Prólogo

AutorEnric R.Bartlett Castellà
Cargo del AutorDoctor en Derecho. Director del Seminario Permanente de Derechos Humanos, Facultad de Derecho de ESADE; Universitat Ramón Llull
Páginas7-19

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Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno (...) 4. Reafirmamos que nuestros valores fundamentales comunes, como la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, el respeto de todos los derechos humanos, el respeto por la naturaleza y la responsabilidad compartida, son esenciales para las relaciones internacionales. (...) 19. Reafirmamos nuestro compromiso de erradicar la pobreza y promover un crecimiento económico sostenido, un desarrollo sostenible y la prosperidad mundial para todos (...) Subrayamos la necesidad de medidas urgentes en todos los frentes, incluidas estrategias e iniciativas de desarrollo nacionales más ambiciosas respaldadas por un mayor apoyo internacional.

Del documento final de la Cumbre mundial 2005 (resolución 60/1 de 16 de septiembre de 2005 de la Asamblea General de Naciones Unidas)

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Unos meses después de la aprobación del documento del que entresacamos las frases con las que se inicia esta publicación, tuvo lugar -en marzo de 2006- la XII Sesión del Seminario Permanente de Derecho Humanos de la Facultad de Derecho de ESADE, bajo el título "Del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales a los Objetivos del Milenio". Como decíamos en la nota introductoria a su programa, la efeméride de 40 años de la aprobación y 30 de la entrada en vigor de los Pactos Internacionales -Económicos, Sociales y Culturales (DESC) y también los Civiles y Políticos-, "parece un momento propicio para hacer balance de las realizaciones y de los objetivos todavía pendientes".

Ese propósito lo acometíamos teniendo in mente que el año 2000 todos los estados miembros de Naciones Unidas se emplazaron a conseguir para 2015 los denominados ocho objetivos de desarrollo del Milenio (ODM): 1.Erradicar la extrema pobreza y el hambre; 2.Conseguir acceso universal a la educación primaria; 3.Promover la igualdad de género y la promoción de la mujer; 4.Reducir la mortalidad infantil; 5.Mejorar la salud maternal; 6.Combatir el SIDA, la malaria y otros contagios; 7.Asegurar la sostenibilidad ambiental; 8.Desarrollar un partenariado global para el desarrollo. El que estos objetivos, decíamos, "suponen hasta cierto punto una relectura en clave operativa del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales", propició articular un programa en el que Pactos y Objetivos se ponían en relación. Para desarrollarlo contamos con la aportación de unos muy destacados ponentes que, por orden de intervención, fueron Julio Añoveros, Marcelino Oreja, Silverio Agea, Angels Mataró, Jesús Gracia, Xabier Markiegi y Josep Millares. Son sus contribuciones, junto con la comunicación presentada por María Dolores Bardají, los textos que ahora publicamos, manteniendo una tradición que, gracias al decidido compromiso del editor Javier Bosch, se remonta al inicio de este Seminario.

El papel de los pactos internacionales en el entramado jurídico-institucional del que son elementos previos la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos, es analizado por Julio Añoveros. En su estudio aborda también la vinculación entre ambos instrumentos, el de derechos civiles y políticos y el de derechos económicos, sociales y culturales, como fórmula de síntesis para superar el conflicto ideológico -político que enfrenta, al elaborar-11

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los, a los dos bloques, capitalista y socialista, surgidos de la 2ª guerra mundial. Conflicto que demoró la aprobación de los pactos en casi 20 años, los que van desde la creación de la Comisión de Derechos Humanos en 1946, hasta su aprobación en 1966. Igualmente, las coincidencias de ambos textos, con algunas disposiciones muy similares, y sus diferencias -el grado de compromiso asumido por los estados parte, las limitaciones previstas a su aplicación y los mecanismos de supervisión y garantía- introducen al lector en un contexto en el que logros y fracasos se suceden y preparan el camino para posteriores actualizaciones, en tanto que, como recuerda el ponente, "una realidad viva, en constante evolución y mejora para adaptarse a las realidades de cada momento".

Marcelino Oreja, nos confronta con la evolución en el tiempo del Derecho Internacional Público, nos recuerda que el reconocimiento a todo ser humano de la titularidad de unos derechos propios, oponibles jurídicamente a todos lo estados, operado por la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos, supone un punto de inflexión radical en el orden jurídico nacido de la Paz de Westfalia (1648). Por dicho reconocimiento, los derechos humanos han dejado de ser una cuestión de jurisdicción interna y "el Derecho Internacional penetra progresivamente en el corazón mismo de la soberanía". Ahora bien, no es un proceso veloz . Los Pactos, suscritos en 1966, no entran en vigor hasta diez años después, en 1976, cuando se alcanza el número mínimo de ratificaciones.

La mirada del profesor deja paso a la del protagonista, como actor o como testigo de primera fila, cuando nos describe el papel que jugaron los derechos humanos en el inmediato postfranquismo. En su relato van apareciendo quienes, como el Rey Juan Carlos I y el presidente Adolfo Suárez, ejercieron sus responsabilidades para hacer posible que España se incorporara a esa nueva manera de entender el Derecho Internacional y las relaciones entre los ciudadanos y sus estados. El diplomático nos recuerda cómo las consecuencias de un cambio de régimen vienen moduladas por el peso relativo que los factores exógenos...

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