El procedimiento de responsabilidades políticas seguido contra el profesor Niceto Alcalá-Zamora y Castillo: mal inicio y buen final

AutorManuel Cachón Cadenas
CargoCatedrático de Derecho Procesal. Universidad Autónoma de Barcelona
Páginas91-141

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1. Introducción
1.1. Un procedimiento silenciado

Se reproduce a continuación el contenido de los actos más relevantes del procedimiento de responsabilidades políticas que se siguió contra el profesor Niceto Alcalá-Zamora y Castillo después de la terminación de la guerra civil española. Con la publicación de estas actuaciones se pretende hacer una pequeña contribución a la biografía del eminente procesalista1.

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El expediente relativo a este procedimiento se custodia en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca (caja 75/723). En lo que se refiere a la primera instancia del procedimiento, se conserva solamente una copia de la sentencia recaída en ese grado de jurisdicción. Por el contrario, hay copia de todas las actuaciones correspondientes a la segunda instancia del procedimiento. Además, el contenido de estas actuaciones, y especialmente el escrito de interposición del recurso de alzada formulado contra la sentencia de primera instancia, proporcionan información detallada acerca del desarrollo de la primera instancia.

A lo largo de su inmensa obra científica, Alcalá-Zamora y Castillo incluyó numerosas referencias autobiográficas. Sin embargo, fueron muy pocas las alusiones que hizo al expediente de responsabilidades políticas tramitado contra él. Y en las escasas ocasiones en que se refirió a ese expediente, omitió la mención de diversos aspectos fundamentales del mismo, limitándose a ofrecer algunos datos incompletos y equívocos. Así, por ejemplo, al ocuparse del expediente de responsabilidades políticas incoado contra su padre y ex-Presidente de la República española, Niceto Alcalá-Zamora y Torres, Alcalá-Zamora y Castillo aludió brevemente al procedimiento de responsabilidades políticas que se le siguió a él, indicando que había sido condenado por haber salido de España después del 18 de julio de 1936, y que esto no se ajustaba a la realidad2. Pero tampoco

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esa vez fue más allá, y, en particular, nada dijo acerca de si la condena había sido o no impugnada por él, y asimismo guardó silencio sobre el desenlace definitivo del procedimiento, es decir, no especificó si aquella condena había sido mantenida o revocada.

Probablemente, ese silencio de Alcalá-Zamora y Castillo sea la causa principal por la que este importante episodio de su vida resulte muy poco conocido3.

Se trata de un silencio explicable. En efecto, el ilustre procesalista fue condenado inicialmente en el expediente de responsabilidades políticas que se le abrió, pero, desde México, otorgó poderes a su esposa para que ésta, actuando en nombre del poderdante, se encargara de gestionar la interposición de un recurso de alzada contra la sentencia condenatoria. El recurso en cuestión fue estimado en su integridad, y, en consecuencia, Alcalá-Zamora y Castillo resultó absuelto total y definitivamente.

Ahora bien, Alcalá-Zamora y Castillo se mostró pública y constantemente como un firme e indomable opositor al régimen franquista. Por ejemplo, en el trabajo citado antes insertó las siguientes palabras: «Y por lo que a mí en particular se refiere, siento sólo que el trabajo abrumador que tengo [...] me impida consagrar a la lucha contra el régimen que sojuzga a España todo el tiempo y toda la actividad que desearía; pero soy de los irreductiblemente adversos». Sin embargo, el hecho de acudir a la jurisdicción especial de responsabilidades políticas, para interponer un recurso suplicando la revocación de la sentencia condenatoria, podía ser interpretado por otros exiliados republicanos como un acto de sumisión política a aquella jurisdicción franquista y como un reconocimiento de

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la legitimidad de dicha jurisdicción, con el consiguiente riesgo de que el recurrente, o sea, Alcalá-Zamora y Castillo, fuera tildado de incurrir en un comportamiento que tal vez no se ajustaba del todo a su permanentemente proclamada oposición a la dictadura de Franco. Más aún: para tratar de conseguir la revocación de la sentencia condenatoria, era necesario que, en el correspondiente recurso que se interpusiera en nombre de ALCALÁZAMORA y Castillo, se alegara la falta de oposición de éste al alzamiento militar de julio de 1936 y, asimismo, su falta de colaboración posterior con el Gobierno de la República. Y así se hizo, efectivamente, en el escrito de interposición del recurso de alzada. En fin, el peligro de ser acusado de incongruencia política aumentaba si se tiene en cuenta que el propio Alcalá-Zamora y Castillo calificaba como «seudoley» la Ley franquista de Responsabilidades Políticas de 1939 y afirmaba, justamente, que esa Ley era «monstruosa» y conducía a condenas inicuas, «impuestas, por añadidura, con barrenamiento de los más elementales principios penales y procesales vigentes en cualquier país medianamente civilizado»4.

Por todo ello, Alcalá-Zamora y Castillo prefirió guardar una prudente reserva acerca del desarrollo y del resultado final del procedimiento de responsabilidades políticas al que se vio sometido, y del que, a la postre, salió bien librado.

1.2. La decisión de Niceto Alcalá-Zamora y Castillo de permanecer en Francia durante la guerra civil

El 7 de abril de 1936 el Congreso de los Diputados acordó la destitución de Niceto Alcalá-Zamora y Torres de su cargo de Presidente de la República.

Tres meses después, concretamente el 6 de julio de 1936, el ya ex - Presidente de la República, su esposa y otros familiares, entre los que figu-

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raba su hijo mayor, Niceto Alcalá-Zamora y Castillo, salieron de Madrid, para tomar en Santander el día 8 del mismo mes un barco que los llevó a Hamburgo, con la intención de hacer un crucero turístico hasta Islandia y, posteriormente, Noruega5.

En sus Memorias, Niceto Alcalá-Zamora y Torres dice a este respecto: «el 6 de julio de 1936 salimos de Madrid para realizar el viaje proyectado hacía mucho tiempo, que consistía en un crucero por los mares árticos [...] Resolvimos aprovechar la libertad recobrada para un crucero por los mares árticos durante la temporada del sol de medianoche. Salimos de Madrid el 6 de julio de 1936, el mismo día en que yo cumplía los 59 años [...] Estuvimos dos días en Santander [...] El 8 embarcábamos en el vapor Caribia, llegando el 11 a Hamburgo»6.

También la prensa de la época informó del viaje del ex-Presidente de la República y de su familia; por ejemplo, el periódico El Sol, en la edición del día 5 de julio de 1935, decía: «El lunes es esperado el EXPRESIDENTE de la República D. Niceto Alcalá-Zamora, que embarcará en la motonave alemana Caribia, que se dirige a Hamburgo. El Sr. ALCALÁZAMORA hará un viaje de placer por el norte de Europa». Y la edición del

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7 de julio de 1936 del mismo periódico indicaba que el ex-Presidente de la República llegaría a Santander en la noche del 6 de julio de 1936 en compañía de su familia, «para embarcar en una motonave alemana con rumbo a Hamburgo», y añadía: «La estancia fuera de España del Sr. Alcalá-Zamora durará aproximadamente tres meses».

Guillermo Cabanellas dice: «Despedido sólo por el alcalde de Santander, el 8 de julio de 1936, se embarca don Niceto Alcalá-Zamora, con toda su familia -su esposa, sus seis hijos y los cónyuges de los dos casados- con destino a Hamburgo. Creyó emprender un viaje de placer; sería el más amargo peregrinaje. No volvería, en vida, nunca más a pisar tierra española»7. Asimismo, Encarnación Lemus López indica a este respecto: «Tras la destitución, buscando la tranquilidad necesaria para asumir el cinismo político que le había rodeado desde febrero, la familia ALCALÁZAMORA Castillo completa -Dª Pura y sus seis hijos, su nuera y su yernodejó Madrid con el deseo de iniciar un crucero por el Ártico, el 6 de julio de 1936 [...] El día 8 embarcaron en Santander hacia Hamburgo»8.

Durante ese viaje, concretamente al llegar a Reykjavik, la familia Alcalá-Zamora Castillo tuvo conocimiento del golpe de Estado que se había perpetrado en España9.

Después de efectuar una breve estancia en Noruega, mucho más corta de la planeada inicialmente, los viajeros regresaron a Hamburgo y, desde esta ciudad alemana, se trasladaron a París.

Niceto Alcalá-Zamora y Castillo decidió permanecer en la capital francesa junto a sus padres, mientras que sus hermanos menores, Luis y

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José, regresaron a España, enrolándose ambos en el ejército republicano. José fallecería en Valencia el 21 de marzo de 193810, y Luis se refugió en Francia al final de la guerra civil, siendo internado en un campo de concentración situado cerca de Prats de Molló, del que fue rescatado por su madre y su hermano mayor, Niceto, el 22 de febrero de 193911.

Niceto Alcalá-Zamora y Castillo continuó viviendo con sus padres en París...

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