El paradigma bioético y normativo de los nuevos grupos religiosos

AutorJosé María Rodríguez Merino
Páginas189-207

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9.1. Introducción

A lo largo de la Historia de la Medicina se puede constatar que gran parte de los médicos, cirujanos, hospitales, hospicios, clínicas y farmacopeas han tenido un origen religioso y su mile-naria sabiduría está comenzando a estar más y mejor valorada. De ahí, que se tenga que volver a reflexionar y a interesarse, especialmente los profesionales de la salud, sobre los conflictos de valores que se están planteando entre los principios bioéticos y los nuevos grupos religiosos emergentes.

Algunos hechos de reciente aparición en los multimedia han dado la voz de alarma a la opinión pública sobre qué son y qué actividades ejercen algunos de los nuevos grupos religiosos, denominados pequeñas comunidades. Ejemplos, como los “Davidianos”, la “Orden del Templo Solar” y la “Verdad Suprema”, dan una idea del radical conflicto de valores planteado entre los principios bioéticos y las creencias emergentes. Esto se hace patente en las distintas concepciones de la vida, de la muerte o de la salvación, que, de modo grupal, comienzan a aparecer tanto en las sociedades civiles como en las Iglesias tradicionales y en los grupos religiosos nacientes.

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El desafío bioético de los nuevos grupos genera, por tanto, una tensión esencial en los ámbitos de la salud, de la cultura, de la política, de la economía, de la sociedad y, sobre todo, en el de la religión tradicional. Esto deja entrever que el paradigma bioético de los nuevos grupos es inconmensurable, como en el caso de “El Templo del Pueblo”, entre otros.

La búsqueda de la salud física, mental y/o espiritual o la aspiración a la felicidad e inmortalidad ultra terrena por vía grupal está a la orden del día y lo que para unos puede ser un aliciente para sus vidas, para otros puede ser decepcionante.

En definitiva, con este estudio se trata de abrir un cauce de reflexión para intentar enmarcar en términos de prudencia y tolerancia los conflictos de valores que se originan entre los principios bioéticos y los numerosos- nuevos grupos postulantes.

9.2. Eclosión de la nueva revolución religioso-comunitaria
9.2.1. Historia de una efeverescencia reciente

Los años 60 del siglo pasado fueron una década de eclosión en materia religiosa. California se erigió como el distrito más actual de los nuevos grupos religiosos. Por tanto, la aparición de varios de los colectivos se relaciona con el fenómeno hippy, en Estados Unidos en general, en el dorado Oeste en particular y, en la actualidad, la instalación y el florecimiento de nuevas comunidades en Canadá (raelianos).

Es un hecho que en las últimas décadas ha crecido de modo alarmante el registro oficial de nuevos movimientos religiosos. La causa de este fenómeno se atribuye al creciente interés en las sociedades más consumistas por volver a encontrar ansiosamente su impronta espiritual, perdida ésta por el culto al

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cuerpo y por adorar a los becerros de oro simbolizados en el dinero, el consumo y el poder.

La irrupción en Occidente de prácticas orientales como el yoga, zen, etc., ha servido de terapia para relajar los cuerpos estresados, sosegar los ánimos y calmar las mentes soliviantadas y atemperar los espíritus divididos, atormentados, estresados y ansiosos. La práctica de tan exóticas terapias abrió las puertas de par en par a curas espirituales por medio de meditaciones trascendentales, a la frugalidad en la comida, al contacto con la naturaleza, a la ecología, etc.

El país más receptivo a las nuevas recetas espirituales venidas del Oriente, en las pasadas décadas, fue Estados Unidos y, en particular, los Estados del lejano Oeste americano, pues sus pacientes / sociedades estaban críticamente enfermos de consumo, arterioesclerotizados por la materia y delirantes en sus sueños, por la búsqueda a toda costa de la felicidad. Y en este estado de necesidad espiritual las enfermas sociedades de Occidente recibieron la visita de los “comerciantes de almas”. Ellos desempolvaron los sagrados textos de Oriente y Occidente y vendieron la “santa” mercancía por calles y plazas a sociedades atiborradas de materia manufacturada, pero necesitadas de ofertas “espirituales” salvadoras. A día de hoy, es Internet el hábitat dónde están creciendo las sectas de modo virtual.

9.2.2. Signo y significado de los nuevos grupos

La adhesión de los neófitos al grupo se produce por su separación: a) de la vida familiar, b) de la actividad social y c) de la comunidad grande o Iglesia madre. El miembro que entra en el grupo abraza su doctrina y actividades de tal manera que se entrega de alma y cuerpo al movimiento, sigue ciegamente las órdenes del líder y, de este modo, entra a formar parte del número de salvados.

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Para el nuevo miembro el hecho de vivir en una comunidad pequeña y más equilibrada entraña rasgos positivos, ya que lo que el nuevo miembro busca es una realización más personal en su vida interior y exterior, en donde las relaciones son más humanas, la comunicación más fluida, la vivencia de un mismo espíritu está más cohesionada y unánime, la ayuda es más cercana y directa y la convivencia, más familiar y humana que en la macro-Iglesia y en la macro-sociedad.

Sin embargo, el nacimiento del nuevo grupo, en algunos casos, puede llegar a revestir ciertas características negativas. Porque separado de la gran sociedad y/o de la Iglesia madre, hoy significa a-normal, marginal, radical, integrista, fundamentalista, intransigente, extremista, dogmático y a-social. Por tanto, la clasificación de los comportamientos de estos grupos, en ciertas ocasiones, es descrita como negativa para la sociedad hasta calificarla, en algunos casos, como “destructiva”, valga como ejemplo algunos grupos violentos de origen islamista.

Los rasgos por los que se define a los nuevos grupos son: estructura piramidal, incondicional sometimiento al líder, total anulación de la crítica interna, persecución y consecución de fines de tipo político / económico por medios religiosos, instrumentalización de los adeptos de modo que obtengan los objetivos propuestos por el grupo, pero sin importar por qué medios, la elusión de cualquier autoridad superior que controle a la pequeña comunidad, etc.

9.2.3. Algunas causas del abandono de un paradigma religioso / tradicional

Entre las causas que se pueden apuntar en el abandono del paradigma tradicional y el abrazo del paradigma grupal por parte de los nuevos adeptos están:

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a) el hundimiento de los valores tradicionales absolutos, como Dios, patria, familia, ley, etc.,

  1. la crisis de la teoría del progreso sin fin y, sobre todo,
    c) el trueque de los valores morales.

Así, respecto al valor absoluto-Dios, algunas instancias teológicas airearon a los cuatro vientos: “Dios ha muerto” en la ciudad secular o, más recientemente, el aireado slogan de “Dios probablemente no existe”. En torno al concepto patria se creó un vacío de signos y significados. Si en las dos grandes guerras del siglo XX decenas de millones de hombres lucharon por sus patrias, libertades democráticas, economías, ideologías, etc., en los años 60 del siglo pasado surgió en Estados Unidos un fuerte movimiento antibelicista y antimilitarista reflejado en la huida de miles de jóvenes a Canadá para librarse de ir...

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