El pensamiento liberal español y la independencia de América: Flórez Estrada y Blanco White

AutorMartínez de Pisón Cavero, José María
CargoUniversidad de La Rioja
Páginas137-159

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1. Introducción

El año 1810 -ahora hace, pues, dos siglos- da inicio a un período de tiempo, en el que se producen los primeros hechos históricos del proceso de emancipación de las colonias de la américa española. La historiografía hace tiempo que ha estudiado los acontecimientos más importantes, así como las personalidades de sus protagonistas. Ello no es un obstáculo para que esta conmemoración dé lugar también a los consabidos comentarios y a las necesarias revisiones de unos hechos que marcarían las relaciones de Latinoamérica y españa. Éste es un buen motivo para repasar alguno de los ecos o de las reflexiones que tan doloroso proceso de ruptura produciría en los escritores españoles de la época. En particular, como pretendo en estas páginas, en intelec-

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tuales de la talla de Álvaro Flórez estrada y josé M.ª Blanco y crespo (Blanco White).

El interés radica en que sus reflexiones no se limitan a ser un comentario sobre un asunto más o menos limitado a un área geográfica, sino que, por el contrario, ambos son capaces de elevar su argumentación para, en un caso, sentar las bases de una economía política propia y, en el otro, de una teoría de la organización política moderna. Dicho de otra manera, la obra y la figura de Flórez estrada y de Blanco White constituyen una pieza clave para entender la emergencia del primer liberalismo español y su interés por américa una prueba de la originalidad y apertura de este pensamiento.

El marco histórico en el que se produce el primer movimiento emancipatorio americano está prefigurado por unos hitos determinantes en la historia de la españa de principios del siglo xix: la invasión de las tropas francesas, la rebelión popular o «revolución española», el hundimiento de la monarquía borbónica y el consiguiente vacío de poder, la aparición de las juntas Provinciales, la regencia, la junta central, la convocatoria y la labor de las cortes, etc. Aunque las noticias de los sucesos peninsulares llegaban a las colonias americanas con un cierto y lógico retraso, no dejaron de preocupar y, en definitiva, de tener unas profundas repercusiones en el gobierno y en la sociedad latinoamericana. Muchos fueron los factores que, final-mente, confluirían en la crisis política del final del antiguo régimen en españa y en la ruptura del vínculo colonial entre la américa española y la metrópoli.

Inicialmente, el estallido social y político en los diferentes virreinatos parece estar motivado por la simpatía y el apoyo hacia la resistencia de los españoles contra las intenciones de los ejércitos franceses y de napoleón de conquistar la península. De hecho, la primera reacción en los diferentes puntos de la geografía americana parece estar claramente influida por una voluntad similar de constituir juntas supremas que hiciesen acopio de recursos materiales y personales para su envío en ayuda de la otra orilla del atlántico. La diferencia estriba en que, mien-tras que en españa se había producido un vacío de poder que necesariamente debía cubrirse para tener alguna posibilidad de éxito en la guerra iniciada, en Latinoamérica existía todavía toda la estructura política que, durante siglos, había producido y reproducido el poder colonial. Si a eso añadimos que los líderes políticos emergentes en la revolución española no siempre comprendieron adecuadamente lo que estaba sucediendo en américa y que, en consecuencia, no fueron capaces de tomar las mejores decisiones para el mantenimiento del vínculo político entre ambos lados, el conflicto estaba servido.

En efecto, aunque hubo conatos anteriores, el primer conflicto serio estalla el 19 de abril de 1810 con la llamada «revolución de caracas» y pronto se extenderá por otras latitudes de la geografía latinoamericana, Buenos aires, México, etc. Las noticias tardarán en llegar a la península. Blanco White, desde Londres, da las primeras noti-

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cias de lo que sucedió en caracas en El Español en su número de julio antes de que se sepa en la misma españa. Su relato de los acontecimientos es paradigmático de lo que sucederá en otros puntos. Todo se inicia cuando, a la vista de la información sobre la situación política y de la guerra, «la tropa tomó el partido del pueblo desde el primer momento. Confiose la administración de los negocios públicos a una junta, con el título de suprema, entretanto que se recogieran legal-mente los votos de toda la provincia para la formación de su gobierno»1.

El nuevo gobierno publica un manifiesto en el que da detalles sobre la desgraciada marcha de la guerra en andalucía y la penosa situación de la metrópoli. Su objetivo era ponerse a salvo de las pretensiones de otros países y de las intrigas del gobierno francés; ratifican su lealtad a la corona española, prometen auxilios a los peninsulares e, incluso, asilo. Toman también las primeras medidas liberadoras. No había aparentemente una intención de ruptura, sino de ayuda y colaboración con los gobernantes peninsulares.

Sin embargo, la respuesta de la regencia que será mantenida posteriormente por la junta central y por las mismas cortes, fue considerarlos como rebeldes y, en consecuencia, tratarlos como tales. El resultado fue alimentar el incendio por todos los lados. En cada virrei-nato se reproducirán unos hechos similares: represión, condenas a muerte, nuevas revueltas, etc. La espiral iniciada por estos primeros hechos ya difícilmente podrá pararse y no concluirá hasta que el proceso emancipatorio de las colonias concluya unos años más tarde.

Si bien las cortes en cádiz dedicaron alguna de sus sesiones a tratar el problema americano, lo cierto es que, en plena vorágine bélica y con el peso de la transformación política que se estaba produciendo en españa, no fueron muchos los políticos e intelectuales que se ocuparon de la cuestión. Flórez estrada y Blanco White son la excepción, y lo hicieron valientemente. El primero en su escrito Examen imparcial de las disensiones de la América con la España; el segundo, desde las páginas de El Español. Como españoles, no dejaron de analizar con coherencia los argumentos y la posición independentista de las colonias. E intentaron justificar una salida que no concluyera en la ruptura total.

2. El surgimiento del primer liberalismo Español

Las reflexiones de Álvaro Flórez estrada y de josé M.ª Blanco White sobre la situación de las colonias americanas no pueden entenderse sin su puesto en la emergencia de un pensamiento liberal genuinamente español que, si bien toma sus fuentes de autores foráneos, no buscaba otra cosa que explicar los sucesos de la revolución española,

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así como llevar a cabo una labor formativa que orientase a los actores del momento. Los acontecimientos de 1808 fueron el detonante de la eclosión de esta doctrina de pensamiento que se manifestaría en el auge de la prensa y en los debates de las cortes de cádiz y en la elaboración de la constitución de 1812. Ambos autores son fiel reflejo de esta pulsión política y social que emerge tan rápidamente y, al mismo tiempo, representan diferentes maneras de entender el liberalismo en la españa de la crisis del antiguo régimen.

Son, sin duda, muchos los nombres que pudieran añadirse a la lista de políticos y escritores que sumaron a esta corriente: agustín de argüelles, Fco. Martínez de la rosa, el conde de Toreno, Manuel García Herreros, etc. Con todo, Álvaro Flórez estrada y j. M.ª Blanco White representan lo más genuino de esta generación y su impronta se proyectará en el tiempo de una u otra manera sin que el reconocimiento de trayectoria les haya hecho el honor que se merecen. Y, entre otras cosas, afrontaron valientemente un tema tan crucial como el que aquí tratamos.

José María Blanco White nace en sevilla un 11 de julio de 1775 y muere en Liverpool el 20 de mayo de 1841. Aunque durante muchas décadas fue un auténtico desconocido en su tierra, lo cierto es que, en los últimos tiempos, la reivindicación de su figura es ya un hecho. Es más, para algunos es el escritor, pensador, teólogo y periodista español más importante de la primera mitad del siglo xix. Destinado desde muy joven al sacerdocio, sin embargo, su personalidad se nos aparece plena de inquietudes y contradicciones que le llevaron siempre a buscar la verdad tanto de las cosas humanas como divinas. Precisamente, esto mismo le llevó a renunciar pronto a la religión materna, a la iglesia católica, para convertirse al anglicanismo y, finalmente, recalar en el seno del unitarismo.

1810 Fue, además, para Blanco White un año trascendental, pues, invadida sevilla y asediado cádiz por las tropas francesas, decide exiliarse en inglaterra, tierra de la libertad y del pensamiento, donde pronto acabaría renunciado al sacerdocio católico e iniciaría su progresión como periodista y pensador. En efecto, al poco de desembarcar en Londres, tuvo la oportunidad de iniciar una aventura periodística con la edición del periódico El Español. Ya en 1809, en sevilla, había dirigido otro llamado El Semanario Patriótico que informaba de los acontecimientos políticos y militares de la guerra. En Londres, su amistad con Lord Holland y sus contactos con el Foreign Office le permitieron acceder a un información clave sobre la situación en españa. El Español, que inició su andadura en 1810 para cerrarlo de 1814 con la restauración de Fernando Vii, se convirtió así en una importante fuente de información para españa y para Latinoamérica al tiempo que le permitió desarrollar su pensamiento político y social y demostrar un gran conocimiento histórico y literario.

Aunque no siempre es fácil dividir una biografía intelectual sin considerar los matices que rodean la trayectoria vital...

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