La pérdida de la paz
Autor | Eduardo de Hinojosa |
Páginas | 58-64 |
58
III
La pérdida de la paz
de la paz de la ciudad o de la del reino; aquélla la decretaban las autoridades
municipales; ésta, el rey. El estado de enemistad frente a la ciudad se conocía
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que producían la pérdida de la paz pública eran considerados como delitos de
-
en una carta1.
ciudad podía matar impunemente al que la sufría; su casa era arrasada, sus
La comisión del delito originaba ipso facto la pérdida de la paz. Una excep-
ción había para ciertos delitos in fraganti, en los que era preciso para produ-
cir aquellos efectos un procedimiento dirigido a establecer el hecho punible y
una resolución judicial.
Como delitos in fraganti,
2.
Casi todos los demás delitos que la ocasionaban pueden reunirse en dos
1 Véanse las distintas denominaciones del que sufre la pérdida general de la paz en
los textos de las págs. 71 n. 2, 72 n. 1-3, 73 n. 1 y 2, 74 n. 1-3, 75 n. 1-3 y 76 n. 1 y 2 [páginas
58, nota 3; 59, notas 4-6; 60, notas 7-10; 61, notas 11-15; 62, nota 16 en esta edición]. El
España Sagrada, XXVI, ap. 40.
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