Prólogo

AutorMario G. Losano
Páginas11-13

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El título de este volumen se remite a la novela de Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera, y no precisamente por casualidad: de hecho, al igual que el cólera es una enfermedad letal para el cuerpo humano, la crisis económica que dio comienzo en 2007 se está revelando como una enfermedad letal para el cuerpo social. En particular, las medidas “neoliberales” adoptadas para poner remedio a la crisis económica están minando la democracia parlamentaria y la solidaridad social, que era la característica de las sociedades europeas occidentales.

El modelo de democracia europeo, hoy en declive, tenía la igualdad como valor inspirador (realizable a través de aproximaciones sucesivas, aunque inalcanzable en su totalidad), la solidaridad como sentimiento orientador de las libertades individuales, la democracia parlamentaria como cauce para contemporizar dichas libertades individuales y, en fin, el Estado social como instrumento de solidaridad para llevar a cabo la marcha hacia la igualdad. Este modelo atraviesa hoy una fase de enfermedad, pero esperemos que no de agonía.

Como el pensamiento solidarístico se había aceptado también fuera de Europa, en particular en Sudamérica, el grupo de estudiosos al que pertenecen los autores de los ensayos publicados en este libro se propusieron investigar, en 2008, la evolución y las perspectivas de la solidaridad en el contexto de la crisis económica. La investigación se desarrolló entre 2008 y 2009 con la financiación del Conselho Nacional de Pesquisa (CNPq) brasileño1, y los textos se pusieron a punto en tres reuniones celebradas en joão pessoa (paraíba) y en la ciudad de São paulo.

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Como punto de partida se ha utilizado un escrito que recorre la génesis del concepto de solidaridad2(que aquí reproponemos como texto de apertura), completado por un segundo ensayo sobre la situación actual y sobre el futuro de la solidaridad social en un contexto de reducción de la democracia parlamentaria.

En efecto, por mucho que la combinación de la democracia parlamentaria con la solidaridad social parece la más equilibrada y aceptable de las soluciones, conviene recordar que los dos elementos no van necesariamente unidos. Por un lado, puede darse un Estado social sin democracia parlamentaria, como en el comunismo leninista, la doctrina social de la Iglesia o la República Social Italiana, trágica conclusión de las dos décadas de fascismo. Por otro lado, puede darse una democracia...

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