Presentación
| Autor | José Francisco Belda Ibáñez y José Eliseo Valle Aparicio |
| Páginas | 9-10 |
238
Presentación
La escuela, la educación, pero sobre todo el trabajo de las maestras y maestros está
cambiando, y cabe aventurar que este cambio se verá acrecentado conforme las
presiones económicas, políticas y teóricas vayan variando las condiciones sociales
del entorno. La nueva sociedad que se apunta tras la crisis requerirá esfuerzos de
adaptación, las más de las veces difíciles, y a veces hasta contradictorios con los
ideales de sociedad que hasta ahora habíamos considerados válidos. Las organiza-
ciones escolares como organizaciones sociales, son con toda certeza, una de las ins-
tituciones de mayor complejidad en la actual sociedad, y se enfrentan ya, y deberán
enfrentarse todavía más, a un incremento exponencial de las exigencias de cambio,
lo que les situará en la contradicción de pensarse desde el sosiego que exige la labor
docente pero con la vertiginosidad inevitable con que los sucesos se producen en el
contexto de referencia. La escuela nunca acabada se está viendo abocada a la con-
tradicción permanente de ver cómo se destruyen no ya escenarios considerados
como clásicos, sino los más recientes, y en su lugar, se suceden requerimientos cam-
biantes que obligan a estructurar espacios desconocidos y forzosamente mudables
y complejos. Tarea nada fácil para el debate sereno que demanda la educación.
Cambios que afectan a lo estructural; procesos, pautas de organización, medios
tecnológicos, valores, roles, y un largo etc., que cambiaran el sentido más profundo
de la educación y de la escuela, cuestiones que hoy nos aparecen minimizadas ante
la rotundidad con que la crisis económica se nos presenta, pero que están propi-
ciando transformaciones impensables tan solo hace unos años, y que en muchos
casos, van a producir mutaciones en consensos que apenas habíamos iniciados a
considerar, y lo van a hacer, hurtando al debate público sus consecuencias, de espal-
das al sentir de la ciudadanía. Cambios entre lo que encontramos cuál debe ser el
nuevo papel de la escuela y más en concreto, de la escuela pública, en una sociedad
en crisis global, cuáles van a ser las nuevas exigencias a los profesionales de la edu-
cación, tras haberles privado del poder de decisión sobre el proceso de educativo de
sus estudiantes o, lo que es más peligroso si cabe, el propiciar estrategias i nstitucio-
nales para que la escuela quede al margen de la dinámica social, y del conflicto
inherente a los momentos de crisis. Porque en educación no hay neutralidad, nada
es ajeno al funcionamiento de la escuela. Pensemos por ejemplo en que se impulsen
en estos momentos políticas restrictivas del gasto público, y que el epicentro de los
recortes, se proyect en sobre la escuela pública, con las consecuencias obvias sobre la
igualdad de oportunidades en una sociedad que apenas había comenzado a cami-
nar en la senda de la justicia y equidad social.
RA_NE_238.pmd 12/02/2014, 15:459
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