La práctica del gobierno corporativo «solidario» del Banco Bilbao en su fusión con el Banco Vizcaya

AutorEdison Paul Tabra Ochoa
Cargo del AutorDoctor y Master en Gobierno y Cultura de las Organizaciones por la Universidad de Navarra, España
Páginas347-366

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1. Ideas previas sobre el sistema financiero

La ética en la empresa está vinculada con el dinero y el mercado, más aún en el caso de la ética financiera. En el ámbito de las finanzas, el dine-ro o capital es vital para la generación de riqueza en el sistema económico de un país (empresas y familias). Por esta razón, su rol es primordial, porque crea más riqueza para los que dependen de la entidad bancaria. La función social-económica de estas entidades ha sido frecuentemente criticada, a tal punto que se ha habla de la «degradación de la «moralidad financiera contemporánea»1.

La gestión del dinero de terceros (como ahorros o simplemente sin un fin determinado) puede resultar aburrida2, pero esto es solo un análisis parcial, pues implica el desarrollo de organizaciones y negocios para el beneficio de la sociedad3. Es decir, el sistema financiero comprende la circulación del capital entre personas o entidades, por lo cual favorece la libre iniciativa y libre asociación de empresas, desarrolla nuevas actividades económicas o fortalece las existentes, y crea empleo privilegiando la actividad de los stake-holders involucrados.

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Aquí cabe una pregunta interesante: ¿pueden coexistir la moral y el dinero? O más exactamente: ¿puede convivir la actividad de los créditos con la ética?, ¿la función intermediadora del dinero es congruente con la ética? Al igual que el resto de industrias, el sistema financiero es el espacio donde las entidades compiten por captar el mayor número de clientes, otorgando el mayor número de servicios, de buena calidad, en concordancia con las normas estatales e internacionales, y las normas propias de comportamiento establecidas en sus códigos de conducta ética.

Según Jacomb, en la empresa financiera, el directivo toma decisiones de acuerdo con los riesgos del mercado; conoce a sus clientes, sus negocios y sus necesidades; y él mismo sabe que a mayores ganancias4, menores costos. Por ello, la selección de los miembros del consejo de administración debe considerar los atributos personales y profesionales de cada candidato. La evaluación de estos comprende la práctica de las virtudes para armonizar los intereses de la empresa financiera con los de los accionistas y stakeholders. Aquí el humanismo juega un papel importante: se requieren consejeros y directivos que antepongan los intereses de la persona sobre los demás. Esta pauta marca el comportamiento y conducta de los órganos de dirección de la entidad financiera.

2. La solidaridad en el sistema financiero

Desario aporta una aproximación a la relación entre la solidaridad y el mundo de las finanzas. En una entidad bancaria, la solidaridad es la satisfacción de las necesidades financieras del cliente por medio de una relación constante o permanente, en la que se le brinda la asesoría y atención que merece como tal. Como consecuencia se cumple con los objetivos corporativos, principalmente económicos (ingresos), a lo que se suma la posibilidad de brindarle servicios adicionales5.

La noción de solidaridad como unidad está presente en la banca. Así, el adecuado funcionamiento del sistema financiero como un todo (unidad)

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pasa por ser confiable y seguro, para lo cual cuenta con las prácticas del gobierno corporativo. Entonces, el deber principal del personal directivo implica no solo actuar conforme a los intereses de sus accionistas, sino de acuerdo con los de los stakeholders como depositantes y clientes6.

3. La evolución de las políticas solidarias del banco Bilbao Vizcaya (BBV)

La historia del Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya está asociada con la historia política y económica de España desde 1857. En esta parte, se analizan los actos vinculados con la política solidaria de sus consejos de administración sobre la base de los discursos y memorias encontrados en su Archivo Histórico, los cuales demuestran lo que la solidaridad significó y significa para ellos como parte de su gobierno corporativo.

3.1. Las políticas solidarias del Banco de Bilbao

La historia moderna del Banco de Bilbao comienza en 1959 cuando se inicia su crecimiento económico a un ritmo de 14,8% entre los años 1959-1964 y de 11,76% entre 1964-19747. Este banco se caracterizó por ser una entidad al servicio de su comunidad y, desde su creación, los miembros de su órgano de dirección tomaron consciencia del rol que jugaban en la comunidad del País Vasco.

Destacan dos aspectos importantes en su funcionamiento. El primero es el rol social de la actividad bancaria en el desarrollo de su comunidad, en el que resalta el apoyo a la industria manufacturera de Bilbao. El segundo corresponde al apoyo sin retribución que solían brindar a sus empleados como parte de su colaboración con la comunidad, más allá del cumplimiento legal al cual estaban obligados.

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En el primer caso destaca el apoyo las industrias emergentes en España por medio de la entrega de créditos, en concordancia con sus políticas de desarrollo institucional8: los apoyos financieros al desarrollo del comercio, ganadería y agricultura en Madrid; la agricultura, la industria textil y servicios en Cataluña; el comercio y, principalmente, la construcción de plantas de industrialización de productos del campo; la minería, ganadería, pesca y turismo en Andalucía y Extremadura; la pesca e industria en Galicia; la minería de carbón y siderurgia; la agricultura en Castilla y León; la agricultura en Aragón; la agricultura, turismo y comercio exterior en las Islas de Gran Canaria; el sector turismo en Islas Baleares; y la industria y agricultura en el País Vasco9.

En el segundo aspecto, resalta su apoyo a los enfermos de vías respiratorias y la adquisición de una finca para convertirla en casa de reposo del personal, como muestra de confraternidad entre accionistas, directivos y empleados. Al respecto, los empleados jugaban un rol importante en su mantenimiento mediante el pago respectivo a la Caja de Previsión del Personal10.

Sin embargo, hay un tercer aspecto desapercibido y que requiere resaltarse. Este es el creciente desarrollo implícito de la solidaridad en el gobierno del Banco de Bilbao, presente en las ideas trazadas por la Dirección General:

No puedo dejar este capítulo sin reiterar ante vosotros las satisfacciones que recibimos por el comportamiento del personal y por el interés que nuestros empleados muestran por su banco, al que se sienten fuertemente vinculados.

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Y en realidad, no debe ser de otro modo, pues tienen que pensar que su suerte y su prosperidad individuales están ligadas a las de esta casa11.

Aquí la idea es la unidad en la empresa: el desarrollo del trabajador está ligado al rendimiento que esta alcance. Estamos, pues, ante la noción de la solidaridad como unidad en un contexto comunitario (gobierno, empleados y clientes)12, complementada con el ejercicio de los valores del buen comportamiento, la competencia profesional y la atención al público13que todo empleado debe poner en práctica como representante del banco.

Por su parte, el cliente es el fin de la empresa y su actor más importante, pues de él depende el éxito o el fracaso de la actividad económica del banco y, por ello, merece contar con la atención de personal preparado profesionalmente y con valores. Ello genera la política de promoción de la socialización y capacitación constante del personal14.

También la solidaridad está incluida en la caridad practicada bajo la forma de donaciones a obras benéficas, promoción de libros e incentivos a la investigación15. Posteriormente, se han establecido programas de becas para los hijos de los empleados en edad escolar; la creación de una Escuela de Formación Profesional en Bilbao para la capacitación de los funcionarios; la

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construcción de bloques de viviendas para los trabajadores en las ciudades de Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia; la instalación de cafeterías propias. Todo ello trajo como consecuencia el crecimiento efectivo del personal16.

Además, se instauró la noción de largo plazo en la gestión del banco por encima del cumplimiento de exigencias a corto plazo. A partir de la década de los 70, la solidaridad se desarrolla con más profundidad en los discursos del Presidente del Consejo de Administración, así como en los de otros funcionarios del banco, lo cual reflejaba su posición institucional ante la sociedad y el contenido motivacional que buscaban transmitir.

El primero de ellos explica que la rentabilidad privada no debe primar sobre el fin social o público, sino que ambas deben equilibrarse, pues, en caso contrario, se perjudica al sector bancario en general, y a los sectores vinculados de forma directa o indirecta con él17:

Nuestro objetivo fundamental, pues, que es la rentabilidad, presenta varios aspectos que son complementarios, no contrapuestos, y que se hace preciso aclarar. En estos momentos en que se tiende, con tanta facilidad dialéctica, a contraponer, con visión a corto plazo, la rentabilidad privada a la rentabilidad social o a la pública, conviene puntualizar bien los hechos. Si no existe entre ellas una plena armonía, se producirá sin duda alguna un grave deterioro para el sector y para todos los que están relacionados con él, es decir, para la sociedad globalmente considerada.

Por tanto, es con José Ángel Sánchez Asiaín cuando el concepto de solidaridad termina de desarrollarse como política, tanto en el nivel interno como en el externo de la empresa. De esta manera, el Banco de Bilbao crea una auténtica política de responsabilidad social empresarial. En sus discursos dirigidos a la...

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