Procesos y otras condiciones que intervienen en la realización del comportamiento criminal: conducta, comportamiento, acción, personalidad, motivación y aprendizaje en el ser humano. Algunas precisiones conceptuales

AutorFrancisco José Sánchez Garrido
Páginas33-65
CAPÍTULO I.
PROCESOS Y OTRAS CONDICIONES
QUE INTERVIENEN EN LA REALIZACIÓN
DEL COMPORTAMIENTO CRIMINAL:
CONDUCTA, COMPORTAMIENTO, ACCIÓN,
PERSONALIDAD, MOTIVACIÓN Y APRENDIZAJE
EN EL SER HUMANO. ALGUNAS PRECISIONES
CONCEPTUALES
Toda actividad humana se encuentra modulada tanto por una enorme
variedad de procesos biológicos, psicológicos, sociales y culturales como
por un amplio elenco de circunstancias que tienen entre sus principales
funciones, no solo mantener y regular la homeostasis o el equilibrio inter-
no del organismo, sino también incidir sobre la conducta y la interacción
social de los sujetos. En este sentido, qué duda cabe que las emociones,
los procesos químicos implicados en la regulación del funcionamiento del
sistema nervioso, los grupos sociales o la dinámica social pueden influir en
el comportamiento delictivo, pero si bien es cierto que, aun no siendo este
trabajo lugar para el análisis de todos esos procesos y condiciones, no por
ello debo dejar aquí de considerar algunos de los mismos por su importancia
y relación con el hecho delictivo.
Así pues, me parece apropiado, dada tanto su importancia como su am-
plia difusión y empleo en el ámbito penológico y criminológico (como paso
previo a introducirnos de lleno en el estudio de la habitualidad criminal),
analizar desde un punto de vista antropológico, claro está, los conceptos
de conducta o comportamiento humano, acción, personalidad, motivación
y aprendizaje, realidades estas que van, como he dicho, intrínsecamente
ligadas al hecho criminal y que, por lo tanto, entiendo van a favorecer la
comprensión de la materia de análisis aquí propuesta. De todos modos,
quiero resaltar que, dado el gran influjo que tienen los procesos biológicos y
el funcionamiento del sistema nervioso sobre el obrar humano, en general,
y el comportamiento delictivo en particular, serán numerosas las alusiones
a este tipo de circunstancias que realice a lo largo del trabajo, sin olvidar
también, las referidas a otros procesos, de notable pujanza sobre el hecho
delictivo, como son los sociológicos, ambientales o culturales y que, del
mismo modo, iremos viendo.
Francisco José Sánchez Garrido
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1.1. CONDUCTA Y COMPORTAMIENTO
Etimológicamente, conducta proviene del latín conducta que significa
conducida o guiada, manera en que los hombres guían su vida y dirigen
sus acciones. Comportamiento, también del latín comportare, significa
comportar, portarse, conducirse o manera de comportarse. En el ámbito
clínico, parece existir cierta predisposición a no utilizar ambos términos
como sinónimos ya que la conducta estaría asociada a las relaciones con los
demás implicando la misma una serie de actos12 protagonizados por el ser
humano conscientes, externos y observables por los demás. En cambio, el
comportamiento haría referencia a la relación con los estímulos del entor-
no en función de las contingencias que afecten al organismo. En cualquier
caso, y discusión científica a parte (pues la misma no es objeto del presente
estudio), aunque utilizaré ambos términos de manera indistinta, procu-
raré explicar la conducta criminal desde la óptica de la conducta humana
entendida esta como todo aquello que la persona hace, piensa o dice en
relación con el ambiente que le rodea teniendo en cuenta su subjetividad,
su conciencia y su libre albedrío13.
12 Se conocen como actos humanos aquellos que ejecuta el hombre en cuanto se distingue de todos
los demás seres vivos, esto es, aquellos que son especí cos al hombre, los cuales son voluntarios y libres. En
este sentido, cfr. RODRIGUEZ DE CEPEDA, R. Elementos de Derecho Natural, 4ª edición, editorial
Domenech, Valencia, 1899, p. 28.
Para el famoso psicólogo conductista John Watson se hacía necesario distinguir entre con-
ducta y actos. Para este autor, actos son grupos totales de respuestas que se integran de tal manera que
el individuo hace algo para lo cual tiene modelos habituales de como hacerlo. Así la conducta humana se
compone de un conjunto de actos o integraciones de respuestas más simples. En este sentido, John
Watson citado por TÖPF, José. La conducta humana, editorial Eudeba, 1ª edición, 5ª reimpresión,
Buenos Aires, 2004, p. 51. Sobre Watson y el conductismo cfr. H. LEAHEY, T. Historia de la Psicología,
traducción de María de Ancos Rivera y Clara Rivera Rodríguez, editorial Pearson Prentice Hall,
6ª edición, 2009, pp. 342 y ss.
13 Qué duda cabe que ofrecer una de nición de la conducta humana es una cuestión un
tanto controvertida ya que ha sido objeto de estudio de diversas disciplinas cientí cas como la
losofía, la  siología, la antropología, la sociología, la criminología, la psiquiatría o la psicología.
El tema es apasionante, sin duda, pero al no formar parte del análisis de esta obra, he tratado de
ofrecer una aproximación al entendimiento de lo que es la conducta, para ayudar a compren-
der cuales son las causas o motivos que inclinan a un ser humano a cometer constantemente
hechos delictivos, desde el punto de vista de la psicología por dos razones. La primera porque
la psicología es la ciencia que se dedica al estudio de la actividad psíquica y el comportamiento
de los seres vivos, incluidos los seres humanos. Y la segunda, porque como disciplina derivada
de la  losofía y, por lo tanto, muy in uenciada por dicho pensamiento, también tiene en cuenta
en sus estudios conductuales los factores ambientales, antropológicos y sociológicos, en los que
toda persona se desenvuelve. Aún es más, el estudio del comportamiento humano también se
desarrolla a partir de sus fundamentos biológicos y la psicobiología, disciplina de la psicología,
aporta también el resultado de sus investigaciones para el entendimiento de la conducta. En este
sentido, no hay que olvidar que los numerosos avances en el campo de la neurociencia, en gene-
ral, y de la neurociencia cognitiva, en particular, y en las técnicas empleadas para el estudio del
Delincuencia habitual, psicopatía y responsabilidad penal. Algunos problemas del concepto tradicional de imputabilidad
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Como he dicho, los seres humanos al igual que el resto de las especies,
son capaces de responder a los estímulos que proceden del exterior o del
medio ambiente mediante toda una serie de acciones. Esta respuesta al
estímulo medioambiental, en función de lo dicho más arriba, es lo que se
conoce como comportamiento. Desde un punto de vista psicobiológico,
la conducta es el conjunto de manifestaciones públicamente observables,
reguladas por el sistema neuroendocrino14, mediante las cuales el ser vivo
como un todo, en respuesta a un estímulo interno o externo, se relaciona
activamente con el medio ambiente15. La conducta es un curso biológico en
el que, como tal, hay que tener también en cuenta los procesos orgánicos
en los que se apoya y concreta. Cabe decir también que, desde la vertiente
socio-cognitiva de la personalidad, se afirma que la conducta es el resultado
de las características del sujeto y de la situación, es decir, el comportamiento
surge de un proceso constante de interacción recíproca entre la situación
y el individuo16.
Hechas las anteriores concreciones, se podría afirmar que la conducta
criminal (como modus vivendi recordemos) es aquel acto o acción externa
consciente, penalmente reprochable a su autor (conminado con una pena),
que atenta contra bienes especialmente protegidos, y que, en numerosas
ocasiones, se ve influida por factores internos, externos o por ambos a
la vez (biológico-ambientales). Ahora bien, toda acción humana, como
dice Welzel, es ejercicio de actividad finalista17, por lo que, a tenor de ello, a
la anterior afirmación habría que añadir el hecho de que todo comporta-
miento delictivo (deliberado e intencionado) deba ir dirigido también a la
consecución de un fin o una meta (un acto de autodeterminación), por ello,
objeto del Derecho Penal será aquella conducta o actividad del ser humano
sujeta o supeditada a la capacidad de dirección final de la voluntad18. Sólo
funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso están siendo determinantes para comprender
muchos aspectos del comportamiento humano que hasta fechas, relativamente recientes, eran
totalmente desconocidos. Para ver con más detalle, cfr. H. LEAHEY, T. Historia de…, op. cit. y
DEL ABRIL ALONSO, Á. et alii. Fundamentos de Psicobiología, editorial Sanz y Torres, UNED, 2009.
14 El sistema neuroendocrino se compone de dos sistemas de coordinación interna y de inte-
racción con el exterior que cooperan constantemente entre sí: el Sistema Nervioso y el Sistema
Endocrino. Esta acción coordinada hace que ambos sistemas recojan información, la integren
y ofrezcan la respuesta más adecuada a las variaciones del medio interno y a los estímulos del
entorno.
15 DEL ABRIL ALONSO, Á. et alli. Fundamentos de Psicobiología, op. cit., p. 4.
16 BERMÚDEZ MORENO, J.; PÉREZ GARCÍA, A.; RUÍZ CABALLERO, J.; SANJUÁN SUÁREZ,
P. y RUEDA LAFFOND, B. Psicología de la Personalidad, UNED, 2011, p. 415.
17 WELZEL, H. El Nuevo Sistema de Derecho Penal. Una introducción a la doctrina de la acción  nalista.
Versión en castellano por José Cerezo Mir, ediciones Ariel, Barcelona, 1964, p. 25 o WELZEL, H.
Derecho Penal Alemán, op. cit., p. 39 (la cursiva es añadida).
18 Ibídem cit., p. 38.

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