El Estado de liquidación del presupuesto
| Autor | Jesús F. Santos Peñalver. Luis Gil Herrera |
5. EL ESTADO DE LIQUIDACIÓN DEL PRESUPUESTO
5.1 Aporte informativo
El estado de liquidación del presupuesto comprende, con la debida separación, la liquidación del presupuesto de gastos y de ingresos, el resultado presupuestario y, en aquellas entidades cuya normativa presupuestaria lo exija, el estado de operaciones comerciales.
Son, por tanto, cuatro los estados que se incluyen en la liquidación del presupuesto: liquidación del presupuesto de gastos, liquidación del presupuesto de ingresos, resultado presupuestario y resultado de las operaciones comerciales (en aquellas entidades que las realicen).
La concepción tradicional de la contabilidad pública convirtió a este estado en la columna vertebral de la información sobre la actividad desarrollada por la entidad. Por ello, su principal función informativa es la de contener la información más relevante en cuanto a aspectos administrativos y de control de legalidad, siendo, a su vez, herramienta fundamental para el análisis del equilibrio presupuestario y de la viabilidad financiera, a través de los indicadores que en él se recogen.
La liquidación del presupuesto de gastos ofrece la información relativa a la gestión de los créditos presupuestarios recogiendo las estimaciones definitivas y lo que realmente se ha ejecutado. Dentro de este, cabe destacar la información relativa a los remanentes de crédito, formados por la diferencia entre los créditos definitivos y las obligaciones reconocidas. Los mismos recogen créditos aprobados que no se han afectado a ninguna obligación, por lo que resultan un buen indicador del grado de ejecución global del presupuesto, ya que compara presupuesto con realizado.
Por su parte, el estado de liquidación del presupuesto de ingresos informa de la medida en que los ingresos previstos se han convertido realmente en recursos para financiar los gastos presupuestarios.
Ambos estados se combinan para formar el estado del resultado presupuestario. Dentro de éste, se calculan cuatro variables o magnitudes: el resultado presupuestario, la variación neta de pasivos financieros, el saldo presupuestario y el déficit o superávit de financiación.
El resultado presupuestario “es la diferencia entre la totalidad de ingresos presupuestarios realizados durante el ejercicio, excluidos los derivados de la emisión y creación de pasivos financieros, y la totalidad de gastos presupuestarios del mismo ejercicio, excluidos los derivados de la amortización y reembolso de pasivos financieros” (IGAE, 1994, pág. 180). Por tanto, informa en qué medida los recursos presupuestarios, excluidos los derivados del endeudamiento, han sido suficientes para financiar los gastos presupuestarios, excluida la amortización de deuda. Es, consiguientemente, un indicador de equilibrio presupuestario, no pudiéndose considerar “un indicador ni del grado de ejecución del presupuesto, ni de las desviaciones de las previsiones iniciales” (Bolufer, 1992, pág. 55).
A su vez, dentro del resultado presupuestario se distingue entre operaciones no financieras y las derivadas de compra o venta de activos financieros. Las primeras incluyen los capítulos 1 a 7 de los presupuestos de ingresos y gastos, en tanto las segundas se refieren a los respectivos capítulos 8.
En línea con lo que venimos expresando respecto a otros estados financieros, quizá hubiera sido útil diferenciar, dentro de las operaciones no financieras, entre operaciones de inversión y operaciones corrientes. Como señala Brusca (1997a, pág. 182), “de esta forma, se pondría de manifiesto en que medida los derechos liquidados en las operaciones corrientes han sido suficientes para financiar las obligaciones reconocidas asociadas a las mismas, proporcionando información más útil para la toma de decisiones y para evaluar la cobertura de las necesidades presupuestarias de...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba