Proceso de una Intervención Pericial

AutorV.Sorlí Rojo y J.L. Cuadrado Echeverría

Al comenzar una intervención y personarse en el lugar del siniestro o de control, el comisario debe tener muy presente que puede no volver a repetirse el momento de su intervención y, por consiguiente, su informe puede ser el único reflejo del alcance de las averías, las causas y las circunstancias de las mismas.

Los pasos siguientes a un requerimiento de intervención son conseguir:

- Nombre, domicilio y dirección completa del requiriente.

- El número de expediente, póliza, nombre y domicilio del asegurado, si el requiriente es una compañía de seguros.

- Nombre y domicilio del transportista u otros implicados en el caso, presuntos responsables o no.

- Fecha y lugar del siniestro.

- Lugar de la inspección o control.

- Características del objeto a controlar o inspeccionar.

- Características del medio de transporte.

- Orientaciones sobre el tipo de avería.

En el momento de iniciar la inspección, el comisario de averías debe darse a conocer indicando quién es el requiriente de sus servicios que, a su vez, debe avisar a las otras partes involucradas para que tengan oportunidad, por si o por medio de otro comisasrio, de presenciar el control o realizar otro peritaje. Esto no debe significar la emisión de un peritaje conjunto o único.

En el momento de la inspección, el comisario controlará y estudiará las condiciones tanto del medio de transporte como de la mercancía y las condiciones atmosféricas del lugar del acaecimiento o de control en los momentos del accidente y de la inspección.

Controlará la cantidad, diferenciando la mercancía sana de la averiada, desglosando, si fuera posible, los distintos grados de avería.

Comprobará las condiciones de estiba, trincaje y seguridad que tenía la mercancía antes de producirse la avería y la diligencia que el transportista, almacenista o responsable de la mercancía ejerció en el cuidado y custodia de la misma durante el período que estuvo amparada por el contrato de transporte, almacenaje u otro tipo de manejo.

Comprobará las condiciones del medio de transporte en el momento de producirse la avería y las que pudo tener al iniciar el viaje, además de considerar si el transportista ejerció la debida diligencia al respecto.

Procurará información del acaecimiento y de la causa que dio lugar a la avería, tomando un reportaje fotográfico tan amplio como considere necesario.

Recabará la documentación del viaje -contrato de transporte, conocimiento de embarque, carta de ruta, etc.- y de recepción para embarque, que reflejen las condiciones de la mercancía en el momento de la recepción por el transportista u operario de la carga; las facturas comerciales del cargamento y las listas de embarque y embalaje con el contenido de cada bulto.

Las manifestaciones que pueda recoger de los transportistas, cargadores, estibadores, receptores, etc., son útiles para la mejor interpretación de lo que el comisario aprecia en la avería y, en ello, abunda el hecho de que la causa raramente es única y que lo normal es que concurran causas y circunstancias diferentes amparadas unas por el seguro y otras excluidas. No es misión del comisario de averías establecer la frontera entre el daño cubierto y el daño excluido, por lo que al emitir el informe debe considerar las características de la mercancía y el orden cronológico de los acaecimientos, de forma que permita al liquidador tomar las oportunas decisiones.

Colaborará en la toma de decisiones tendentes a minimizar el daño.

Es frecuente que una intervención que se inicie en el lugar del siniestro se continúe, después de iniciado el proceso de salvamento y recuperación, en otro lugar. Se controlará al detalle todos y cada uno de los bultos, o por muestreo representativo, estudiando los deméritos para poder estimar la valoración de la avería.

Se deberá huir en lo posible de la utilización de la expresión «causa desconocida» aunque, en ocasiones, no sea posible determinar la causa o causas de un daño con precisión.

La intervención termina con la emisión del informe, que debe ser objetivo, concreto y en el que se evitarán presunciones.

ESTUDIO DE LAS CAUSAS DE AVERÍAS MÁS FRECUENTES

El primer riesgo de averías en el transporte se deriva de las características y condiciones del embalaje de la mercancía a transportar. Posteriormente todas las operaciones -recepción de la carga en las instalaciones del transportista, carga, transportes, descarga, almacenaje, etc.- son susceptibles de producir diferentes averías. Las causas más frecuentes de las mismas pueden definirse:

Averías por manipulación

Las izadas muy sobrecargadas, con excesiva velocidad, rápidas arriadas, y bruscos frenazos. La poco cuidadosa utilización de los medios de carga, descarga, y hasta de transporte, pueden producir golpes, caídas, roces, etc., que dañen la mercancía.

El uso de elementos inapropiados en las operaciones con eslingas, cadenas, redes, gafas, etc., para estrobado e izado y el uso de patas de cabra o ganchos, pueden producir mordeduras o roturas en el embalaje, reduciendo su capacidad de protección o, alcanzando a la propia mercancía, producir derrames, roturas y contaminación.

Averías por las condiciones de almacenes/bodegas

Suelen ser las producidas, generalmente, por contaminación, infección o inapropiada ventilación.

Las condiciones de los almacenes de recepción previas al transporte, deben ser apropiadas para las cargas y mercancías, estar secas, limpias, sin olores y, además, con la ventilación suficiente y con los medios de prevención adecuados, tanto contra incendios como contra robos. Asimismo, debe disponerse de los medios de apilamiento apropiados.

En los buques de carga seca, tanto bulk-carriers como de carga general, la limpieza de las bodegas tiene como objetivo principal evitar la contaminación de la carga siguiente. Cuando la nueva mercancía a cargar es de características similares a la descargada en el último viaje realizado por el buque, puede ser suficiente el barrido de bodegas, ventilación y la ausencia de humedad; casos de carbón, minerales, etc. Para cargamentos de cereales, se precisa, además, un tratamiento de desinsectación y la eliminación total de los restos del cargamento anterior, así como una limpieza completa de los pocetes de sentina y de las rejillas.

Especial cuidado requieren las bodegas de los buques refrigerados cuando transportan mercancías que no requieren temperaturas inferiores a los diez grados bajo cero, para evitar la contaminación animal, ya que la rata puede vivir y criar hasta esa temperatura

En ocasiones, se solicita del comisario de averías que emita un certificado de la aptitud de una bodega para el transporte de una determinada mercancía. Este certificado será el resultado de la inspección de una bodega limpia, como hemos dicho, seca, sin olores y desinfectada.

Hay cargamentos, tales como el carbonato sódico -soda ash- que requieren un alto grado de limpieza, conocido mediante la expresión «hospital clean», para la que es necesario que todos los elementos que puedan o vayan a estar en contacto con la mercancía -cucharas de grúas, tolvas, etc.- tengan un grado absoluto de limpieza.

La inspección de las bodegas debe ampliarse al sistema de cierre de las escotillas, detallando sus características y controlando detenidamente las condiciones de las juntas -si son viejas y están endurecidas o agrietadas, etc.- y las llantas de presión, de forma que permitan asegurar la estanqueidad. Asimismo, deben revisarse los cierres de los sistemas de ventilación, las condiciones de los circuitos de tubería que atraviesan las bodegas y los cierres de los tanques altos. Debe hacerse referencia especial al estado de pintado u oxidación.

Tampoco es infrecuente que se pida al comisario de averías que instruya al capitán del buque sobre las condiciones más apropiadas de temperatura y ventilación para ciertos cargamentos, especialmente los dedicados al consumo humano.139

Averías por estiba deficiente

La estiba es el arte de situar las mercancías en las bodegas de un medio de transporte, conjugando:

- seguridad del mismo y su tripulación,

- prevención de daños a la mercancía,

- máximo aprovechamiento de espacios,

- rotación de los puntos de escala y,

- rapidez y economía en las operaciones de carga y descarga.

Los daños causados por una mala estiba se reflejan en destino y consisten generalmente en:

- Aplastamientos producidos por apilamiento excesivo. En mercancías con embalaje de cartón, la falta de ventilación que pueda traducirse en un aumento de la humedad puede favorecer esta avería de aplastamiento. El aprovechamiento de espacios tiene su principal sentido en la explotación comercial, que no debe condicionar la libre circulación del aire de ventilación.

- Movimientos de la carga en la bodega como consecuencia de malos tiempos.

Hay mercancías que precisan la operación de trincaje como complemento de la operación de estiba.

- Derrames, que tienen siempre un desarrollo vertical y que pueden producirse por rotura de sacos y envases.

Siendo la estiba responsabilidad del capitán del buque o del comandante de la aeronave, cuando aparezca la duda razonable de que las averías puedan tener su origen en una mala estiba, el comisario de averías debe solicitar las explicaciones suficientes de las circunstancias que orientaron u obligaron a esa forma de estiba.

El proceso de la estiba comienza con el estudio de estabilidad que permita que el medio de transporte soporte todas las condiciones de tiempo previsibles. La estabilidad excesiva, que lleva consigo un corto período de balance, puede provocar averías en algunas mercancías, además de ser muy molesto para el pasaje y la dotación por la brusquedad de los balances.

La mercancía debe estibarse en orden a posibles incompatibilidades, bien por derrames, contaminaciones, reacciones químicas, etc., y se efectuará atendiendo a la rotación de los puertos de descarga, de forma que en cada puerto de destino no se precisen remociones.

Averías por faltas de entrega

Cuando se hace un control de...

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