Presentación

AutorCelestino Corbacho
CargoMinistro de Trabajo e Inmigración
Páginas7-9

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El presente volumen es un intento de reflexionar sobre los retos de la economía europea en el marco de la crisis actual y más en particular, sobre el papel que la Presidencia Española de la UE puede jugar para impulsar lo que ya todo el mundo conoce como Estrategia Europa 2020.

Estamos padeciendo la primera gran crisis de la economía globalizada. Una crisis de origen financiero que se ha trasladado a la economía real y ha impactado de forma notable sobre el empleo. La actuación colectiva para salvar el sistema financiero, impulsar la demanda y restaurar la confianza gracias a la intervención pública ha permitido evitar el derrumbe de la economía.

Pero esto no es suficiente. La UE debe saber adaptarse al nuevo escenario para profundizar en lo que a todas luces es una necesidad: volver a una senda de crecimiento que nos permita volver a las tasas de empleo que teníamos antes de la crisis. Pero con una particularidad adicional, la redefinición productiva de la economía europea y su nuevo papel en un mundo globalizado.

La situación actual exige una nueva concepción del modelo de crecimiento, de manera que se refuercen los ejes basados en el conocimiento y en la innovación, que, a su vez, precisa de una fuerza laboral altamente cualificada y eficiente y unas instituciones que recompensen adecuadamente estos atributos.

Hemos de seguir fijando como objetivos generales el mantenimiento del empleo, la creación de nuevos empleos y la mejora de su calidad, a partir de un modelo de crecimiento asentado sobre la base de actividades con clara vocación de futuro y con capacidad de generar más y mejores empleos. Debemos también favorecer la promoción de la movilidad de los trabajadores; la elevación de las cualificaciones profesionales y la adaptación de éstas a las necesidades del mercado de trabajo; y el aumento del acceso al empleo, sin olvidar los sistemas y las medidas de protección social y de inclusión social concomitantes, en el marco del fortalecimiento del modelo social europeo y de su proyección externa.

Un paso fundamental en esta línea ha sido la reunión informal de Ministros de Empleo y Seguridad Social celebrada en Barcelona los días 28 y 29 de enero en la que se examinó el papel de las políticas de empleo, protección social e igualdad en la futura Estrategia 2020. En esta reunión algunas reflexiones gozaron de una gran coincidencia entre las delegaciones de los Estados miembros, los agentes sociales y los representantes de la sociedad civil.

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Once puntos conforman estas reflexiones comunes consensuadas en la reunión:

  1. La crisis financiera ha dado lugar a una crisis económica, (recesión), que ha comportado un deterioro importante de los mercados de trabajo, con un incremento del desempleo muy notable y un considerable impacto social. La superación de la crisis debe tener en cuenta estos tres aspectos, el financiero, el económico y el social. No se podrá, por tanto, hablar del fin de la crisis hasta que los mercados de trabajo no se recuperen y se vuelva a crear empleo neto. Consecuentemente, continúan siendo necesarios, los estímulos a la economía, las políticas activas para el empleo y los estabilizadores sociales de los sistemas de protección social.

  2. La Estrategia 2020 debe ser capaz de ofrecer objetivos y actuaciones concretas, fácilmente reconocibles y cuantificables.

    1. Estos objetivos y actuaciones que fundamentan la Estrategia 2020 deben evaluarse de forma periódica.

    2. Estos objetivos y actuaciones deben adaptarse a la realidad y situación de cada país.

  3. La Estrategia 2020 debe tener una doble finalidad: en el corto plazo debe ser una Estrategia dirigida a la salida de la crisis, y en el medio plazo una Estrategia que defina el modelo económico y social de la UE para afrontar los retos de la globalización.

  4. La Estrategia 2020 debe mantener los componentes de empleo y de cohesión social que en su día aprobó la anterior Estrategia de Lisboa. Para ello será esencial un diálogo fluido entre los Ministros de Economía y los Ministros de Empleo y Protección Social para articular objetivos concretos y realistas y establecer elementos de actuación a favor de los ciudadanos europeos.

  5. El diálogo social debería constituir un elemento clave de la Gobernanza de la Estrategia 2020.

  6. La Estrategia 2020 debería impulsar la inversión en nuevas cualificaciones y su ajuste a las necesidades de los mercados de trabajo. La mejora de las cualificaciones servirá para potenciar la empleabilidad de los ciudadanos europeos y constituirá un elemento esencial para el crecimiento y la garantía de empleos estables y de calidad.

  7. El Consejo EPSSCO tiene un papel clave para asegurar que los temas referentes a la dimensión social de Europa puedan ser transmitidos debidamente a los Consejos Europeos. La presente línea de actuación basada en el papel del Consejo EPSSCO, como canal adecuado de propuestas e iniciativas, debe ser impulsada.

  8. La dimensión de género y los temas específicos de género deben quedar reflejados en la Estrategia 2020 y en las futuras políticas de empleo y de cohesión social. Resulta fundamental continuar en los próximos años con una política decidida a favor del empleo de los jóvenes así como de otros colectivos que en razón de su dificultad para la inserción y mantenimiento en el mercado laboral tienen mayor riesgo de exclusión social. A este respecto conviene impulsar mercados inclusivos y de integración social, luchando contra la discriminación y reforzando los servicios sociales de interés general.

  9. La Estrategia 2020 debe apostar por un uso adecuado y equilibrado de la flexiguridad, en la que las políticas para mejorar la adaptabilidad se complementen con medidas de seguridad social y servicios sociales.

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  10. Debe reforzarse el método abierto de coordinación social para que, a través de sus distintos mecanismos y de su flexibilidad demostrada, continúe contribuyendo al desarrollo de las políticas europeas en este campo.

  11. La Estrategia 2020 debe contar también con una dimensión externa. La globalización obliga a mirar fuera de la UE para comprender los retos que tenemos dentro y poder afrontarlos con soluciones. Por ello, otro de los objetivos de la Estrategia de Empleo ha de consistir en el apoyo e impulso de la proyección externa de la dimensión del empleo, de la protección social y de la inclusión social en los foros internacionales, en Naciones Unidas y, en particular, en la OIT, respecto de su Agenda sobre el Trabajo Decente y el Umbral Social Mínimo, o el Pacto Mundial por el Empleo.

    Igualmente es importante señalar que la Estrategia 2020 debería constituir una referencia para definir una posición Europea para el Consejo Europeo de Ministros de Empleo del G-20.

    Es a todas luces un conjunto de propuestas factibles e ilusionantes que permitirán a la UE aunar y redoblar esfuerzos para salir airosa de la crisis y diseñar la próxima generación de políticas públicas en unas circunstancias distintas. De este modo, la globalización, que es una reali dad en el mundo actual, se abordará con realismo, huyendo de respuestas defensivas, procurando detectar las oportunidades y aprovechar las mismas, mediante la adopción de grandes reformas estructurales.

    La Presidencia Española tiene un papel muy importante que jugar para que esta Estrategia 2020 esté operativa cuanto antes. Sería fundamental, y así lo ha hecho saber la propia Presidencia Española, que el texto se aprobase en junio durante nuestra Presidencia. Serían difícilmente justificables retrasos innecesarios en un asunto que tanta importancia tiene para los ciudadanos europeos.

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