Presentación

AutorMontserrat Pereña Vicente
Páginas11-13
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PresentACión
Los rusos dicen «сколько лет, сколько зим», “cuantos veranos, cuantos invier-
nos”, para ilustrar lo rápido que pasa el tiempo. Los 35 veranos y 35 inviernos que
han transcurrido desde la reforma del Código civil en materia de tutela, quizás
han pasado demasiado rápido. Y es que, sin darnos cuenta, nuestra ley ha enveje-
cido. El Código civil necesita una nueva revisión. Si, como dice el tango de Gardel,
20 años no es nada, 35 tampoco. Pero todo ha cambiado a nuestro alrededor y pro-
voca que los pequeños ajustes que se han llevado a cabo no sean suficientes para
maquillar la huella que el tiempo transcurrido ha dejado. Ha cambiado la percep-
ción que tenemos de la discapacidad y la terminología que utilizamos. Ha cambia-
do el compromiso de los Estados que, a través de Naciones Unidas, han propiciado
la aprobación de la Convención de Nueva York. Pero, sobre todo, ha cambiado la
perspectiva, el prisma, desde el que se debe abordar la regulación de la materia: no
como una limitación sino como un derecho, el derecho de todo ciudadano a que
el Estado le proporcione los instrumentos adecuados y necesarios que garanticen
el pleno ejercicio de sus derechos, respetando al máximo su autonomía.
Este respeto de la autonomía de las personas con discapacidad, incluida la li-
bertad de tomar las propias decisiones, como explicita la Convención, exige modi-
ficaciones urgentes en nuestro ordenamiento jurídico que ha de situar la voluntad
de la persona en el centro de todo el sistema de protección.
Este cambio no puede, ni debe, quedarse en una declaración formal sino que
exige una transformación profunda y transversal, que afectará a todos los ámbitos
de actuación de la persona, tanto personales como patrimoniales. Reforma delica-
da, por tanto, que va a exigir una revisión, no solo de los artículos que regulan la
modificación de la capacidad, sino de todos aquellos que afectan a cualquiera de
los actos o negocios que la persona puede llevar a cabo.
El reto al que nos enfrentamos es cómo proteger a la persona, manteniendo
su autonomía todo lo que sea posible, e incluso fomentándola, pero sin someterla
a nuevos riesgos que, paradójicamente, podrían redundar, a medio plazo, en una
mayor pérdida de autonomía. Como nos dijo Portalis, “al corregir un abuso hay
que ver también los peligros de la propia rectificación”.
Para dar respuesta a este reto de la sociedad, hemos trabajado los últimos me-
ses en el marco1 del proyecto de investigación “Empoderamiento de la persona
1 Trabajo elaborado en el marco del Proyecto de investigación DER2015-64120-R de la
Convocatoria 2015 del programa de Proyectos I+D+I Retos (MINECO/FEDER).

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