«La preparación de la escritura y el principio de legalidad (especial atención a la representación, al estado de cargas y al estado posesorio de los inmuebles)»

AutorRoberto Blanquer Uberos
CargoAnales de la Academia Matritense del Notariado. Tomo XXXVI (Homenaje al Excmo. Sr. D. Antonio Rodríguez Adrados)

En este extenso artículo (más de ciento treinta páginas) nuestro compañero Roberto Blanquer planea sobre una de las actividades más importantes, pero menos visibles, y a veces más ingratas, del Notario: la preparación de la escritura y el ajuste de ésta a la ley.

Y digo menos visible e ingrata (aunque el autor no se detiene, elegantemente, en este aspecto) porque no es infrecuente que, desde fuera, se identifique la actuación notarial con el momento de la firma, desconociendo la multiplicidad de aspectos que es preciso considerar y valorar para la redacción del documento; y tampoco lo es, por otro lado, que si en la valoración de alguno de estos aspectos resulta la necesidad de consentimientos adicionales o documentos o actuaciones complementarios, la petición de éstos pueda ser vista como un entorpecimiento del tráfico, cada vez más vertiginoso y exigente.

Claro que, más allá de estas eventuales cuestiones de imagen, lo cierto es que ésta es una de las facetas mas trascendentales de la actuación notarial en cuanto que el principio de legalidad va unido a la seguridad jurídica. El Notario, como funcionario, y en este sentido integrante del Estado, tiene delegada la fe pública y la misión de ordenar el tráfico a la legalidad, en interés de toda la comunidad. Pero, en cuanto profesional del Derecho que tiene también una responsabilidad frente a sus clientes, su posición no puede ser puramente pasiva o de defensa de la legalidad, sino que se enmarca en un contexto más amplio en el que entra en juego el asesoramiento, el consejo y en definitiva, la búsqueda de «los medios jurídicos más adecuados para el logro de los fines lícitos que aquéllos se proponen alcanzar». Desde esta perspectiva «activa» del control de legalidad Blanquer hace repaso de las diversas manifestaciones de éste desde tres ángulos: en cuanto a los sujetos del negocio, en cuanto al objeto y en cuanto a la causa.

En relación a los sujetos, hace un examen de la representación en sus diversas variantes, detallando los conocidos requisitos de la narración de la de ésta cuando fue acreditada y destacando, en ese sentido positivo que antes mencionábamos, la importancia de la prudencia notarial en los casos en que esa representación no resulte acreditada. Merecen quizá ser destacadas dos aportaciones personales: por un lado, afirma la innecesidad (no la inconveniencia) de que el apoderado manifieste de modo explícito la vigencia de la representación en el momento del...

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