Prólogo

AutorCarmen Parra Rodríguez
Páginas23-24

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Mi primera referencia al escribir estas líneas tiene que ser para un personaje cuya existencia muchos se empeñan, en vano, de negar. Me refiero al «Homo Oeconomicus», ese personaje que todos llevamos en nuestro interior y al que, en ocasiones, no prestamos la debida atención.

Si lo definimos como aquella persona que actúa (en términos económicos) de forma racional, no debería sorprendernos su reacción frente a la situación, evidentemente crítica que caracteriza a la economía mundial en general, y a la nuestra en particular.

El guión de la reacción típica ante la crisis ha seguido unas pautas, sobradamente conocidas por los psicólogos, que caracterizan el comportamiento humano ante cualquier catástrofe. En primer lugar, la negación, rotunda e indiscutible de la crisis. Algo más adelante, sorpresa y estupefacción por la magnitud del desastre. A continuación, la búsqueda y juicio de los culpables. Y, por último, el análisis de las medidas necesarias para volver a la senda de la prosperidad.

Si aceptamos, como parece razonable suponer, que ya se han dedicado suficientes años a las tres primeras cuestiones, puede ser un buen momento para enfocar las cosas desde un punto de vista constructivo y trabajar en propuestas concretas, viables y positivas, orientadas hacia la recuperación económica.

Por otro lado, un análisis riguroso y serio de la actual depresión económica nos conduce, irremediablemente, más allá de la mera consideración de variables e indicadores micro y macroeconómicos, hacia las causas profundas que se encuentran en el origen de los problemas que nos acosan. No es difícil reconocer que la crisis actual es, en esencia, una crisis de valores. Para decirlo con más claridad, una crisis de ausencia o desaparición de valores.

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Las famosas burbujas, sean financieras, inmobiliarias, o de cualquier otro tipo, son consecuencia directa del abandono de valores como el trabajo, el esfuerzo o la responsabilidad y su progresiva sustitución por otros como la vagancia, la irresponsabilidad o la avaricia.

Así pues, frente a una situación que requiere la adopción de medidas efectivas contra la crisis y la...

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