Prólogo

AutorPaz M. de la Cuesta Aguado
Páginas15-17

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Este libro consta de dos partes, en la primera, los capítulos I y II, se revisan los presupuestos metodológicos del elemento del Conocimiento de la antijuridicidad del hecho. En el primer capítulo se sientan las bases de la concepción de culpabilidad en la que se inserta como requisito este elemento.

En el segundo capítulo se sintetizan las posiciones doctrinales y jurisprudenciales mayoritarias desde una perspectiva crítica. En ambos casos, la irrelevancia del desconocimiento de la antijuridicidad del hecho se hace basar en la existencia de una infracción del deber de informarse de la norma jurídica. Si la infracción es imprudente el error será tratado como error vencible. En la práctica, la jurisprudencia expande de forma importante los ámbitos de lo que considera conocimiento en detrimento del error vencible, de forma que cuando admite la virtualidad del error de prohibición suele hacerlo en su modalidad invencible. La doctrina es consciente de ello, así como de que la obligación de conocer el derecho no es más que una presunción con poca base racional a la que se recurre como mal menor y como consecuencia necesaria de una concepción indeterminista de la voluntad humana basada en el libre albedrío. En este sentido se ha afirmado que estamos condenados a conocer, pues en caso contrario, no sería posible en la mayoría de los supuestos emitir un juicio condenatorio de culpabilidad.

No es preciso incidir mucho para poner de manifiesto las contradicciones lógicas de estas afirmaciones. Este segundo elemento dogmático de la culpabilidad adolece de graves grietas y contradicciones entre los fundamentos teóricos de la culpabilidad (entre los que se encuentra como elemento imprescindible el conocimiento de la antijuri-Page 16dicidad del hecho) y el tratamiento práctico de la relevancia del desconocimiento.

En mi opinión todo ello deriva de que la categoría de la culpabilidad en su conjunto se fundamenta en una concepción filosófica de gran tradición pero no siempre contrastable con la realidad que interpreta. Una concepción filosófica que funciona como una metáfora de imágenes que aparenta satisfacer las necesidades político-criminales de la sociedad y el ideal de justicia porque en sus ambiguos conceptos y principios todo cabe -también las restricciones más autoritarias- excepto la prueba. Y es que incluso autores que han renunciado a fundamentar la culpabilidad en el libre albedrío, siguen admitiendo de forma más o menos explícita, la...

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