Presentación

AutorMiguel Rodríguez-Piñero Nikitas Aliprantis - J.M. Bosch
Páginas17 - 20

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Este es un Liber Amicorum en el sentido literal de la palabra. Quienes lo hemos promovido y hemos participado en él lo hemos hecho para recordar y conmemorar la figura y la personalidad entrañable de Antonio Marzal, punto común de encuentro en el heterogéneo grupo que nos hemos reunido, a través de nuestras contribuciones escritas en esta ocasión. Los encuentros de Pedralbes, organizados por él durante años en la Facultad de Derecho de ESADE, más allá de su gran relevancia académica, han propiciado el establecimiento de vínculos personales de amistad y mutuo respeto a través y con él, favorecidos por su ex-traña y peculiar humanidad, su humildad, no exenta de osadía, y el rigor de sus convicciones éticas desde la defensa de la dignidad y los derechos de la persona, especialmente de la persona que trabaja.

Marzal siempre ha partido de la dignidad humana, ha reconocido en cada ser humano el mismo valor, y ha defendido la libertad, autonomía e igualdad de cada persona, también como base de un sistema democrático y de libertades, en cuyo logro puso tanto empeño. en los encuentros periódicos en que nos convocaba Antonio Marzal, mostraba su preocupación por las personas y por el libre desarrollo en plenitud de su vida y de su ser, desafiándonos a afrontar, desde nuevas perspectivas, el sistema jurídico y los derechos, en especial los derechos humanos, y, más en especial aún, los derechos sociales. A partir de temas muy heterogéneos, en muchos casos originales, cuya selección refleja bien su personalidad, hemos podido afrontar, desde ángulos jurídicos distintos y desde perspectivas ideológicas plurales, los derechos de la persona humana y su incidencia en el mundo del trabajo, en la migración o, incluso, en la función social de la propiedad.

Desde esa premisa de que el respeto y estima de la dignidad humana requiere garantizarle una vida y un trabajo acorde con su condición humana y de que el trabajo no es solo un medio de vida sino también una posibilidad de realizarse, Antonio Marzal ha tratado de incitarnos a reflexionar en común sobre temas quePage 18le preocupaban y sobre los que quería comprometernos. De su inicial etapa ecle-siástica, heredó la idea del compromiso con los demás, de la que hizo una forma de ser y de estar, un rasgo significativo de su personalidad, en ningún momento hiriente o agresiva, porque se enmarcaba en su consustancial bondad y perma-nente cordialidad. Nunca perdió su campechana raíz extremeña, aunque...

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