Perfiles Tipológicos de Delincuentes en la Delincuencia Actual de Menores. Dimensión Individual y Asociada

AutorCésar Herrero Herrero
Cargo del AutorProfesor de Derecho Penal y Criminología
  1. OBSERVACIONES INTRODUCTORIAS

    A los sujetos activos de la delincuencia de menores, como a los de la adulta, cabe analizarlos desde su dimensión "individualizada" ("quiénes" son y "cómo" son los delincuentes juveniles como individuos) y desde su vertiente grupal, en sus formas de actuar. (Colectivamente, en grupos o en bandas).

    Esta va a ser, ahora, la tarea de inmediato examen. Abordaremos, en primer lugar, la vertiente individualizada. Después, en los siguientes apartados de este mismo Capítulo, se analizará su dimensión colectiva o en "bandas".

  2. TIPOLOGÍAS DEL MENOR DELINCUENTE. VERTIENTE INDIVIDUALIZADA

    El acceso al estudio de su dimensión individualizada (que no singularizada o clínica) consiste en observar, sistemáticamente, a los delincuentes, para llegar a la construcción de tipologías.

    Es conocida la afición de los estudiosos de la Criminología clásica a la elaboración de tipologías delincuenciales, partiendo de los más diversos criterios ofrecidos por las distintas Ciencias del comportamiento. Se ha tratado de una afición apoyada en la persuasión de que cualquier conocimiento científico ha de poseer, entre otras características, mínima unidad y universalidad en torno al objeto.

    De acuerdo con esas observaciones, puede decirse que las tipologías sobre delincuentes son legítimas siempre que las mismas se fundamenten en características (externas o internas) generalizables a distintos delincuentes (biotipo, temperamento, registros delictivos, "modus operandi"...), pero sabiendo que, al fin y al cabo, cada delincuente es inintercambiable como ser humano que es.

    De todas formas, las tipologías que, en la actualidad, tienen alguna proyección, parten, con prevalencia, de criterios amplios y conectadas con radicales de personalidad y de corte psicosocial.1 O con trazos meramente socio-descriptivos.2 Por ello, aquí va a partirse de estos criterios para abordar tales tipologías que, acontinuación, se exponen.

    1. Tipologías concretas de menores delincuentes3 según rasgos de personalidad y de índole psicosocial

    Haciendo referencia, ahora, a posibles tipologías informadas por rasgos peculiares de personalidad o de índole psicosocial, se señalan las tres siguientes categorías tipológicas:

    1. Categoría: La definida por rasgos de anormalidad patológica. En ella podrían incluirse: Menores delincuentes por psicosis, menores delincuentes por psicopatías, menores delincuentes por neurosis, menores delincuentes desinhibidos por enfermedad orgánica, menores delincuentes por "autorreferencias sublimadas" de la realidad. Menores delincuentes por agudas toxicomanías... Son los actores de la delincuencia juvenil "psiquiátricamente definida".

    2. Categoría: La integrada por rasgos de anormalidad no patológica. En ella entrarían: Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad, menores delincuentes con reacciones asociales regresivas, menores delincuentes con reacciones de huida, menores delincuentes victimizadores de personas especialmente vulnerables.

    3. Categoría: La referible a menores delincuentes con rasgos de personalidad estadísticamente normales o próximos a la normalidad. Sólo afectados por situaciones o circunstancias disfuncionales que no perturban de manera especialmente anornal, o patológicamente, ni la conciencia, ni la capacidad espontánea de decisión ni la emotividad o afectividad. Dentro de esta categoría tipológica (potencialmente derivadora de múltiples y variadas tipologías o subtipologías) ha de circunscribirse la mayor parte de los menores delincuentes. Veamos, entonces, con algún detalle, determinados "tipos" incluidos en las precedentes categorías.

    a) Tipos caracterizados por rasgos de anormalidad patológica. Muy sintéticamente, nos referimos a algunos de ellos. Concretamente, a:

    - Menores delincuentes por psicosis.- En ellos, el impulso fundamental, explicativo del paso al acto antisocial, es su patología, la psicosis. Enfermedad mental que afecta tan intensamente a la persona que la padece que desestructura su personalidad, centrándose, sobre todo, en el juicio y la voluntad, en los que produce tan graves trastornos y perturbaciones que la desconecta de la realidad.

    En el menor o joven ha de destacarse, entre estas psicosis, la presencia de algunas formas de esquizofrenia. Así, la esquizofrenia simple y la esquizofrenia hebefrénica.

    La "simple" puede aparecer en la adolescencia y, además, de forma insidiosa, de improviso. Con ella, menores o jóvenes decididos y destacados, hasta entonces, en su actividad académica u otra clase de quehacer formativo o creador, inician aceleradamente un proceso de deterioro en su capacidad de iniciativa y decisión, en la emanación y expresión de los sentimientos más personales e íntimos, de debilitamiento del autocontrol e, incluso, de pérdida de la conciencia de la propia identidad. Como consecuencia de todo ello, pueden verse envueltos en delitos graves: agresiones, lesiones, injurias..., sobre todo cuando la patología se inicia.

    La "hebefrénica", propia, asimismo, de personas jóvenes, puede cursar con la presencia de "abulia", despersonalización en forma de "fuga de ideas" y "huida del yo", "usurpando su lugar, no raras veces, determinadas alucinaciones: sea en forma óptica o fonética. (Escucha, v. gr., voces imperativas, que percibe procedentes de "lo alto". Precisamente, puede llegar a delinquir (calumnias, lesiones, muertes, daños a cosas o ocultamiento de las mismas...) por "imperativo trascendente" de esas voces, referidas por el paciente a personas ubicadas en el "más allá".4

    - Menores delincuentes por psicopatías.- Aquí, el punto de referencia es la existencia de alguna de las formas de psicopatía. La psicopatía puede concebirse (hay multitud de conceptos diferentes en torno a este término) como la patología integrada, conjuntamente, por la incapacidad, incapacidad atribuible a quien la padece, de sentir o manifestar simpatía o alguna clase de calor humano para con el prójimo, en virtud de la cual se le utiliza y manipula en beneficio del propio interés, y de la habilidad para manifestarse, de forma ampliamente sofisticada, con falsa sinceridad en orden a hacer creer a sus víctimas o que es inocente o que está profundamente arrepentido. Todo esto, para seguir manipulando y mintiendo.5

    Consecuencia de ello es que el niño o menor que la sufre aparece inhabilitado para reaccionar y obrar como niño, para adaptarse a su contexto y desarrollar su "rol" de niño. Es incapaz de adaptación porque el trastorno de la personalidad, en que tal enfermedad consiste, derivado de factores predisponentes, tal vez de carácter biológico(lesiones, por ejemplo, en el sistema límbico) le dificulta intensamente, o le impide, inhibirse respecto de conductas o comportamientos contrarios a las normas.

    El menor psicópata tenderá a perpetrar actos antisociales según la orientación nuclear de la propia psicopatía. Son de destacar, desde esta perspectiva, los actos expresivos de frialdad y crueldad que, con alguna frecuencia, efectúan los conocidos como "psicópatas desalmados".

    - Menores delincuentes por neurosis.- La neurosis consiste en una grave perturbación o trastorno relevante del psiquismo, de carácter no constitucional, sino sebrevenido, manifestado en desórdenes conductuales. El origen del trastorno puede ser múltiple: fracasos (profesionales, amorosos...), frustraciones (no conseguir algo profundamente deseado o neurosis de "destino"...), abandono o muerte de seres muy queridos o imprescindibles en el proceso de desarrollo de la personalidad del menor, castigos inadecuados con relación al niño...

    Esta ruptura del psiquismo del individuo cursa con estados más o menos intensos de angustia, de clausura de horizontes existenciales, con "complejo de culpabilidad".

    La neurosis es muy distinta de la psicosis. Como dice P. CHAUCHARD: "En las neurosis se dan trastornos momentáneos del comportamiento cuando el sujeto se encuentra en determinadas situaciones, mientras que en las psicosis se da una grave enajenación total de la vida y de la personalidad del sujeto: éste se encuentra en un universo completamente distinto del de las personas normales."6

    Desde el punto de vista criminológico, el neurótico, con fines catárticos o de liberación interior, "cambia" angustia por delito. Trata de hacer desaparecer, o al menos de amortiguar, su consciente situación de angustia, nacida del complejo de culpabilidad, procediendo a cometer delitos (injurias, calumnias, robos, hurtos...) con el fin de que se le castigue. No oculta, por ello, los indicios de su autoría o participación en ellos. Esto vale también para los menores neuróticos que, por lo demás, son muchos menos que los adultos.

    Desde criterios criminológicos, pues, el "delincuente" neurótico difiere, abiertamente, del delincuente por psicosis, que delinque siempre a impulsos de su "alienidad". Pero se diferencia, más aún, del delincuente psicópata. De tal forma que, en el moderno concepto de personalidad criminal, se sitúan dos tipos básicos y nucleares de delincuentes: los de estructura de personalidad neurótica y los de estructura de personalidad psicopática. Los primeros delinquen bajo "complejo de culpabilidad". Al revés, como hemos visto ya, que los segundos. Y es que los delincuentes psicópatas o psicopáticos ni sienten ni quieren saber nada de los "otros".

    Los neuróticos tienen el conflicto (afectivo, de autoestima...) consigo mismos.7

    - Menores delincuentes por autorreferencias sublimadas de la realidad

    Con el presente rótulo quiero hacer referencia a situaciones de menores que, por la confluencia de predisposiciones psicobiológicas, caída obsesiva en aficiones de contenido altamente fantasioso, falta de orientación pedagógica adecuada, llegan a mezclar instinto de imitación, fantasía y juego, tan intensamente, que empiezan a vivir fuera de la realidad. Es, precisamente, este estado anómalo, rayano o invasor de lo esquizoide, el que puede conducirlos a cometer actos antisociales. Por ejemplo: Hurtos...

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