Primer Manual de Inteligencia

AutorJosé J. Sanmartín
CargoProfesor titular, Área de Ciencia Política y de la Administración, Universidad de Alicante
Páginas318-324

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Más allá de la presentación, quizás excesivamente humilde, realizada por el profesor José Luis González Cussac, coordinador científico de esta obra colectiva, es obligado constatar ya de entrada que estamos ante algo más que un libro. Se trata de un estudio, de un ensayo, de un manual, de una exége-sis y de un tratado. Todo en uno. El brillante elenco de expertos que ha moldeado esta sólida contribución a la Cultura de Inteligencia ejecuta con primoroso rigor académico y loable claridad expositiva los objetivos, ampliamente cumplidos, de tamaña empresa. Este libro representa un punto de partida, efectivamente, pero también un hito intelectual en los estudios sobre Inteligencia que la Academia española ha ofrendado en los últimos años. La originalidad y la calidad que se aúnan en esta obra señera marca con letras de oro la madurez alcanzada por la Cultura de Inteligencia en la Universidad española, dotada con algunos de los mejores especialistas. El carácter pluridisciplinar de formación y planteamiento entre los autores aporta una

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singular complementariedad a la prognosis realizada en cada parte del libro. Diferentes perspectivas, diversas especialidades, pero una idéntica vocación de servicio público en el estudio de una herramienta —en verdad, preciosa— para el Estado de Derecho.

Un atributo meritorio de la obra es su calidad metodológica. Aun cuando autores distintos puedan abordar un mismo tema —algo inevitable en esta materia—, todos ellos han realizado un esfuerzo suplementario de clarificación conceptual. En particular, resulta literalmente prodigiosa la capacidad explicativa de autores como Carvalho y Esteban («Inteligencia: concepto y práctica», «Los Servicios de Inteligencia: entorno y tendencias», «Producción y transferencia de Inteligencia» y «La privatización de la Inteligencia») a la hora de proveer definiciones a los términos usados. Ni una puntada sin hilo; ello conduce a reformular con criterios de operatividad lo que debe ser un Servicio de Inteligencia: «sistemas de producción y transferencia de conocimiento útil y aplicado para la toma de decisiones por parte del Gobierno en el campo de la seguridad, cuyos productos y modo de trabajo están condicionados por la naturaleza, el fin y el contexto de actuación de estos servicios» [González Cussac, 2012: p. 109]. La impronta empírica es el vector nuclear alrededor del que gira el Ciclo de Inteligencia. El principio de utilidad es núcleo rector del mismo. Ese loable realismo —que actúa como factor axiomático en su puridad— ajeno a quiasmos intelectuales o a rigideces mentales aparece sólidamente asentado por Carvalho y Esteban: «elaborar y suministrar inteligencia no es un ejercicio académico de investigación y de publicación» [González Cussac, 2012: p. 156]. El dominio que Carvalho y Esteban demuestran sobre las materias que manejan es, lisa y llanamente, apabullante. Ninguna idea queda sin su resorte empírico; toda causa tiene su consecuencia. Desde semejante axiomática, ambos autores pueden argumentar que la cooperación internacional entre Servicios «suele ser más efectiva cuando existe una previa cooperación en los niveles nacionales, ya que se crea un ambiente y unos hábitos que propician la superación...

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