Prefacio
| Autor | Dña. Edith Cresson |
| Cargo | Comisaria de ciencia, investigación y desarrollo |
Durante la Cumbre de Florencia, en el pasado mes de junio, el Consejo solicitó formalmente que se estableciera un plan de acción en el campo de la innovación, como parte de una serie de medidas a tomar en la lucha contra el desempleo, que constituye la máxima prioridad tanto de la Unión Europea como de cada uno de sus países miembros.
El Libro Verde sobre la Innovación, redactado el año pasado, llamó la atención sobre una situación que preocupa a la Unión Europea. Se apuntaron una serie de obstáculos estructurales (un marco legal y administrativo complejo, sistemas financieros no adaptados a las necesidades, transferencia inadecuada de la I+D a las empresas, etc.), que supone serios inconvenientes para las empresas europeas, así como para el empleo. Por otra parte, son claras las potencialidades de la UE: la excelencia científica de los investigadores europeos, una red de PYMES innovadoras, invenciones que han tenido éxito en todo el mundo, etc.
El Primer Plan de Acción para la Innovación en Europa trata de mejorar el nivel de la innovación europea, con objeto de conseguir una Europa competitiva, y deriva de las conclusiones alcanzadas durante el debate público que siguió a la publicación del Libro Verde sobre la Innovación. Los puntos principales del plan de acción establecido por la Comisión son: la innovación se debe abordar globalmente, desde los aspectos tecnológico, financiero, legal y administrativo, sin olvidar, por supuesto, la formación; debe tenerse en cuenta la importancia de la dimensión internacional de la innovación, así como la diversidad de circunstancias nacionales, regionales e incluso sectoriales; finalmente, las acciones a nivel europeo deben ser paralelas a otras a nivel nacional, regional o local.
La Comisión ha identificado tres vectores, a lo largo de los cuales deben concentrarse las acciones que se emprendan dentro del Plan de Acción para la Innovación: promover la "cultura de la innovación"; establecer un marco legal y financiero que favorezca la innovación; y mejorar las relaciones entre investigación e innovación.
Se propone emprender iniciativas prioritarias en estos tres ejes, que deliberadamente se han limitado en número para conseguir una eficacia máxima. Actualmente, los servicios de las Direcciones Generales implicados están trabajando sobre los detalles de las distintas líneas de acción, en particular sobre el lanzamiento del Libro Verde sobre la Patente Europea (Septiembre, 1997) y la comunicación sobre "impuestos e innovación" (probablemente en 1997). El Observatorio Europeo de Ciencia y Tecnología (ESTO), creado por el Instituto de Estudios de Prospectiva Tecnológica (IPTS), que forma parte del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, está reforzando la vigilancia tecnológica a nivel europeo y sirve de referencia en el plano nacional para la investigación y sus aplicaciones. En los próximos meses se desarrollarán otras medidas. Debe mencionarse también la importancia acordada a la innovación en el Quinto Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico.
En este contexto, la Comisión debe concentrar sus esfuerzos en establecer las "reglas del juego" y ponerlas en práctica, en particular con relación al derecho de autor, la competencia y el mercado interno. Al mismo tiempo, está facilitando el intercambio de experiencias y la coordinación efectiva de medidas políticas de distintas fuentes. Finalmente, la UE aspira a dar ejemplo movilizando los instrumentos financieros capaces de apoyar esas medidas, utilizando los Fondos Estructurales y el Programa Marco de Investigación y Desarrollo.
La Comisión sigue de cerca los progresos del Primer Plan de Acción sobre la Innovación en Europa e informará periódicamente al Consejo Europeo sobre sus logros, recomendando los ajustes o las medidas complementarias cuando sea preciso.
