Presentación

AutorJosé Antonio Escudero
Páginas7-8

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Según suele acontecer, las alternancias y cambios de una revista de espaciosa publicación llegan a los lectores antes que la propia revista alcance a dar cuenta de ellos. Los lectores del Anuario conocerán así ya que el profesor Enrique Gacto, tras una fructífera gestión, renunció hace meses al cargo de Director, para el que ha sido nombrado quien esto escribe. La despedida de Gacto fue acompañada en la Secretaría por la de la doctora Ana María Barrero, cuyos servicios al Anuario a lo largo de muchos años son bien conocidos y reconocidos, y en la Vicesecretaría por la de la profesora Adela Mora, quien con competencia desempeñó ese puesto en la última etapa. Para ambos cargos vacantes han sido designados los profesores Javier Alvarado, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y Juan Carlos Domínguez, de la Universidad San Pablo.

A su vez, los Consejos del Anuario han sufrido alguna transformación, habiéndose organizado de cara al futuro dos órganos distintos y complementarios. Por una parte, el Consejo de Redacción, amplio y con la mayor representación posible de las distintas escuelas, grupos o corrientes doctrinales existentes en nuestra disciplina. Ese Consejo colaborará con el Director en el gobierno ordinario de la Revista. Por otra parte, el Consejo de Honor, compuesto por relevantes personalidades del mundo científico en disciplinas afines o conexas con la nuestra propia; por profesores eméritos y jubilados de Historia del Derecho, y por quienes, al haber formado parte de los equipos de dirección del Anuario o haber desempeñado la secretaría, han prestado en esta casa a lo largo de años servicios muy especiales. A este Consejo de Honor se le reserva el alto asesoramiento y las orientaciones generales de la vida de la Revista.

Una tal mudanza, como las anteriores que la precedieron o las futuras que la habrán de seguir, resulta relevante e irrelevante a un tiempo. Relevante por la calidad de las personas que abandonan unos puestos, que fueron siempre puestos de servicio y de trabajo. Irrelevante también porque muchas de esas personas siguen trabajando para la Revista en otros cometidos, y sobre todo porque en la ya venerable ejecutoria del Anuario, con tres cuartos de siglo a las espaldas y un crédito bien ganado ante la co-Page 8munidad científica internacional, lo que sobre todo importa es la continuidad de la empresa misma y la dignidad de su cometido, y lo que importa menos, o apenas importa, es quiénes son o...

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