Cómo nos piensan y nos pensamos las mujeres juristas. La representación de las mujeres abogadas en las series de ficción norteamericana
| Autor | Mª Dolores Madrid Cruz |
| Páginas | 263-275 |
— 263 —
Cómo nos piensan y nos pensamos las mujeres juristas.
La representación de las mujeres abogadas
en las series de cción norteamericana
Mª D M C
El audiovisual contemporáneo ofrece una amplia y extensa narrativa, imágenes,
historias sobre hombres y mujeres que han influido e influyen en la construcción
de las identidades personales. La influencia social del relato audiovisual, su pre-
dicamento y su consideración es tan importante que conforma nuestra conducta,
nuestro imaginario aportando valores, criterios morales, modelos mentales de com-
portamiento, para construir puntos de vista y actitudes reservado no sólo al plano
personal sino también al profesional. Nos construimos sobre relatos, esencialmen-
te audiovisuales en este momento. Y, por supuesto, estos influyen igualmente en la
construcción del género. Mujeres policías, empresarias, detectives, periodistas, fo-
renses, médicas y, también abogadas, han formado y forman parte de la dramaturgia
televisiva, de una manera más relevante en las últimas décadas.
Sin embargo, si atendemos a los recientes trabajos académicos, el interés que
para los historiadores y antropólogos suscitan las series de televisión ha sido menor
en comparación con el cine, medio que ha tenido una mayor consideración como
fuente de investigación. Ya fuere a que desde sus inicios la televisión ha sido consi-
derada como un fenómeno cultural menor o por su alto componente de ficción, lo
cierto es que el crédito de las series en la investigación, en especial en estos decenios
del siglo XXI, ha crecido avalado no sólo por su “condición de constructor de la
historia y, además, por su efecto en la memoria colectiva de las sociedades actuales”,
sino que en su estudio el historiador debe trasladar su mirada desde la “supuesta ve-
racidad de la representación de las series” hacia la “capacidad de analizar el impacto
y significado que tiene para el espectador y la sociedad” (Anania, 2010).
En esencia, no debemos olvidar que las ficciones televisivas son discursos cultura-
les, agentes de socialización y de reproducción de modelos masculinos y femeninos
sobre los que proyecta su legitimidad. Es indudable igualmente su capacidad para
crear mecanismos de identificación con espectadores y espectadoras influidos por
diferentes factores psicosociales. Y aunque resulta incuestionable su relación con
la realidad, su objetivo no es mostrarla sino usarla para construir un discurso que
en ningún caso es neutral o ingenuo. Por último, hay que considerar que la cons-
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