Prólogo

AutorAntonio Viñas
Páginas13-16

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No sabría decir si el resultado es satisfactorio, pero uno de los anhelos que inspiraron la redacción de estas Instituciones fue, frente a los textos muertos censurados por los institucionistas, elaborar un texto vivo que aportase noticias de un período histórico vibrante, apasionado y dinámico. Un período en el que, mutatis mutandis, pudiera contemplarse un sorprendente y caprichoso mosaico de actividad humana, donde alternativamente se suceden éxitos y fracasos, acciones y reacciones que, en cualquier caso, pretenden hacer realidad ideales de validez universal, y, al propio tiempo, revisten capacidad suficiente para orquestar fórmulas dirigidas a resolver los problemas de un pueblo capaz de hacerse a sí mismo y encarar el futuro con una perspectiva en modo alguno localista y cerrada, sino abierta y universal.

Hay cuestiones que parecen irresolubles. Retornan una y otra vez, tal vez porque la lección histórica pocas veces resulta suficientemente elocuente para de modo decidido proponerse no repetirla. Frecuentemente se trata de configurar el futuro exclusivamente desde el presente, sin reparar que muchos problemas divulgados por acontecimientos pretéritos siguen generando inquietud en la actualidad, porque, en esencia, esos problemas continúan siendo los mismos de hoy, y tienen su origen en las mismas causas, aunque el campo de observación, la latitud, la extensión y distancia espacial y temporal se hayan modificado conside- Page 14 rablemente. Los recursos tecnológicos y los medios analíticos evidentemente se han perfeccionado, pero en el momento presente las modalidades de conducta, las mismas formas gramaticales y lingüísticas vienen condicionadas por una escala de valores, y un cúmulo de pasiones bastante similar al que se desliza por la historia de Roma.

La razón histórica muestra cómo múltiples episodios del pasado tienden a repetirse (proceso cíclico de la Historia). Eso explica que en el espejo de la actualidad con mayor o menor nitidez cabe divisar el reflejo de lo acontecido.

Si el texto que se ofrece al lector sobre un momento histórico tan polifacético permite afrontar el futuro, no con el objeto de reproducir las experiencias más negativas del pasado, sino solamente aquellas por cuyo eje de coordenadas discurre el afán de perfección, el progreso y el deseo de alcanzar un cierto y relativo grado de felicidad, en algún sentido al menos, se habrá intentado realizar la tarea hegeliana de "pensar la vida", no la vida...

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