La primera casa nobiliaria en Castilla: Los Lara

AutorGonzalo Martínez Diez
Cargo del AutorUniversidad Rey Juan Carlos
Páginas53-70

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Introducción

En el título largo de los reyes de Castilla, en el que se enumeraban los reinos y territorios sobre los que ejercían o pretendían ejercer su soberanía, el rey Juan I (1379-1390) incorporaba la mención de Señor de Lara, de Vizcayay de Molina, expresando en el orden de la enumeración la importancia o valoración relativa que se asignaba a cada uno de esos títulos o territorios.

Porque entre toda la más alta nobleza medieval de Castilla dos eran las Casas nobiliarias que destacaban sobre todas las demás; se trataba de la Casas de Lara y de Vizcaya, que, habiendo logrado fusionarse entre sí, las dos acabarían incorporadas a la Corona Real al recaer la titularidad de las mismas en la reina doña Juana Manuel, esposa de Enrique II (1369-1379), que en el acto cedió sus derechos a su hijo el infante don Juan, el futuro Juan I.

Entre finales del siglo XI y la segunda mitad del siglo XIV los miembros de la Casa de Lara serán en dos ocasiones regentes y gobernadores de la monarquía en las personas de don Manrique Pérez de Lara y de don Nuño Pérez de Lara y estarán próximos a ocupar el mismo trono regio en la figura de don Juan Núñez de Lara III. Pero conocerán también las horas amargas de su destrucción y aniquilación hasta su práctica desaparición por obra de Fernando III (1317-1352 y las horas dulces de su recuperación y restauración de la mano de Alfonso X (1251-1284), para ser extinguida y borrada de la existencia por segunda vez por la vesania criminal de Pedro I (1351-1369). Page 54

Estas vicisitudes, en las que desde la cumbre de la gloria y del poder al abismo de la destrucción y de la nada no había más que un paso, son las que voy a tratar de exponer brevemente ante Ustedes.

1. Orígenes fabulosos e históricos de la casa de Lara

Dado el protagonismo ejercido por los miembros de la Casa de Lara durante casi tres siglos en la vida política y militar de Castilla nada tiene de particular que ya desde la misma Edad Media se les hiciese descender, sin ningún fundamento ni base histórica, de figuras épicas de los cantares de gesta que no tuvieron nunca otra existencia que la puramente literaria como Nuño Rasura, uno de los dos míticos jueces de Castilla, o de Gonzalo Gustios, el padre de los Siete Infantes de Lara del cantar, o también de grandes figuras de la historia como el conde Fernán González o el Cid Campeador, cuya descendencia perfectamente documentada excluye cualquier vínculo o relación con la Casa de Lara.

Dejando a un lado estas leyendas e invenciones gratuitas o imposibles así como otras ascendencias más o menos posibles, pero no comprobadas documentalmente, el primer miembro cabeza de todo el linaje, perfectamente acreditado con testimonios históricos expresos, es Gonzalo Núñez, ya conocido con el sobrenombre de Lara, por ser el senior o tenente del alfoz o distrito de Lara, uno de los más extensos de Castilla, en tierras del río Arlanza, hoy un lugar desierto o despoblado, donde sólo resulta visible el paredón de uno de los muros del castillo que otrora protegía y señoreaba toda la comarca y del que tomará su apelativo durante siglos todo el linaje de los Lara.

Ya el año 1080 la documentación nos presenta a Gonzalo Núñez como senior y el año 1083 como senior...dominanteLara, Carazo et Orta1, tres fortalezas en tierra burgalesa del Arlanza.

A estas tres tenencias unirá también Gonzalo Núñez el señorío sobre Andaluz (Soria) y su alfoz por él repoblado, al que otorgara un fuero propio en 10892; e igualmente las nuevas tierras de Almazán también por él repobladas en 1089 y la tenencia de Medinaceli tras su conquista en 1104. Probablemente Gonzalo Núñez, aun sin título condal alcanzó, ya a convertirse con el favor Alfonso VI en el noble más enriquecido y poderoso de Castilla,

Así como no tenemos ninguna certeza documentada de cuál fuera el linaje paterno de Gonzalo Núñez de Lara, sí que conocemos el nombre de su esposa y el linaje de la misma. La mujer de Gonzalo Núñez de Lara fue doña Goto Núñez, hija de Nuño Álvarez, miembro de un grupo gentilicio poderoso arraigado en la zona de los Montes de Oca Page 55 y en el alfoz de Juarros, y de doña María Gutiérrez del linaje condal de Gutierre Alfonso, señor de Cea, Saldaña y Grajal en Tierra de Campos3.

A partir de Gonzalo Núñez, primer titular acreditado de la Casa, todos los demás titulares de la mencionada Casa nobiliaria estarán ampliamente documentados y acreditados.

2. Segunda generación de los Lara

Los protagonistas de la segunda generación de los Lara serán los dos hijos de Gonzalo Núñez y de doña Goto, ambos honrados con el título condal (dignidad que no alcanzó su padre), los llamados Pedro González de Lara y Rodrigo González de Lara; la importancia alcanzada por el mayor ellos, el conde Pedro, en la vida del reino leonés será mucho mayor que la de su hermano Rodrigo, con ser la de este muy importante.

Pedro González de Lara, se alistó en la Primera Cruzada en la hueste del conde de Toulouse, Raimundo de Saint-Gilles, yerno de Alfonso VI, distinguiéndose en la batalla de Nicea y en el asedio de Antioquía; tras la muerte del conde tolosano en 1105 regresó a Castilla integrándose en el séquito o schola regis de Alfonso VI, que muy pronto lo nombró armiger o alférez real y lo elevó a la dignidad condal.

Muerto Alfonso VI el 30 de junio de 1009 y entronizada su hija doña Urraca, viuda de don Raimundo de Borgoña y casada en segundas nupcias en el otoño de ese mismo año con el rey aragonés Alfonso I el Batallador, don Pedro González de Lara se encuentra ya al lado de la reina, que lo eleva a la máxima dignidad de la corte y del reino al designarlo mayordomo de la reina.

Enfrentado el rey Batallador en la batalla de Candespina el 26 de octubre de 1111 con el conde Gómez González, que era designado en los diplomas regios como comes castellanorum4, al lado de este se encontrará en la mencionada batalla el mayordomo de la reina; derrotado y muerto el conde castellano, el conde Pedro González de Lara buscará refugio al lado de la reina Urraca en Burgos.

La protección de la reina le servirá de escudo contra cualquier medida punitiva por parte del Batallador; además la muerte en la batalla de Uclés del conde García ordóñez, favorito en alguna manera de Alfonso VI, y luego la del comes Castelanorum Gómez González en Candespina habían dejado el camino expedito para que Pedro González, que ya venía titulándose de Laray Medina [Medinaceli], titulaciones a las que unió también el señorío sobre Peñafiel, se alce con el liderazgo de la nobleza de Castilla. Page 56

Desde la batalla de Candespina hasta el año 1119 don Pedro González de Lara, en las discordias de los cónyuges regios, siempre defendió los intereses de la reina, manteniendo el territorio de sus tenencias y señoríos apartados del poder del Batallador. El año 1119 fue apresado y puesto en prisión en Mansilla, al decir de la Historia Compostellana, por obra del mayordomo de la reina a causa de que según se rumoreaba el conde Pedro acostumbraba a estar unido a la reina Urraca con la firmísima cadena del amor, y había recibido de ella Castilla y no pequeña parte de Tierra de Campos5, rumor este de la prisión de nuestro magnate que no aparece reflejado en los diplomas de la reina Urraca del año 1119 en los que encontramos como confirmante, en prácticamente todos, al conde don Pedro González.

Pero otro diploma regio del 5 de noviembre de 1123 nos testimonia la realidad y la naturaleza del amor del conde a la reina, ya que ese lazo aparece confirmado por la existencia de un hijo, fruto de esos amores de la reina y el conde, no sabemos si como esposo o amante: La reina doña Urraca conf. Su hijo el rey don Alfonso conf. El hijo pequeño Fernando Pérez conf.6. Este reconocimiento público del hijo de la reina y del conde indica ya el influjo que sobre la reina y los asuntos del reino disfrutaba en los últimos años del reinado de doña Urraca el conde Pedro González de Lara.

Cuando al morir la reina doña Urraca el 15 de marzo de 1126 Alfonso VII tome posesión de la ciudad de León, los rebeldes que le resistían en la torres de León tenían todas sus esperanzas puestas en la actitud de los dos hermanos Lara, en el conde Pedro y en el conde Rodrigo, que preferían la guerra a la paz con el nuevo monarca7, pero los dos hermanos Lara ante los éxitos alcanzados por el joven rey tanto en tierra de León como en Asturias prefirieron someterse a Alfonso VII.

Este inicial sometimiento resultó efímero, pues pronto ambos hermanos cambiaron de bando y pasaron de nuevo a apoyar al Batallador, a cuyo lado se encontraban en Tamarón (Burgos), cuando en 1127 se enfrentaban allí los dos Alfonso, el Batallador y el futuro Emperador, con sus huestes respectivas.

El apoyo que ambos Lara prestaban continuamente al Batallador decidió a Alfonso VII a apresar por sorpresa en 1130 al conde Pedro González de Lara, al que devolvió la libertad tras exigirle la devolución y entrega de todas sus fortalezas. El conde se refugió al lado del rey aragonés, mientras su hermano, el conde Rodrigo González de Lara continuaba la resistencia frente a Alfonso VII parapetado en sus tenencias de Liébana, Asturias de Santillana, Trasmiera y Castilla Vieja8.

Ese mismo año 1130 encontraremos al conde Pedro González acompañando al Batallador en el cerco y asedio de Bayona, donde encontraría la...

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