al sector industrial. Así aparece una primera línea interpretativa centrada en el análisis de la demanda de productos industriales4 para identificar las causas del fracaso de la revolución industrial española. La causa, fue la remora que para el sector industrial supuso el atraso del sector agrícola, que ocupa a la mayoría de la mano de obra y es presa de unos bajos niveles de productividad inalterados en el período. Es así como se explica el atraso industrial desde la responsabilidad del sector agrícola como lastre que, de modo exógeno a la propia dinámica del sector industrial, obstaculiza su desarrollo. En relación a las causas de los índices de productividad del sector agrario, se explican desde la ausencia de cambio técnico con la consecuencia principal de la debilidad de demanda interna para la producciónPage 11 industrial que origina mayores niveles de coste, escasa mecanización o excesiva diversificación de la gama de productos. Un punto de vista alternativo5, aunque centrado también en la explicación desde la insuficiencia de demanda industrial, sostiene un desarrollo industrial más suave y continuado, aunque, a la postre, insuficiente.

Frente a los estudios centrados en el análisis de la demanda de productos industriales, aparece una segunda línea de enfoques explicativos centrada en el estudio desde el lado de la oferta, es decir, de las estrategias empresariales. Desde esta perspectiva6 se cuestiona el comportamiento y las actitudes empresariales con relación a la remora al desarrollo industrial que supuso el estancamiento agrícola. Las empresas se hallan incapacitadas para competir en términos absolutos con la competencia internacional por la presión que realiza la renta sobre la ganancia a través del aumento del precio de las subsistencias necesarias y, por tanto, de los salarios. De este modo, el sector manufacturero opta por copar el mercado interior al amparo de un régimen proteccionista7 que apoyan. En definitiva, una estrategia empresa-Page 12rial que actúa vía elevación de los precios de venta en el mercado interior, renunciando al aumento de unidades producidas y adoleciendo de una falta de dinamismo que se refleja en los bajos niveles de competitividad y que, a largo plazo, se mostrará perniciosa para el propio desarrollo de un sector industrial en principio fuertemente protegido.

Al margen de los enfoques descritos, basados en las complementariedades existentes entre el sector industrial y el agrícola, bien desde el lado de la demanda o desde la oferta, existe una interpretación alternativa del atraso comparativo español estrechamente ligada al estudio del debate en torno a la Revolución Burguesa en España en el siglo XIX8. Bajo este enfoque las sucesivas reformas liberales sobre la propiedad territorial9 no logran la desaparición del sistema de producción terrateniente. La revolución liberal sólo es efectiva en el aspecto formal concerniente al proceso jurídico quedando inoperante como proceso de transición del feudalismo al capitalismo. En este sentido se resalta la...

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